ARTISTA DE LA PLÁSTICA CUBANA TANIA BRUGUERA ESTE MARTES 31 DE MARZO DE 2009 (TOMADA POR EL LENTE DE UN BLOGUERO EN LA GALERIA HABANA DE LA CIUDAD DE LA HABANA, CUBA)
FOTO: PL.
Arte de Conducta
Texto leído por Tania Bruguera [1] durante la segunda sesión de
Debates, el pasado marzo, a propósito de su proyecto Arte de Conducta.
Publicado en la red por la página Debates
Recuerdo que mientras estaba en Chicago estudiando mi maestría en
performance respondía a quienes me preguntaban ¿a qué me dedicaba?
¿qué era un performance artist? Mis interlocutores, cuando no formaban
parte del mundo del arte, de inmediato preguntaban alegremente si
cantaba o bailaba, y en los mejores casos, en qué obras de teatro
había participado. Con cierta pena por tener que desilusionarlos, les
empezaba a explicar lo que realmente hacia y les ponía ciertos
ejemplos. Aquel ejercicio me ayudo mucho a pensar en la inoperatividad
del termino performance.
Comencé a buscar otra manera de nombrar lo que hacía, una forma
diferente que, aunque no fuera precisa, por lo menos pudiera ser
relacionada con un cierto tipo de espacio y actividad en la sociedad,
que no fueran el entretenimiento ni el espectáculo.
El hecho de no poder ni pronunciar bien la palabra performance también
me hizo pensar bastante en si quería hacer algo sobre lo cual no
sentía un dominio absoluto, precisamente porque no me pertenecía
culturalmente.
Por aquel tiempo estaba leyendo para una clase de antropología un
texto de Foucault en el cual una y otra vez de manera casi excesiva,
el autor introducía la palabra behavior como causa, explicación y
demostración de eventos en relación con el poder.
Mi primer trabajo al graduarme del ISA (Instituto Superior de Arte) en
el verano de 1992, fue en la fundación ecologista que estaba creando
Tomas Sánchez, específicamente en su programa mas utópico -y que me
parecía mas bello- que era el de tratar de transformar la vida de un
grupo de personas a través del arte. Ese grupo de personas eran niños
menores de edad con trastornos de la conducta en la Escuela de
conducta de Guanabacoa [2] . En septiembre de ese mismo año Arturo
Montoto, Jefe de Departamento de Pintura del ISA., me pide que vaya a
dar clases en ese departamento. La intensidad de lo que experimente en
los meses que estuve compartiendo estos dos mundo de manera
simultanea, me hizo pensar incesantemente en lo separado y lejano que
estaba el mundo del arte de la vida real, aun cuando lo tratara como
tema, su inoperatividad para realmente transformar algo mas allá de su
propio lenguaje, del pequeño mundo al cual accesaba y su privilegio.
La palabra conducta, que había visto hasta entonces en su acepción
relacionada con los modales -dos veces en un espacio de 7 años de
distancia- llegó a mi para redefinirse. La primera, como nombre de una
escuela que realmente era una prisión suave, sin barrotes; la segunda
como la manera de manifestación del poder. Al buscar su traducción vi
que está asociada también con traslación, conducción, de un punto al
otro.
Durante esa época me propuse unir ambos mundos. Mi primer intento fue
tratar de hacer obras mas "realistas" como continuar de una forma mas
radical el proyecto de Ana Mendieta y la creación de memoria de la
posguerra, donde me proponía, entre otras cosas, la transformación de
ciertos espacios en la sociedad a través del arte.
Desgraciadamente ese camino se frustró y comencé a hacer performance.
No reniego de esas obras pero si de su morfología, las veo solo como
parte de un proceso de aprendizaje y des-aprendizaje.
El performance es ya una Academia con una tradición contra la que hay
que trabajar.
Varios artistas han llegado a la misma conclusión: Klein con su
karate, Tina Modotti con su lucha, Duchamp con su ajedrez, Beuys con
su partido verde. ¿Qué le falta al arte? ¿Qué es lo que no es
suficiente?
Las obras al entrar en un museo mueren porque mueren las posibilidades
de lecturas, son lugares donde se imponen significados a través del
poder de la institución, precisamente por haber dotado antes de
significado a otras obras y haberlo podido sostener y legitimar. Y el
arte se convierte en una cadena de soluciones a un lenguaje que opera
dentro de su propio lenguaje, casi como una ciencia pero sin las
posibilidades utilitarias.
El performance fue una alternativa al poner en crisis las estrategias
de legitimación de la institución. Esa etapa ha terminado y ahora el
performance representa en vez de presentar.
Hay muchos artistas en el mundo haciendo arte de conducta desde mucho
tiempo atrás: Adrian Piper, David Hammons, Francis Alys, por solo
nombrar algunos y de los más conocidos. Hay otros que han hecho
algunas obras de conducta aunque esa no sea la dirección de su
investigación artística.
Cada cierto tiempo regreso a las frases ontológicas en las cuales
reza: todo puede ser arte y todos pueden ser artistas. ¿Es nombrarlo
lo que lo diferencia? ¿Es la autoridad y legitimidad de quién lo
define? ¿Es la actitud? ¿O es la conciencia del acto? Arte siempre se
ha dicho que puede ser cualquier cosa aunque su connotación más usada
es la de la habilidad técnica de hacer algo de manera insuperable.
El artista es un elemento de la sociedad conciente de las
connotaciones simbólicas de los actos y los gestos, es un estudioso de
los significados. El ser humano habla a través de su conducta, es el
medio que tiene para expresarse y es un elemento de la sociedad
conciente de las significaciones simbólicas y la trascendencia de sus
actos. Ser artista es estar conciente de este proceso, de que la
conducta es su medio expresivo y utilizarlo de manera insuperable. Y
lo que se llama sensibilidad artística es estar abierto y pendiente de
nuevas combinaciones de significados.
El poder trabaja con la metáfora, mientras que es en la conducta donde
la sociedad hace su labor más ferviente de modelación de significados,
es el campo de batallas a la vez que el medio por el cual se expresa y
se dan los resultados de esa batalla.
Los lugares de indefiniciones son los mejores para el arte por sus
posibilidades de libertad, y son a la vez los mas temidos por el poder
precisamente por la dificultad de poderlos aprehender. Es por esto que
todo se transforma en Academia, deviene en norma. La ventaja que le
encuentro a la conducta como elemento de creación es su posibilidad de
ser útil, su medio de documentación y su trascendencia:
El arte ha jugado con la posibilidad de ser útil cayendo en vacíos
existenciales de sí mismo.
- La documentación, porque aun cuando el performance se ha valido del
video y la fotografía, su elemento más importante que es la
experiencia no es captado y se pierde. Esa manera de documentar es un
proceso en el cual una experiencia se convierte en una imagen y
utiliza recursos venidos del mundo del arte. Quizás una manera mas
efectiva de documentar un performance (documentación como una guía de
instrucciones) es rehacerlo. Hay dos opciones, la historicista que
trataría de reconstruir exactamente la acción y que nos daría la
perspectiva de una época, y la otra la de contemporarizar la obra al
traducirla a las nuevas circunstancias y lugares de su exhibición. La
conducta sin embargo, trabaja con la vivencia convertida en memoria,
la tradición oral y el rumor. Lo que me atrajo para hacer performance
fue la posibilidad de este medio de ser una vivencia que se documenta
a través de la memoria.
- La trascendencia, porque la conducta se incorpora a la vida social
de generación en generación sin perder los significados. Lo válido de
esto es que mientras esa trascendencia trae consigo la pérdida de la
referencia originaria (autoría), sin embargo no pierde su significado
o mensaje, por el contrario, esta abierto a más y nuevos. Con las
últimas megaexposiciones temáticas del impresionismo y el
post-impresionismo, por citar alguna, la sociedad y el mundo del arte
esta tratando de hacer esto, incorporar al mundo referencial cotidiano
por ejemplo, una imagen de los girasoles de Van Gogh. La
popularización de una obra de arte desde su posición como obra de
arte, no puede dialogar solo imponerse desde su poder (que existe
porque las personas que no estudian el arte creen no entenderlo y por
esto se sienten en desventaja, y lo están) y su concepto de belleza
que no es algo utilitario, o por lo menos así ha sido. La obra pierde
las lecturas y se convierte en una imagen pura.
Es por esto que el cuerpo es un medio y no un fin y los limites que me
interesa tratar no son los de mi medio sino los de la sociedad como
ente vivo.
La ética es el cuerpo represor del arte a la vez que una de las cosas
contra y con las cuales trabajar, porque es la manera en la que se
concentran las conclusiones operativas de la sociedad que han sido
creadas a través de la experiencia acumulada, pero es en su elemento
reaccionario, cuando al tratar de sobrevivir reprime para no ser
desestabilizado, es como un punto de sostén, de equilibrio de la
sociedad y el conocimiento.
Ya desde el performance la estética no existe, creo que es uno de los
grandes aportes que tuvo antes de canonizarse (momento en el cual
comenzó precisamente a plantearse cánones estéticos mas establecidos),
en performance es estético aquello que viene desde su operatividad,
desde la coherencia y lo consecuente que se sea, eso es lo que se
convierte en bello, eso es lo que se convierte en forma. Es una
estética que parte de la ética no de las formas. Las formas en
performance se establecen a partir de las acciones y la carga
semántica que estas puedan tener. Las decisiones de los elementos que
se van a utilizar, de las acciones y los lugares en los que se va a
hacer están basadas no en lo bello que se puede ver, sino en lo
efectivo que puede ser. El gesto que puede o por lo menos intenta.
Hubo muchas personas por ejemplo que me preguntaban por que en vez de
comer tierra yo no comía chocolate granulado, es precisamente por
esto, porque la belleza del performance no está en aparentar sino en
su posibilidad de ser. El arte de conducta lleva esto a un nivel más
agudo. Es una de las ventajas mayores que tiene sobre otros medios
artísticos, es lo que le da la opción de ser más conceptual,
precisamente por no estar tan sometido a la preocupación por la forma.
Otro elemento importante venido del performance es que trabaja con la
vulnerabilidad, en este caso la vulnerabilidad vista como la
información dada, el acceso a información que normalmente son
protegidas. Por ejemplo, cuando una mujer esta desnuda es la
información que sobre sí misma nos está dando y que no es usual tener
lo que le otorga vulnerabilidad.
Si las palabras traen consigo un mundo de asociaciones, entonces si
performance art se asocia con performing art, y por ende con el mundo
del espectáculo, entonces prefiero hacer un arte que al llamarse de
conducta se confunda con la sociedad y hasta con algunos movimientos
de la psicología, son mejores compañías.
Si la conducta es un elemento del conocimiento que se convierte en una
institución normativa que se encasilla a veces como un saber, entonces
¿Por qué no hacerlo un recurso metodológico? ¿Por qué no trabajarlo,
no convertirlo en un método para trabajar el conocimiento?
Si el artista es autoconciencia entonces ¿Por qué no ser creadores de
alarmas? ¿Por qué no dejar de representar para presentar? ¿En vez de
meter otros mundos en el arte meter el arte en el mundo? Trabajar con
el cuerpo, el impacto, la atención y la sociedad como entes vivos .
[1] La Habana, 1968. Graduada del Instituto Superior de Arte (ISA) en
1992. Ha realizad importantes exposiciones personales y colectivas
dentro y fuera de Cuba. Su último proyecto Arte de Conducta, ha
reunido a un variado grupo de jóvenes interesados en una visión otra
sobre el arte
[2] Municipio de la Capital Cubana.
TITULO: ESTAMOS MIRANDO.
EL VICE MINISTRO DE CULTURA Y EL PRESIDENTE DEL CONSEJO DE LAS ARTES PLÁSTICAS ESTE MARTES SE LLEGAN A LA GALERIA HABANA PARA VER COMO ESTA ACONTECIENDO LA MUESTRA DEL TALLER ARTE DE CONDUCTA DE TANIA BRUGUERA.
FOTO: SIN CREDITO.
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