Interesados
El anticastrismo es una anomalía o responde a un desmedido
afán de lucro o notoriedad. Sobre lo primero está muy fresco
el ejemplo de la agente [rellenar el espacio] Carmen Barcells
llamando neurótico a Cabrera Infante. En eso se quedó corta la
zarina de las editoriales. Caín era, según confesión propia, bipolar,
un diagnóstico bastante más serio que la simple neurosis pero como
el mismo solía decir "a los paranoicos también nos persiguen".
Luego está la etiqueta de asalariados que acaban de colgar (una
vez más) a quienes participaron el domingo en el performance de
Tania Bruguera. ¿Cómo los asalariados de por vida de un estado
especialmente represivo (muy mal pagados, eso también es verdad)
no pueden entender el deseo de reclamar libertad de manera gratuita?
¿Qué tiene de malo el interés? me pregunto yo. Todo eso no resulta
muy marxista que digamos. Una teoría erigida sobre el interés de
las personas, que pretende desnudar la materialidad de nuestras
relaciones y condiciones de existencia es convertida en espiritualidad mojigata por estos monaguillos de la Revolución. Asalariados (como los míticos proletarios de Marx) o no, claro que los que reclamamos libertad para Cuba somos unos interesados. Por experiencia propia o por sospecha asumimos (como los abolicionistas o esclavos de antaño) que la libertad nos mejorará la vida a todos, nos la hará la vida más cómoda o más blanda en ocasiones, en otras más dura y difícil pero siempre sensiblemente más nuestra. Sí, por si necesitaban esa confesión, se trata del sucio interés, de las cochinas relaciones de propiedad: la propiedad de todos los cubanos sobre sus respectivas vidas, decidir qué hacer con ella y atenerse soberanamente a las consecuencias. Se trata de la comodidad de no medir temerosamente las palabras cuando se habla en público, o por teléfono o por email; de librarse del incordio de pedir permiso para entrar o salir del propio país como si uno fuera un eterno menor de edad; de comprar tu casa y hacer luego con ella lo que quieras; de vivir aquí o allá; de elegir a quienes nos dirijan o retirarles nuestro apoyo sin tener que estar pagando el resto de nuestra vida por ello; de sacar, en fin, buena parte de nuestra vida de la clandestinidad en que ahora se mueve por fuerza. Así de interesados somos pero aún así estamos dispuesto a seguir reclamando aunque no nos paguen nada. Tan placentero es reclamar lo que es tuyo.
Enrisco del Risco
Asalariados (como los míticos
proletarios de Marx) o no, claro que
los que reclamamos libertad para
Cuba somos unos interesados
Enrisco del Risco
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beso,
Lia
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grito, luego existo...
crear es resistir
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