la "discriminación positiva" en Cuba

Cuando me dijeron que se estaba poniendo en práctica a todos los niveles (laboral y estudiantil) apenas pude creer que fuera cierto. Corroborado estuvo cuando salió de boca de la profesora e investigadora Danae C. Diéguez, quien hizo saber al público de su conferencia -del pasado miércoles en el cine 23 y 12 (con motivo del ciclo por el 50 aniversario del ICAIC) “Cine de mujeres en Cuba. ¿Atisbos de un contracine?”- la espantosa novedad: desde hace un año se aplica, al menos en la facultad de audiovisuales del ISA, a saber, la “discriminación positiva”: nombre dado para justificar la inhumana injusticia de parte del magistrado al excluir y eliminar bajo las órdenes del Consejo de Estado, una posible mayor cantidad de estudiantes blancos por encima del promedio.

Se trata de desigualdad absoluta.

Si Gustavo Arcos tiene que examinar a un total de 10 aspirantes y 4 son negros pero los aprobados todos blancos -siendo casual o no, pero un hecho-, Gustavo, en total desacuerdo, tiene que acatar la orden de aprobar a los suspensos sólo por la real circunstancia de ser negros, eso si no quiere quedarse sin pincha en 14 y 3ª.

De más queda decir, como quien acaba de hacer la prueba de aptitud,  que un alto por ciento del examen iba con contenido y dirección abiertamente políticos. Y para colmo de males, una gran parte de los aspirantes “de la calle”, o sea, presentados por concurso, fueron barridos para que los ideológicamente correctos de la Lenin pudiesen entrar sin problemas.

Qué les parece… además de tener clases sociales super pronunciadas, la falsa justicia retrospectiva es aplicada también en tiendas y demás centros laborales. Puede observarse claramente en la televisión nacional, aunque en este punto es en verdad un avance social, porque hasta hace muy poco no había representación negra ninguna en la imagen televisiva, aún cuando el nivel de la población es mayoritariamente negro.

Muy a pesar de que la Declaración –completamente nula en Cuba- de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas diga en su artículo segundo que no se hará distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.