foto Claudio Fuentes Madan
Desde la sociedad civil, el proyecto Estado de SATS intenta crear un espacio de participación ciudadana. Su director, Antonio G. Rodiles, responde a las preguntas de los lectores de DIARIO DE CUBA.
Saavedra: Hola Rodiles, gracias por mantener contra viento y marea Estado de SATS, un proyecto verdaderamente plural por el que siento una profunda simpatía y respeto. Quisiera preguntarle si han invitado o han considerado invitar a miembros del gobierno y de sus múltiples mecanismos oficialistas para participar en los diferentes debates realizados. En tal caso: ¿a quiénes han invitado?, ¿cuáles han sido la justificaciones esgrimidas para no asistir? Sería muy bueno publicar esos datos para crear más conciencia ciudadana de cuán poco le interesan a los miembros de este (des)gobierno, ya casi eterno, someter a debate sus políticas y decisiones con la sociedad civil. Una segunda pregunta: ¿cree Ud. que los diferentes grupos que forman la oposición actual en Cuba cuentan con la suficiente unidad para hacer frente con éxito a la fuerte maquinaria gubernamental?, ¿qué piensa Ud. que les falta por lograr formar un frente común? Gracias por su tiempo. Saludos cordiales.
Muchas gracias Saavedra. Sí, hemos invitado a personas que están dentro de las instituciones oficiales. Preferimos ser discretos y no publicar nombres pues consideramos que debemos respetar las decisiones personales de cada quién y también para protegerlos. En la Cuba totalitaria el solo hecho de sentarse a hablar con nosotros constituye un problema, es por eso que la discreción es una pieza fundamental de nuestro trabajo. Sin embargo ese miedo va cediendo cada día, lo notamos en caras nuevas que comienzan a llegar a los encuentros, lo que sin dudas es un gran paso de avance.
Creo que desde la oposición, disidencia o activismo nos falta trabajar para encontrar más espacios comunes. Vivimos un momento crítico y es necesario que podamos tener una voz clara con respecto a nuestras demandas fundamentales como sociedad civil. Siento que ese momento no está lejano. Intentar una unidad forzada sería muy inmaduro, pero lograr cierto grado de consenso en diferentes puntos nos proporcionará un mayor impacto dentro y fuera de la Isla. Existe muchísima consonancia entre las demandas que salen desde los activistas y la sociedad en general.
Ariel Pérez: ¿No temes que Estado de SATS se convierta en un simple espacio catárquico entre otros que ha tenido la disidencia en vez de un verdadero 'tanque pensante' como fue pensado desde el inicio? ¿Cuáles creen que serían las fortalezas y debilidades de tu proyecto?
Tratamos por todos los medios disponibles de buscar visiones más universales, pero al mismo tiempo ubicadas en nuestro contexto.
Es importante mencionar que nunca nos hemos reconocido como un 'tanque pensante' tradicional asentado en una sociedad democrática, en nuestro caso vivimos dentro de una dictadura y nuestro trabajo tiene un carácter sui generis. Nuestro interés va encaminado a ser un canalizador del pensamiento y actuar democrático, no solo un espacio de análisis y propuestas. Somos parte activa de la transición, no solo observadores.
Las principales fortalezas de nuestro proyecto son la transparencia y la pluralidad. Otra, nuestro deseo de vivir en un país distinto, moderno, libre. Este firme deseo nos ha permitido crecer y sostenernos.
Debilidades del proyecto: La dificultad para comunicarnos libremente con el exterior, el acceso libre a un internet rápido, las dificultades económicas y tecnológicas, la inercia y el miedo que aún subsisten en Cuba.
Ernesto Gutiérrez Tamargo: Antonio ante todo felicitarte porque dentro de Cuba abres un espacio de libertad para la sociedad civil. Preguntas: ¿Cuentas con algún apoyo oficial u oficioso para poder emitir, editar o producir Estado de SATS? ¿Qué significa Estado de SATS? ¿Te defines como un disidente, un opositor o un contestatario? ¿Tienes algún proyecto político económico para desarrollar en la Cuba presente y futura? Gracias.
Me sorprende tu pregunta, apoyar nuestro proyecto implicaría sin dudas un acto de autodestrucción. El poder nunca apoyaría espacios como el nuestro, donde el libre pensamiento, la diversidad y la transición hacia otro sistema son precisamente sus principales presupuestos.
Nuestro objetivo es la democratización de nuestro país y trabajamos en él a tiempo completo y haciendo uso de todas nuestras capacidades.
Desde el inicio de SATS la ayuda ha sido total. El primer encuentro en el verano del 2010 hubiera sido imposible sin la intervención de Omni Zona Franca y un grupo de intelectuales y artistas que pusieron todo su empeño en la organización. Y así continúa, el apoyo con el que contamos es el de muchos amigos siempre dispuestos a colaborar.
Me defino como un hombre libre que vive en una dictadura. En ese contexto uno se convierte en disidente, opositor y cualquier calificativo que implique la negación de un poder impuesto y arbitrario.
Deseo participar en la reconstrucción de mi país aportando mis conocimientos y mi trabajo. En varios programas del Foro de Análisis comento mi visión sobre una Cuba futura. Me gustaría recalcar que veo a Cuba como un país de instituciones democráticas. Debo confesar que soy enemigo de los mesianismos y los concibo como parte de un pasado que debe enterrarse con urgencia. El mesianismo no solo afecta a las sociedades a nivel global sino también a los individuos, provocando una falta de autonomía que termina por aniquilar el carácter creativo y emprendedor, elementos básicos de cualquier sociedad madura.
El trabajo para cambiar Cuba debe empezar por movilizar a esa variedad de seres y caracteres que se sienten parte de esta nación y que entienden la urgencia de colocarnos en un contexto globalizador. Un proceso de reinvención que debe ser impulsado desde muchos ángulos.
Waldo: ¿Cuáles son los vínculos de tu padre Antonio Rodiles y tu tío, el General de División Samuel Rodiles Planas, con Estado de SATS?
Mi padre es Manuel G. Rodiles Planas. La relación suya con este proyecto es la de espectador. En todos los encuentros está sentado en primera fila escuchando con mucha atención los debates y discusiones.
Está claro que Samuel Rodiles Planas no tiene absolutamente ningún vínculo con nuestro trabajo, ni mantenemos ningún contacto personal.
Para nadie es un secreto que la llamada revolución cubana ha sido un proceso marcado por las divisiones familiares por motivos de diferencia de pensamiento y actuar político. Mi familia no ha sido una excepción. La incondicionalidad política a un caudillo demente ha originado un daño gigantesco a la familia y a toda la sociedad cubana. Tantos conflictos dolorosos, tantas separaciones y lejanías para llegar al desastre que hoy vivimos, es una gran pena.
Ricardo Palma: Eludiendo, en la medida de lo posible, generalizaciones tales como 'tendríamos primero que reunirnos todos y conocernos bien' o 'es necesario un consenso', le agradecería mucho su opinión sobre quién o quienes deben ser los más indicados (o mejor, los más necesarios) para llevar adelante la transformación del sistema político cubano, y por qué. Muchas gracias de antemano.
Gracias Ricardo. Es una pregunta muy amplia. Pienso que el cambio debe hacerse desde la sociedad civil, procurando la mayor participación posible. Sería muy provechosa la creación de muchos espacios que propicien un diálogo abierto sobre el país que deseamos. Los cubanos que viven fuera de la Isla serán vitales. Insertarse en un mundo desconocido donde tienes que crear tu vida, tus relaciones, donde debes entender una dinámica distinta, son experiencias de extrema utilidad e imposibles de desaprovechar.
Luis Manuel González Viltres: Hola Rodiles, he visto muchos de sus programas y realmente me han gustado y he aprendido algunas cosas que ahora veo con más claridad, solo hay un programa donde no comparto su idea y es la de indemnizar a los cubanos que les nacionalizaron sus propiedades con el triunfo de la revolución. Mi pregunta es: ¿no le parece que sería mejor empezar de cero sin rencores y una democracia nueva? Sabemos que de este lado todo no se ha hecho bien, como por ejemplo las bombas en los hoteles de La Habana ordenadas por Luis Posada Carriles, gracias anticipadas.
Gracias Luis Manuel. Creo que un proceso de reconstrucción como el que necesita nuestro país será muy complejo. El punto fundamental es lograrlo con la mayor dosis de justicia. El tema de los derechos de propiedad y las compensaciones ha sido manejado con éxito en muchas transiciones y confío en que nosotros también podremos lograrlo.
No creo que se deba mezclar el derecho legítimo de algunos propietarios —que no obtuvieron sus bienes producto de la corrupción o el robo— a reclamar una indemnización, con la justicia legal aplicada a quiénes hayan cometido actos violentos.
La responsabilidad legal sobre todos aquellos implicados en hechos de sangre, ha terminado convirtiéndose en uno de los dilemas principales de muchas transiciones. Hechos como la voladura del avión de Cubana o el hundimiento del remolcador 13 de Marzo, son asuntos pendientes que necesitan ser totalmente esclarecidos, afincando responsabilidades legales. Los crímenes y violaciones a los seres humanos no prescriben y todos debemos tener bien claro que la vida humana es sagrada y las leyes deben ser aplicadas con total rigor a los que violan este principio.
Ana María: Se ve en Cuba una situación de debate intelectual sobre la realidad como la que ustedes promueven, se escucha un discurso crítico y un análisis sin retórica sobre la cultura y la vida política desde distintos grupos y representantes de la sociedad, incluyendo elementos de la intelectualidad oficialista. Pero son pequeños grupos que apenas llenan unas aulas. Y sin embargo los cubanos en general tienen un comportamiento primitivo, parecen renuentes a tomar en serio la realidad que los aplasta, son más dados al relajo y a las tonterías que a la reflexión y al análisis de su condición existencial. Prefieren la práctica de la doble moral a enfrentar las verdades, prefieren resolver sus necesidades en la urdimbre de la corrupción y el robo que desafiar el sistema deprimente que les obliga a delinquir. Prefieren ser partícipes de la represión, de la chivatería, de los actos de repudio, de la bajeza moral que mostrar respeto y dignidad por los demás. Mi pregunta entonces es: ¿se puede contar con una masa así tan insensible y sin principios cívicos y éticos para llevar adelante algún proyecto lógico y racional que deba recurrir a valores que el pueblo no posee? ¿Cree Ud. que, a corto plazo, y abocados los cubanos hacia una transición social y política, será posible inculcar valores éticos, cambiar la mentalidad de rebaño, desmantelar la herencia negativa del castrismo, la inmoralidad, la simulación y promover una nueva sicología social, una nueva mentalidad de nociones cívicas y constructivas? Muchas gracias, admiro enormemente el trabajo que hace por el país y por el futuro.
Gracias Ana. Cuando escucho a los que abogan por una transición conducida por la cúpula gobernante, me pregunto si están llenos de ingenuidad demencial o de un cinismo obsceno.
He aquí mi temor de encaminarnos hacia una transición pactada a la medida del poder, un poder corrupto y harto mediocre. Si esto sucediera, terminaríamos en un terrible escenario, al peor estilo tercermundista.
Como argumentas, el mayor daño ha sido al individuo. Cuba se ha desangrado y es algo muy doloroso. Sin embargo creo que todavía hay un capital humano muy valioso dentro de la Isla. Por otra parte, muchos cubanos que han escapado de esta pesadilla están dispuestos a colaborar en la reconstrucción del país, lo cual garantiza no solo la posibilidad de inversiones sino de un conocimiento práctico.
Del trabajo que hagamos en el desarrollo de la sociedad dependerá la recuperación de valores éticos perdidos en este largo proceso. La Cuba post totalitaria es un enigma para todos, pero te confieso que mi optimismo es total, sobre todo si nos movemos por el camino de una democracia auténtica.
Les agradezco a todos los que han enviado sus preguntas y a los amigos de DIARIO DE CUBA.
Tomado de
Diario de Cuba, Entrevista con los lectores, en junio de 2012.
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