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Adagio de Habanoni
Fotografías de Silvia Corbelle y Orlando Luis Pardo
mi habanemia
La Habana puede demostrar que es fiel a un estilo.
Sus fidelidades están en pie.
Zarandeada, estirada, desmembrada por piernas y brazos, muestra todavía ese ritmo.
Ritmo que entre la diversidad rodeante es el predominante azafrán hispánico.
Tiene un ritmo de crecimiento vivo, vivaz, de relumbre presto, de respiración de ciudad no surgida en una semana de planos y ecuaciones.
Tiene un destino y un ritmo.
Sus asimilaciones, sus exigencias de ciudad necesaria y fatal, todo ese conglomerado que se ha ido formando a través de las mil puertas, mantiene todavía ese ritmo.
Ritmo de pasos lentos, de estoica despreocupación ante las horas, de sueño con ritmo marino, de elegante aceptación trágica de su descomposición portuaria porque conoce su trágica perdurabilidad.
Ese ritmo -invariable lección desde las constelaciones pitagóricas-, nace de proporciones y medidas.
La Habana conserva todavía la medida humana.
El ser le recorre los contornos, le encuentra su centro, tiene sus zonas de infinitud y soledad donde le llega lo terrible.
Lezama
El habanero se ha acostumbrado, desde hace muchos años, a ese juego donde silenciosamente se apuestan los años y se gana la pérdida de los mismos.
No importa, “la última semana del mes” representa un estilo, una forma en la que la gente se juega su destino y una manera secreta y perdurable de fabricar frustraciones y voluptuosidades.
Lezama
desmontar la maquinaria
Entrar, salir de la máquina, estar en la máquina: son los estados del deseo independientemente de toda interpretación.
La línea de fuga forma parte de la máquina (…) El problema no es ser libre sino encontrar una salida, o bien una entrada o un lado, una galería, una adyacencia.
Giles Deleuze / Felix Guattari
…podemos ofrecer el primer método para operar en nuestra circunstancia: el rasguño en la piedra. Pero en esa hendidura podrá deslizarse, tal vez, el soplo del Espíritu, ordenando el posible nacimiento de una nueva modulación. Después, otra vez el silencio.
José Lezama Lima (La cantidad hechizada)
...
sintiendo cómo el agua lo rodea por todas partes,
más abajo, más abajo, y el mar picando en sus espaldas;
un pueblo permanece junto a su bestia en la hora de partir;
aullando en el mar, devorando frutas, sacrificando animales,
siempre más abajo, hasta saber el peso de su isla;
el peso de una isla en el amor de un pueblo.
La incoherencia es una gran señora.
Si tú me comprendieras me descomprenderías tú.
Nada sostengo, nada me sostiene; nuestra gran tristeza es no tener tristezas.
Soy un tarro de leche cortada con un limón humorístico.
Virgilio Piñera
(carta a Lezama)
ay
Las locuras no hay que provocarlas, constituyen el clima propio, intransferible. ¿Acaso la continuidad de la locura sincera, no constituye la esencia misma del milagro? Provocar la locura, no es acaso quedarnos con su oportunidad o su inoportunidad.
Lezama
#VJCuba pond5
Pingüino Elemental Cantando HareKrishna
o la eterna marcha de los pueblos victoriosos
luistrapaga paintings
Libertad para Danilo
Jul 2, 2013
Del libro "El amor explicado a los niños"
harakiri 2 (Jaad)
harakiri 1 (Jaad)
...de primera mano
Escribir debería ser para mí una rebeldía contra mi propio conformismo e hipocresía. Ser un perro. No creer en "la literatura". No negar al otro cuando me afirmo. Ser antidialéctico. No vivir del resentimiento. Ni memoria gangrenosa ni predicciones de feria. Hacer el té y partir. Jaad--que no existe--regresa.
Hace diez años escribí lo que sigue. Vivía en Cuba. Era libre.
Responsabilidad civil del intelectual.
Por supuesto que los intelectuales no son los culpables o victimarios de la crisis que atraviesa el país. Ellos también son víctimas. El estado cubano los humilla, los compra con prebendas, los silencia con astucia.
El cansancio frente a la historia, que puede manifestarse como pesimismo, enajenación o autismo metafísico, de los intelectuales dentro de Cuba no es otra cosa que la destrucción sistemática, por parte del régimen, de la capacidad de resistencia moral de todo un pueblo. Segunda parte.
La pregunta que no pueden contestar ni el Ministerio de Cultura ni el Ministerio del Interior sin perder la ecuanimidad y sin argumentar otra cosa que no sea el discurso de la supuesta soberanía, los principios de la revolución y toda la pasión antimoderna de no integrarse a las democracias occidentales, es: ¿cómo puede actuar civilmente un intelectual en Cuba, para ser coherente o consecuente con su manera de pensar si ésta es contraria al gobierno?
La muerte civil de los intelectuales dentro de la isla es un hecho; un secreto a voces. La castración moral a la que son sometidos para domesticarlos con viajes, apartamentos, pequeños exabruptos críticos, los ha convertido en un grupo vulnerable. No pueden reclamar sus derechos civiles ni políticos si desean ser aceptados. Este despojo los vuelve miserables.
Pero la mayor parte de la intelectualidad cubana carece de ironía suficiente para enfrentar sin humillaciones su destino. Es lamentable la docilidad y el patetismo con que marchan colectivamente hacia un lento pero seguro suicidio moral. Tercera parte.
Mar 15, 2013
Isliada convoca al primer concurso de microrelatos en la Isla
- Podrá participar toda persona mayor de 18 años al momento de darse a conocer estas bases, y que resida en Cuba durante el plazo de admisión de los textos, independientemente de su nacionalidad, ocupación o filiaciones literarias.
- La temática es libre y cada autor podrá enviar un máximo de cinco microrrelatos vía SMS.
- Se acepta el uso de abreviaturas, contracciones de palabras y demás experimentos con el lenguaje, siempre que no dificulten la comprensión del texto. Téngase en cuenta que el jurado es internacional.
- Los microrrelatos no excederán los 160 caracteres (incluidos los espacios) y deberán ser enviados exclusivamente por la vía del teléfono celular, mediante un mensaje de texto al número 58082129. No se aceptarán microrrelatos que vengan divididos en más de un sms.
- Cada microrrelato deberá identificarse con un título.
- Por cada participación, el autor deberá enviar dos SMS: uno con el microrrelato, y otro con los siguientes datos: título del microrrelato; nombre completo del autor y seudónimo literario si lo tuviera; número de carnet de identidad; teléfono(s); correo electrónico y dirección particular.
- Los textos podrán ser enviados entre los días 1º de marzo y 30 de abril de 2013.
- El jurado sólo conocerá los nombres de los autores premiados, menciones y finalistas, tras finalizar el proceso de selección de los mismos. Los datos personales de los participantes serán manejados solamente por el coordinador del concurso, quien no formará parte del jurado.
- Un jurado internacional nombrará tantos finalistas y menciones como estime conveniente, así como 3 premios, a repartirse de la siguiente forma:
- PREMIOS:
- La premiación tendrá lugar en la segunda quincena de junio de 2013, en una sede aún por determinar. Todos los finalistas serán notificados con anterioridad.
- Los textos premiados, las menciones y finalistas, así como otros textos de interés para el Consejo Editorial, serán publicados en el número de Papeles de la Mancuspia correspondiente a septiembre de 2013, sin que ello implique remuneración económica alguna. Todos los autores publicados recibirán dos ejemplares de dicho número.
- Los autores con el hecho de enviar sus SMS a este concurso aceptan las bases del mismo y autorizan a Papeles de la Mancuspia la publicación, en papel o electrónicamente, de sus textos, sin que ello implique compromiso monetario o de otro tipo con el autor.
- Papeles de la Mancuspia garantiza a todos los participantes que sus datos personales no serán transmitidos a terceros, y que solamente se conservarán, con fines editoriales, los de aquellos autores comprendidos en el punto no. 12.
Sep 11, 2012
Cuéntame tu sueño
Jorge Enrique Lage
La Habana
En el prólogo a su más reciente libro, Antes del mediodía (memoria del sueño), Soleida Ríos arranca diciendo: "Conservo en mi PC y en cientos de papeles amarillos y en varios kilómetros de cintas grabadas, un nutrido Archivo de Sueños".De semejante archivo, que se antoja potencialmente peligroso y que según la escritora santiaguera es fruto de muchos años de diálogo con personas de las más diversas ocupaciones, edades y credos, se desprende un libro bastante singular: dossier, documentación, reciclaje, todo a la vez. Antes del mediodía quizás pudiera aproximarse al género testimonial, pero de inmediato va a surgir la pregunta: ¿testimonios de qué?
Se trata, en su mayoría, de sueños cubanos —también hay argentinos, chilenos, mexicanos—, y entre los soñadores se encuentran —también hay estudiantes, profesores, un general retirado, una prostituta, un travesti, una monja, etc.— varios nombres importantes de la cultura cubana.
Alicia Alonso, por ejemplo, sueña que siempre llega tarde al escenario, que suena la música y ella se pierde la entrada. Jorge Perugorría sueña con su abuelo o con el espíritu de su abuelo, maquinista y buscador de oro en los pueblos de Oriente. Zaida del Río sueña con una ciudad parecida a Praga, donde están todos los muertos que ella conoce. Silvio Rodríguez, con el mar encrespado inundando La Habana y miles de figuritas luminosas que nadan entre los edificios.
Félix Savón, por su parte, le cuenta a Soleida Ríos: "no sé ni en qué año, ni en qué etapa, soñaba que yo me trataba con Fidel así como normal, como si fuéramos familia, andábamos parriba y pabajo así, en la guerrilla y así, construyendo, yendo parriba y pabajo, caminando el mundo con él, con Fidel ahí, y entonces Fidel no me dirigía a mí, yo era el que dirigía a Fidel en el sueño, ¿tú me entiendes?, le decía esto, lo otro, y Fidel hacía lo que yo decía".
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Jun 18, 2012
nuevo libro de Legna Rodríguez
Mar 20, 2012
Virgilio, colibrí ahogado
tomado de Diario de Cuba
Sabemos quién fue Virgilio Piñera. Resulta más difícil, más incómodo, saber quién es Virgilio Piñera hoy, dónde está, o dónde podría estar. Desde la maldita circunstancia (que es una suma de circunstancias malditas) hasta el pajarraco que grazna, su nombre involucra ya una serie de lugares comunes que, lamentablemente, nos hacen pensar más en el Autor y menos en la materia bruta, sólida y palpable, con que esos lugares comunes fueron hechos.
Ahora, con motivo del centenario, Ediciones Unión publica Virgilio Piñera, de vuelta y vuelta. Correspondencia 1932-1978. Todas las cartas que pudieron ser localizadas entre todas aquellas que Virgilio redactó y recibió a lo largo de su vida. Una suerte de biografía dispersa, llena de intervalos de silencio, es el saldo de esta papelería pasada en limpio.
Pero también es algo más: la posibilidad, para el lector cubano actual, de rastrear un posible vector virgilio. Vector que estaría hecho de instantáneas como las que siguen (entre muchas otras):
Marzo de 1932. Virgilio le escribe a un amigo de la adolescencia: "Nuestra fábrica de vinagre iba bastante bien, pero nunca faltan envidiosos y serpientes; fíjate, los Climent, esa honorable familia, no solo nos denunciaron, sino que hacen vinagre de ácido acético y cuando lo van a vender dicen que es de plátano".
1943. Aunque no se trata de una carta, el libro incluye un documento con la versión piñeriana del célebre encontronazo con Lezama en el Lyceum. Lezama califica de "revista de mierda" a Poeta, el tabloide de dos números que hizo Virgilio. Lezama le informa a Virgilio que está desprestigiado intelectual y moralmente en La Habana.
"Por último", escribe Piñera, "se complace en decir a todo el mundo que me propinó una soberana paliza y que me dio una galleta tan fuerte que su mano quedó totalmente luxada. Justifica la agresión declarando que mi insignificancia intelectual no merecía otra cosa."
Abril de 1946. Por primera vez en Buenos Aires, le escribe a su familia: "Yo voy a hablar con el cuñado de Obieta, un paraguayo que tiene que ver con fábricas de tejidos, para que él me diga las posibilidades que hay de enviar tejidos de ropa de hombre y otros a Cuba. Sería un buen negocio pues son tejidos baratos y magníficos. Yo creo que en este negocio sí se saldría adelante."
1946-47. Busca en Buenos Aires textos para Orígenes. Le escribe a Lezama: "En relación con las colaboraciones quisiera decirte algo. Aquí todos están acostumbrados a que se les pague". No aparece la respuesta de Lezama. En la siguiente carta, le escribe Virgilio: "No puedo creer que por solicitar de Orígenes pago de colaboraciones haya debido morir a los 35 años".
Agosto de 1947. Le escribe a su hermana: "A mí me ha dolido mucho alejarme, estar separado de todos ustedes, pero quedarme también habría significado, tengo por seguro, mi suicidio (material o mental, qué importa, siempre sería suicidio), pues yo estaba confinado con la nada, con la desesperación [...]"
Abril de 1955. Planeando su regreso a La Habana, le escribe a José Rodríguez Feo: "Se me ha ocurrido esta idea: poner un localcito con una librería de viejo. Nos daría para vivir a Humberto y a mí. Yo creo que sacaríamos el alquiler del local y para la comida".
Febrero de 1958. Le escribe a Humberto Rodríguez Tomeu: "Bueno, al fin se estrenó La Boda. Noche tormentosa. Nada menos que un apagón de una hora minutos antes de empezar. Fue algo horrible. Imagina cómo salieron a escena esos actores, que por añadidura, no son maravillas y, como siempre, cojeaban, además de otras cosas, en la letra".
Mayo de 1958. Otra vez en Buenos Aires, le escribe a Antón Arrufat, en Nueva York: "Si te contara de mi reciente viaje en barco temblarías. Veinte días metido en un mal camarote de tercera, con gentes de tercera clase, con niños, con perritos, con mareo, con viejas vomitadas, con toda la hez [...]"
Noviembre de 1958. Le cuenta a Humberto Rodríguez Tomeu el encuentro que tuvo en 23 y 12 con Ramón Ferreira y Agustín Fernández, quienes le gritaron "¡Cucaracha, cucaracha!", y luego lo amenazaron con molerlo a palos si lo volvían a ver por allí.
"Estoy tan nervioso que me han entrado temblores y cosquilleos en las piernas. No se me quitan. Si pudiera comprar el Neuro Basal, pero cuesta ocho pesos."
Noviembre de 1958. Le cuenta a Arrufat que lo han botado de casa de Rodríguez Feo. Escribe la carta, dice, sentado en el borde de su cama, con la máquina puesta sobre una silla.
"En relación con todo esto te ruego que no vuelvas en tus próximas cartas a pintarme esos paisajes idílicos, esas casas confortables, esa paz, ese orden. ¿Para qué? Yo sé perfectamente lo que me espera, sé dónde estoy, y sé que con el correr del tiempo será peor cada día que pase."
Enero de 1959. Le escribe a Humberto Rodríguez Tomeu: "La huelga ha durado cuatro días. Como no teníamos vituallas me vi obligado a salir una noche. Al llegar a San Rafael y Amistad un miliciano me puso un rifle en las manos y me dijo que le hiciera el favor de guardárselo hasta que él volviera. Imagina mis terrores y mi indecisión: no sé manejar ese artefacto".
Enero de 1961. Tras algún intercambio anterior, que no aparece en el libro, encontramos de pronto esta carta de Witold Gombrowicz: "Mi pobre Vigilio: no se trata de insultos, sino de que la soberanía excesiva no siempre conduce a resultados positivos. Reconozco su derecho a la autodeterminación y no pretendo ser imperialista, pero cuando yo le pido una nota-prefacio con fines bien definidos, hay que tomarlo un poco en cuenta o avisarme de que me busque otra persona".
Más adelante el polaco añade: "Si tiene naturaleza de submarino, si le gusta hundirse a sí mismo y a su propio trabajo (su obra, mejor dicho), haga lo que le dicta su naturaleza de colibrí ahogado, allá usted, yo no me meto, cada uno con lo suyo [...]"
Octubre de 1963. Le cuenta a Humberto Rodríguez Tomeu que lo invitaron al Festival de Edimburgo pero no pudo ir. La carta con la invitación y un boleto de ida y vuelta "llegó a la Unión el 2 de agosto y ¡agárrate! Fue abierta el 5 de septiembre, cuando ya no había tiempo para hacer nada. Me dice Guillén que la culpa es de la secretaria que no abrió la correspondencia oficial en su ausencia (Guillén estaba en Chile)".
Y más adelante: "Hoy estoy un poco más animado. Dirás, ¿por qué? Pues recibí desde Londres un cepillo de dientes de nylon. No puedes imaginar el valor que tiene para nosotros cualquier bobería de esas".
1964-1965. Virgilio está concursando en el Premio Biblioteca Breve. Carlos Barral le escribe para decirle que ha intercambiado algunas impresiones con el jurado, y es más que probable que su novela no obtenga el premio. Le propone retirarla para que no aparezca en la lista que se dará a la publicidad, de modo que no se vean desfavorecidos ni la novela ni su crédito de escritor.
Virgilio responde: "Amigo Barral: tengo entendido que un escritor al optar por un premio literario lo hace a sabiendas de que tanto puede ganarlo como perderlo. Si ello es así no veo por qué no hacerlo aparecer entre los perdedores".
Hoy podemos decir que el perdedor ha triunfado. Podemos invocar una grandeza: la del gran perdedor. Ahí están las obras completas en el canon. Precisamente por eso hay que celebrar que en Virgilio Piñera, de vuelta y vuelta, la obra piñeriana (escrita o por escribir a medida que esta correspondencia se acumulaba) esté en un segundo o tercer plano, sin brillos, como un fondo desdibujado.
Nada de literatura: puro presente congestionado. Inhalar el polvo de estos viejos papeles y olvidarse por un momento de sus libros, de su posteridad literaria, tal vez sea la mejor manera de recordar a Virgilio en el centenario; de traerlo, una vez más, con nosotros.
www.diariodecuba.com
Jan 5, 2011
lezama al azar...
Dec 29, 2010
Dec 7, 2010
ciberventa de Esquirlas, novela de Ahmel Echevarría
"Esquirlas" está a la venta en:
Nota de contracubierta:
«¿A fin de cuentas, qué es la memoria? Me atrevo a llamarle patria. Mi patria es la memoria.» Son palabras del protagonista de estas Esquirlas, que rebasan la estructura de un diario para internarse definitivamente en la novela. Notas, fotografías, fechas, rostros, una generación y una década difícil: la Cuba de los 90's. Eso y más hallarán en estas páginas, y una advertencia: «si insistes en dejar por escrito algún recuerdo, será tu primer acto de resistencia.» / Alberto Garrandés (La Habana, 1960), narrador, ensayista, crítico y editor: «La idea de reunir, con la perturbación de esas fotos de Orlando Luis Pardo (más sentido, menos sentido), las voces de Henry M. (el espíritu de los trópicos), la del propio Orlando L. y algunas otras, me ha devuelto a dos lecturas: la de un libro de textos y fotos de Michel Tournier y la de aquel libro tremendo (con algunas fotos) de Roland Barthes que se llama R. Barthes par R. Barthes. » / Orlando Luis Pardo (La Habana, 1971), narrador y fotógrafo: « Para mi grato desconcierto, se trata de un libro que simula ser un diario de apuntes que se disfraza como galería de fotos: una rareza dentro del campo literario cubano actual. Me impresionó la sequedad de la prosa. Reaccioné primero con el cuerpo (como quien se clava una esquirla de vidrio o madera o metal), y sólo después recuperé el aliento y el habla. » Reseña: A propósito de la publicación de Esquirlas Recapturar la inocencia Por Jorge Sariol Tomado de: El caimán barbudo Esquirlas es un libro amargo. Está compuesto por doce relatos que debieron ser una novela; o quizás —lo sigo pensando por más vueltas que le doy— es una novela que finalmente se fragmentó cuando el autor descubrió que no podía impedirlo. Con su alter ego en medio de una implosión, estaban ambos —autor y protagonista—, aturdidos por la alucinación de que en el desastre las esquirlas, en vez de dispersarse, se concentraban. Y cuando se regresa de ninguna parte o de donde nunca se ha ido, el resultado es demasiado lacerante, aunque sea una vuelta retórica. Y Esquirlas es muy amargo. Ahmel Echeverría Peré (La Habana 1974) es un escritor joven y su irrupción con Esquirlas en el ámbito literario cubano con una obra de tales tintes, ha sido sin embargo, venturosa. Nada de lo real, lo autobiográfico o lo fabulado que pueda tener, se enemista desde el punto de vista literario con lo trascendente o lo anecdótico, pero sí con lo circunstancial: es un riesgo, pues es también el modo de muchos para entrar, en momentos en que sólo así parece entrarse con buenas resonancias en la literatura nacional. Al parecer la década cubana de los 90s del pasado siglo ha sido devastadora para todo, menos para el arte. Esquirlas, a lo largo de sus 104 páginas (Pinos Nuevos, Letras Cubanas, 2005), está escrito sin regalías en el plano lingüístico, ni en el compositivo ni en su estructura. La lluvia, un gato gris y flaco, un pájaro condenado a ser devorado por las circunstancias, una mariposa moribunda, el vaho a petróleo de la bahía, un pasaporte en varios idiomas, son algunos de los flash-back de una narración que tiende —como en toda buena novela corta— a concentrar la tensión horizontal de los acontecimientos a partir de imágenes, las literarias y las fotográficas. La síntesis está entre sus mejores virtudes, tanto a nivel del lenguaje, de los hechos, como en el conceptual. Sólo por eso no podría haber sido una novela. Pero hay demasiadas zonas oscuras, y eso es difícilmente perdonable en un relato, o en varios, sobre todo si están conectados entre sí, y de tal modo que dudo mucho que digan lo mismo “porque dicen, sin dudas” leídos de modo aislado. Con todo, los relatos “2” y “8”, a mi juicio, tienen todas las trazas de ser los mejores y más legítimos campanazos del conjunto, que hacen de por sí audible la entrada, muy por encima de “los ecos de tantos grillos que cantan a la luna” y escandalizan en la literatura cubana actual, hágase donde se haga. Los personajes siguen viviendo y andan por estas calles de La Habana, incluso los que partieron simbólica o literalmente —New Jersey, el cementerio, Barcelona o el fondo del Estrecho de la Florida—, incluso Henry Miller —¿El de París; el de la Gran Depresión, patriarca de la generación beat?—. Son todos en cierto modo, más que motivos, leit motif jugando entre símbolos: Yani, Orlando, los ángeles providenciales vestidos de blanco y venidos del más acá, cuando otros ángeles igualmente tutelares, decidieron lo contrario. «Nos bastaba tenernos, nada más» dice el alter ego del autor, admitiendo en el fondo que no era suficiente ante la evidencia de la diáspora. Entender un pistoletazo en la sien como ancla o como lastre es parte tanto del derecho del escritor como del lector —o del crítico ¡válgame Dios!—; sin embargo hay otros conceptos expresados demasiados tangencialmente a través del símbolo de una vieja moneda gastada y sucia donde, o se puede leer a pesar de todo la divisa Patria o Muerte, o donde la divisa, explícita, se muestra tan vieja, sucia y gastada como la moneda misma que se hunde en la bahía. Las imágenes que participan en el ideotema del libro, construidas por un ojo-lente sabedor de ser parte de la historia, van desde un positivista e ingenuo toque postguevariano hasta la cruda —y casi grotesca— energía buñueliana. La validez de tales mazazos conceptuales es tan discutible, que sólo lo puede juzgar el tiempo. Esquirlas necesitará tal vez de un poco de tiempo para ser asimilada. No es una obra fácil; está construida, según su propio autor, como un “desesperado malabar de libertad (...) escrito de cara al vacío, siempre a riesgo de caer contra el suelo a la par que juntaba fragmentos de cuerpos, recuerdos, fotos; o suerte de libro armado a ras de la ciudad, la piel, el dolor”. Otras narraciones escritas por Ahmel Echeverría y que inicialmente estarían en Esquirlas —en esencia deberían estarlo— han sido publicadas (el cuento Tierra, La Letra del Escriba # 33 Sep/Oct 2004), como parte del libro Inventario, premio David de ese año. «Pensé escribir un inventario de esquirlas» dice Ahmel-personaje, en el relato que encabeza Esquirlas. En la historia que cierra el mismo volumen, Camila, un personaje inasible —llegado de un planeta llamado Argentina—, pregunta: «¿Has estado en Hiroshima?». Ambos están a punto de empezar de cero, pero perdida cierta ingenuidad, adivinan ciertos riesgos. “Un hombre escribe para expulsar el veneno que ha acumulado debido a su estilo de vida falso”, había sentenciado Henry Miller en los tiempos en que no conocía a Ahmel, a Orlando ni al oso de peluche. “Está intentando recapturar su inocencia, pero todo lo que logra hacer (escribiendo) es inocular el mundo con un virus de su desilusión. Ningún hombre pondría una sola palabra en un papel si tuviera el coraje de vivir aquello en lo que creía.” El exorcismo es alto riesgo. Lo sabía Miller. ¿Lo sabrá Ahmel Echevarría?
Jul 29, 2010
Mar 27, 2010
Muere Eloísa
[Cuarto de Máquinas / block de jaad] Fallece en Miami Eloísa Lezama Lima .
BY DANIEL FERNANDEZ
DFERNANDEZ@ELNUEVOHERALD.COM
--
Publicado por JAAD para Cuarto de Máquinas / block de jaad el 3/27/2010 09:00:00 AM
--
jaad
si deseas bajar al cuartucho, aquí está el enlace...
"Cuarto de máquinas"
http://jorgealbertoaguiardiaz.blogspot.com/
"Si la gente que ama la libertad en todo el mundo no protesta contra la opresión de China en el Tíbet, hemos perdido toda nuestra autoridad moral para hablar de derechos humanos en cualquier otro lugar del mundo", Nancy Pelosi
Nov 3, 2009
Raúl Flores: Ropa Sucia
Oct 13, 2009
Raúl Flores: Balas
A todos nos ha golpeado alguna vez bala de salva. Muchos no parecen
acusarlo, pero así es. Apostados escuadrones enteros en cima de edificios
poco altos, casa de vivienda, comercio y vaquería, armados con fusiles de
repetición y mirilla telescópica. Disparan al tuntún, a ver qué pasa. Por
suerte, bala de salva.
No en balde anda el pueblo a paso rápido, cabeza gacha. No vaya a ser que
disparen por error sobre uno, a ojo de buen cubero, o por diversión.
Las viejas van con revólver y pistola automática a la bodega. Le disparan al
bodeguero en la cabeza si son mal atendidas. Solo pólvora seca, pero a tres
pies de distancia pica como bofetada. A nadie le gusta ser abofeteado, creo
yo.
Las cobradoras de multas ya no multan. Te disparan. Por una falta grave,
pueden llevarte hasta el pelotón de fusilamiento instaurado para tales
fines.
Tanta explosión de pólvora puede cegar. Esta es una secuela a ser tomada en
cuenta. Se han disparado astronómicamente las ventas de espejuelos oscuros.
Las chicas van por ahí como estrellas de cine. A nadie le gusta quedarse
ciego, creo yo.
(Vigilar y castigar de Foucault constituye un discreto best-seller en los
marcos de esta ciudad. No obstante, a pocos aquí les gusta leer. No parecen
acusarlo, pero así es.)
Si te llevan al pelotón de fusilamiento puedes pasarlo mal. Todo el proceso
es filmado y después televisado. Para edificación de futuros infractores,
para cosmovisión de los no-ajusticiados. Puedes quedar ciego frente a cámara
de televisión, frente a todo el país. A la gente parece gustarle el asunto.
Las chicas de espejuelos oscuros, como estrellita de cine. Los fusiles pum
pum pum y flores de fuego salen del extremo de los cañones. Los
fusilamientos se hacen en la noche, por eso se ven de esa manera. De día no
se vería flor de fuego.
(Las viejas les disparan a los bodegueros a cualquier hora; pólvora seca
bofetada en el rostro.)
A los presos comunes les disparan con balas trazadoras. Brilla más y da
lustre, dice la Academia. Estos fusilamientos también son televisados y no
es flor de fuego saliendo de los cañones de las armas, sino pequeño sendero
de luz.
No se ve caer a los presos. Los amarrarán a postes, creo yo.
Espejuelos oscuros y Foucault en el bolsillo para lo que pueda suceder. Paso
rápido, cabeza gacha. Las balas de salva están llegando a su fin, corre el
rumor por ahí. No se sabe que vendrá después. Nadie quiere ser golpeado por
bala trazadora, creo yo.
Tags: hhh, Raúl Flores Iriarte, jóvenes narradores cubanos, Ciudad de La Habana literatura cubana
Nazi
este texto se incluye dentro del primer número de la revista literaria La Noria, presentada este jueves en La Torre de Letras por los escritores provenientes del Oriente del país José Ramón Sánchez (Guantánamo) y Oscar Cruz (Santiago de Cuba)
Torre de Letras, espacio de la poeta Reina María Rodríguez (Azotea del Instituto Cubano del Libro. Habana Vieja)
Luis Trápaga
Cuba Fake News
guamañanga!
My Politicophobia
la taza de liz
Ricardo Villares
raíz

Rafael Villares
"De soledad humana"
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