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Edgelit

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Edgelit/Borde.de.luz

Adagio de Habanoni


Fotografías de Silvia Corbelle y Orlando Luis Pardo

mi habanemia

La Habana puede demostrar que es fiel a un estilo.

Sus fidelidades están en pie.

Zarandeada, estirada, desmembrada por piernas y brazos, muestra todavía ese ritmo.

Ritmo que entre la diversidad rodeante es el predominante azafrán hispánico.

Tiene un ritmo de crecimiento vivo, vivaz, de relumbre presto, de respiración de ciudad no surgida en una semana de planos y ecuaciones.

Tiene un destino y un ritmo.

Sus asimilaciones, sus exigencias de ciudad necesaria y fatal, todo ese conglomerado que se ha ido formando a través de las mil puertas, mantiene todavía ese ritmo.

Ritmo de pasos lentos, de estoica despreocupación ante las horas, de sueño con ritmo marino, de elegante aceptación trágica de su descomposición portuaria porque conoce su trágica perdurabilidad.

Ese ritmo -invariable lección desde las constelaciones pitagóricas-, nace de proporciones y medidas.

La Habana conserva todavía la medida humana.

El ser le recorre los contornos, le encuentra su centro, tiene sus zonas de infinitud y soledad donde le llega lo terrible.

Lezama

habanera tú

habanera tú
Luis Trapaga

El habanero se ha acostumbrado, desde hace muchos años, a ese juego donde silenciosamente se apuestan los años y se gana la pérdida de los mismos.

No importa, “la última semana del mes” representa un estilo, una forma en la que la gente se juega su destino y una manera secreta y perdurable de fabricar frustraciones y voluptuosidades.

Lezama

puertas

desmontar la maquinaria

Entrar, salir de la máquina, estar en la máquina: son los estados del deseo independientemente de toda interpretación.

La línea de fuga forma parte de la máquina (…) El problema no es ser libre sino encontrar una salida, o bien una entrada o un lado, una galería, una adyacencia.

Giles Deleuze / Felix Guattari

moi

podemos ofrecer el primer método para operar en nuestra circunstancia: el rasguño en la piedra. Pero en esa hendidura podrá deslizarse, tal vez, el soplo del Espíritu, ordenando el posible nacimiento de una nueva modulación. Después, otra vez el silencio.

José Lezama Lima (La cantidad hechizada)

Medusa

Medusa
Perseo y Medusa (by Luis Trapaga)

...

sintiendo cómo el agua lo rodea por todas partes,
más abajo, más abajo, y el mar picando en sus espaldas;
un pueblo permanece junto a su bestia en la hora de partir;
aullando en el mar, devorando frutas, sacrificando animales,
siempre más abajo, hasta saber el peso de su isla;
el peso de una isla en el amor de un pueblo.

la maldita...

la maldita...
enlace a "La isla en peso", de Virgilio Piñera

La incoherencia es una gran señora.

Si tú me comprendieras me descomprenderías tú.

Nada sostengo, nada me sostiene; nuestra gran tristeza es no tener tristezas.

Soy un tarro de leche cortada con un limón humorístico.

Virgilio Piñera

(carta a Lezama)

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Luis Trápaga

ay

Las locuras no hay que provocarlas, constituyen el clima propio, intransferible. ¿Acaso la continuidad de la locura sincera, no constituye la esencia misma del milagro? Provocar la locura, no es acaso quedarnos con su oportunidad o su inoportunidad.

Lezama

Luis Trápaga Dibujos

Luis Trápaga Dibujos
Dibujos de Luis Trápaga

#VJCuba pond5

Pingüino Elemental Cantando HareKrishna

Elementary penguin singing harekrishna
o
la eterna marcha de los pueblos victoriosos
luistrapaga paintings
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Libertad para Danilo

Apr 24, 2024

Exploring musicians' responses to popular requests on social media (opinion)

 

Video: @MmmAnastasy (YouTube shorts)


Hey musicians and music fans, listen up!


In recent times, a questionable trend has emerged on social media that highlights a unique dimension of musicianship. How musicians respond to popular requests. 


Platforms like Instagram and TikTok have become stages where musicians showcase not only their virtuosity but also their reactions to playing widely requested pieces such as Pachelbel's Canon in D. 


These videos often go viral, sparking conversations about the balance between artistic integrity and audience satisfaction. 


Viewers get a glimpse into the personal ethos of each performer, as they grapple with the decision to adhere to their artistic preferences or to embrace the desires of their audience. 


This trend not only entertains but also opens up a broader dialogue about the role of musicians in society and the expectations placed on them in the digital age.


This social media trend not only showcases musicians' performances but also sparks an array of responses in the comment sections. 


Often, these comments are overwhelmingly supportive, with many fans applauding the musicians for their skill and choice, whether they decide to honor the popular request or stick to their artistic preferences. 


However, amidst the sea of support, there's a notable minority that represents a segment of the audience puzzled by the phenomenon. 


This group may not fully grasp why a musician might resist playing a tune like Canon in D, a piece that has often served as the backdrop to many significant moments in their lives—from weddings to graduations. 


For these individuals, the melody isn't just music; it's an emotional anchor, intertwined deeply with personal memories, making it difficult for them to understand a musician's reluctance to engage with it. 


This divergence in viewpoints enriches the conversation, highlighting the complex relationship between musicians, their art, and the audience's expectations in today's interconnected world.


Let’s dive into a discussion that strikes a chord in the hearts of many performers and listeners alike—the reasons why a musician might embrace or resist playing popular requests like Pachelbel's Canon in D.


Canon in D isn't just another tune; it's a bridge between the musician and the audience. This piece holds a special place at weddings and celebrations, beloved for its soothing melody and emotional depth. When a musician plays Canon in D, they're not just playing notes; they're creating a moment, fulfilling popular expectations, and often, making memories.


Embracing such requests can also swing open doors to new opportunities. Being adaptable and responsive to what the audience or event organizers desire can lead to more gigs and positive referrals. It shows you're not just a performer but a professional who values the audience's part in your musical journey.


Even if Canon in D might feel repetitive to some, each performance is a chance to hone one’s craft. Mastery isn't just about tackling the complex; it’s also about bringing perfection to the simple. Every note offers a moment to refine your technique, express more deeply, and perhaps, find something new in the familiar.


Moreover, playing well-known pieces like this allows musicians to take on the role of educators. It’s an opportunity to share the rich history of classical music, discuss the nuances of the composition, and show how even timeless pieces can be reinterpreted in exciting ways.


Yet, playing pieces you may not personally enjoy also tests and grows your patience and professionalism. These qualities are indispensable in the music world, reflecting a maturity that goes beyond mere performance.


However, when a musician outright refuses to play such popular requests, it may reveal several things about their attitude and approach. It could suggest a lack of flexibility or a disconnect from what audiences enjoy—a risky stance in versatile performance settings. 


This refusal might stem from a desire to maintain artistic integrity or from a belief that such pieces don’t enhance their repertoire’s value. While this can highlight a strong personal artistic identity, it might also limit professional growth or audience connection.


In essence, the decision to play or not play pieces like Canon in D speaks volumes about a musician's approach to their art and their audience. Rejecting these pieces might alienate those looking for the comfort of the familiar, while playing them can affirm your role as an entertainer and educator.


So, whether you're plucking strings, pressing keys, or wielding a bow, remember the power of music to connect, enrich, and inspire. 


Enjoy being a human being, a musician, and relish in the joy of making people happy just by playing a piece they love. 


After all, music is as much about sharing joy as it is about showcasing skill. Enjoy being humble and remember—every note you play adds to your story and the stories of those listening.


So, as this trend continues to evolve on social media, it's important to acknowledge the discomfort and even embarrassment that some musicians feel when encountering content that aims to be humorous but ends up deeply humiliating. 


Videos or comments that mock the preferences of the audience or belittle the significance of beloved pieces can create a divide, painting some musicians in an elitist light. 


This portrayal can be disheartening for many in the community who strive to honor both their artistic integrity and their audience's emotional connection to music. 


To those viewers who have felt alienated or disrespected by such attitudes, sincere apologies are owed. 


Music, at its core, should be a force that unites us, transcending personal egos and celebrating our shared human experience. 


It's crucial for musicians to remember the impact of their words and actions, not only on their peers but also on the diverse and vibrant community of listeners they serve.








Aug 29, 2019

#LaBanderaEsDeTodos x #LuisTrápaga


Ofender, profanar, la bandera, una bandera, un símbolo nacional, sagrado para muchos, puede ser un acto denigrante para esos muchos, e incluso llevado a rango de criminalidad legal, y utilizarla para envilecer y manipular a toda una nación hasta la irracionalidad y el absurdo debía ser un acto aún más denigrante, y más penado por las leyes, y más indignante para esos que lo consideran sagrado.


Le inocularon un mensaje de odio a toda una nación y los pusieron a pelearse y a veces a matarse unos a otros, y eso lo hicieron, entre otras cosas, en nombre de los símbolos patrios y del patriotismo, cada cual, cada bando, pretendía tener la versión correcta acerca de la patria y el patriotismo, y estarían dispuestos a luchar hasta la muerte, no contra los que invadieran y avasallaran la dignidad de su país, sino a los que tuvieran una versión, opinión, diferente acerca de eso.


Siempre me resultó sospechoso y contradictorio eso de morir por una causa, los que estaban dispuestos a morir por una causa, también estaban dispuestos, y más bien con anterioridad, a matar por ella… y  dado que existen tantas propuestas de causas altruistas, podemos pensar entonces a qué situación de homicidios por ambas partes nos tenemos que enfrentar.


Decidir si una bandera está mejor puesta (puesta, no introducida. Detalle para los preocupados por sutilezas) en un bello trasero femenino o en las manos de miles, “un mar de pueblo”, saludando eufóricos a unos políticos déspotas y corruptos subidos en una tribuna, y estar dispuestos a morir, y a matar, no por lo que de mejor pueda representar una bandera o un símbolo patrio, sino por esos políticos déspotas y corruptos, es decisión de una sociedad, una nación, un “momento histórico”.


Epílogo: 


Esta es una banderita comunista, de las marchas de Elián en el protestódromo o del 1ro de mayo en la plaza de la revolú, es una banderita meneada y manoseada por Nostragamus, una banderita de papel pegada a un palo en la mano de un decrépito, en la mano del enemigo del pueblo, es la banderita del entierro del tirano, del empedramiento, de la caravana rota, de la farsa hasta las últimas consecuencias, de los que cargaron la carroza con la cajita fúnebre en un guión más sarcástico de la cuenta, es una banderita infame impresa con la tinta que falta para los libros impublicables de Reinaldo Arenas, libros prohibidos en cadena perpetua. Esta es una banderita de las que amanecen pisoteadas por el mar de pueblo tras la marcha revolucionaria, es una banderita, en fin, indigna por naturaleza y ciertamente más sucia que un culo, que el culo que la porta. 


***

La foto se llama ‘Montaña’ y pertenece a la serie ‘Efecto de halo’, del artista Luis Trápaga en coautoría con una diseñadora que prefiere mantener el anonimato por el momento, y se expuso en Espacio Aglutinador hace alrededor de diez años, aclaró la artista y activista Lía Villares en Facebook. “La bandera usada en la serie, una vieja bandera amarillenta del papá de Luis, fue decomisada por la teniente coronel Kenia María Morales Larrea en el brutal registro que nos hiciera en la casa galería El Círculo en febrero de 2018. Kenia insistió en que debía asegurar que ninguna otra bandera fuera ‘profanada’ por nosotros o tuviera un ‘uso inapropiado’, como indica el texto del titular tan mal redactado del proyecto de ‘nueva’ constitución que condena estos usos, aparecido en el Granma.


Más info en Puente a la Vista


 

Oct 2, 2018

Descarga el libro de arte de Luis Trápaga

inCUBAdora

Luis Trápaga: ·Dibujos, pinturas, xtras·



Excelente este libro-catálogo con textos de Ernesto Menéndez-Conde y Azucena Isabel Plasencia sobre la obra de Luis Trápaga. Un artista que al margen de ruidos, modas, generaciones o booms ha ido haciendo su ‘coso’ desde finales de los 80s hasta el momento. Un afuerano, como se decía en mi pueblo. Disfruten 😉

May 23, 2018

COCINA



Durante la #00BienaldeLaHabana, casa-galería El Círculo presentó dos muestras paralelas, una, en las paredes físicas reales del lugar, de arte abstracto, con las pinturas de Luis Trápaga, en referencia a la muestra -igualmente apócrifa- Es solo lo que ves (1988-89) y otra (la que nunca existió y ahora se las presento en un estrecho pdf más abajo) que pretendía ofenderlos -a la consabida política cultural discriminatoria con todo lo que no se mueva a paso de conga comunista- a la enésima potencia.

La policía política, una vez más, cercó el lugar y no dejo pasar a ninguna persona, con la excepción de la artista e infoactivista Ana Olema, que, en calidad de diplomática de la Nación de naciones, pudo entrar y asistir a nuestra exposición escoltada por los segurosos, que le impidieron la entrada a los dos amigos que venían con ella.

Ese mismo día, a las 7, nos fuimos a la casa de Ítalo Expósito el Taller/Galería de Arte #YoSoyElQueSoy, otra espacio doméstico independiente, a solo 4 cuadras de nuestra vivienda sitiada por patrullas y agentes de la contrainteligencia que nada tienen que ver con “Cultura”, más allá de que el MININT sea la sombrilla que ampare al resto de los siniestros ministerios.

Al salir, se llevaron a Leo –amigo grafitero y cronista de Guanabacoa- preso, solo porque se había logrado colar por la parte trasera de la casa-galería El Círculo.

Este nivel de represión absurdo solo ocurrió de manera tan desfachatada en nuestro espacio expositivo, un espacio que, de todas formas, no admite una audiencia numerosa porque es apenas la sala de una casa.

Disfruten de nuestro catálogo COCINA para la muestra alternativa, o sea, la alternativa dentro de la alternativa.



#ArtistasUnidosContraElTotalitarismo


...
Para más información sobre las protestas de 1988 buscar a Ernesto Menéndez-Conde en su próximo libro Trazos en los márgenes (Arte abstracto e ideologías estéticas en Cuba), que será publicado por Linkgua, Barcelona, 2018, páginas 1-4.

Acá algunos fragmentos:

En la portada de Inventario, la abstracción geométrica se presenta como la expresión de un arte avanzado y perturbador. En Es solo lo que ves, por el contrario, es uno de los paradigmas de creaciones estéticamente complacientes (y cómplices) con una política cultural opresiva, que perseguía neutralizar las críticas a la sociedad en el ámbito de las artes visuales. Y esta acusación, que veía la abstracción geométrica como una vertiente formalista y sin ningún tipo de repercusión social, no provenía de los ideólogos del gobierno, ni tampoco de los partidarios de la línea prosoviética (que tradicionalmente habían sido los más renuentes adversarios de las tendencias abstractas); sino de creadores que se percibían a sí mismos como una agresiva avanzada dentro del arte cubano.

A primera vista las geometrías sobre los lienzos eran, desde la perspectiva de un arte de crítica social, contenidos anodinos, comerciales y evasivos. Unos rombos, unas formas ovaladas, unos rectángulos, unos planos de color o unas líneas de contorno eran soluciones formales por completo inapropiadas para un momento en el que los jóvenes clamaban por profundas reformas sociales. Sin embargo, elegir la abstracción como paradigma de un arte indulgente ante los conflictos sociales era una decisión estética que venía a repetir en un nuevo contexto las críticas contra el arte abstracto que acompañaron a la no figuración desde su llegada a Cuba. Unas polémicas que podrían servir para argumentar que las tendencias abstraccionistas, lejos de ser complacientes, se insertaron de manera controversial en el escenario artístico del país. Y fue una controversia que se prolongó durante más de medio siglo. Es solo lo que ves era una pieza más dentro de aquel debate. Los jóvenes asumían una posición similar a la que frecuentemente, en Cuba y en Latinoamérica, sostuvieron los partidos de corte marxista, que vieron la abstracción como un arte deshumanizado y ajeno a los conflictos sociales.

Es solo lo que ves era parte de las protestas de un amplio grupo de críticos y artistas contra los obstáculos institucionales a las aperturas en el ámbito de las artes visuales durante la segunda mitad de la década de 1980.[1] El título era un guiño —y una aparente negación— a una muestra colectiva anterior, No es solo lo que ves.[2] Los nuevos artistas hacían un arte abiertamente crítico y opuesto al oficialismo.[3] Luego de unos meses de controversias, las instituciones comenzaban a cerrar los espacios para el debate político. La abstracción era un pretendido acto de sumisión colectiva que nunca habría de consumarse.[4]



[1] A partir de la exposición A tarro partido II, de Tomás Esson (Galería 12 y 23, La Habana, enero de 1988), censurada el mismo día de la inauguración, se agravaron los altercados de los jóvenes artistas contra las instituciones. Las exposiciones y eventos artísticos pasaron a convertirse en un animado espacio de debate político y ético. Antonio Eligio Fernández señala la muestra Relevo, celebrada el otoño de 1986, como el momento en el que ya puede constatarse la existencia de un grupo de artistas que mantendrían una actitud de confrontación ante las instituciones.
Fernández, Antonio Eligio. “Anotaciones al relevo”. En: Santana, Andrés Isaac (compilador y editor). Nosotros, los más infieles. Narraciones críticas sobre el arte cubano. (Murcia: CENDEAC, 2007), 104.

[2] Inaugurada el 1ro de marzo de 1988, por el llamado Grupo Provisional (participaron Glexis Novoa, Aldo Damián Menéndez, José Luis Mateo Alonso, Segundo Planes, Carlos Cárdenas, Ciro Quintana, Carlos Quintana, entre otros).

[3] Mosquera, Gerardo. “The New Cuban Art.” En Erjavec, Aleš. Postmodernism and the Postsocialist Condition. (Berkeley y Los Angeles: University of California Press, 2003), 232-233.

[4] El texto de Desiderio Navarro se publicó en el momento en que se realizaba el controversial Proyecto Castillo de la Fuerza (marzo-septiembre de 1989). Un ciclo de exposiciones que aceleró la destitución de Marcia Leiseca, viceministra de cultura, poco después de que se inaugurara la muestra La bella y la bestia, de Sandra Ceballos. Los ejemplos de censura fueron numerosos. En particular las autoridades encontraban conflictivas las representaciones burlonas de Fidel CastroI o Che GuevaraII y las imágenes sexuales grotescas (como la que incluyó Glexis Novoa en La bella y la bestia). Después del escándalo provocado por la performance La esperanza es lo último que se está perdiendo de Ángel Delgado en El objeto esculturado (mayo-julio de 1990), se impuso una postura más intolerante hacia el arte contestatario.
I Ver los trabajos de René Francisco Rodríguez y Eduardo Ponjuán, exhibidos en el Castillo de la Real Fuerza, en septiembre de 1989 y el lienzo El David, de Joel Rojas, por entonces estudiante en el Instituto Superior de Arte. El David representaba a Castro desnudo, sosteniendo una hoz y un martillo, en la pose de la conocida escultura de Miguel Ángel. La obra fue secuestrada por las autoridades y quedó inconclusa. Rojas fue expulsado del instituto en octubre de 1989. Ver:
(revisado el 16 de febrero de 2018).  

May 7, 2018

Manifiesto Cardumen

Luego del debate público sobre la censura y los modos de producir audiovisual en Cuba, generado a partir de la 17 Muestra Joven ICAIC, jóvenes cineastas cubanos hacen pública su declaración. Si eres cineasta o seguidor del cine cubano puedes adherirte a los firmantes escribiendo en los comentarios la etiqueta #FirmoSoyCardumen o enviando un correo a el.cardumen.cuba@gmail.com. No olvides compartir por cualquiera de las vías ni dejarnos tu nombre completo y tu profesión u oficio (opcional). La lista de firmantes acompañará este documento y se actualizará periódicamente.

PALABRAS DEL CARDUMEN. DECLARACIÓN DE JÓVENES CINEASTAS CUBANOS.

Somos los cineastas del cardumen. Nuestro cine se opone al de la falsa esperanza, a ese cine complaciente que no busca generar diálogos productivos con el espectador y pretende adormecerlo para que reproduzca miméticamente conductas, valores e idearios desgastados, desconectados del complejo contexto en que nos ha tocado vivir.

Somos continuadores de un cine inconforme y revelador, ese que el ICAIC acogió y defendió, de amplia tradición dentro del Nuevo Cine Latinoamericano. Por ello, no aceptamos zonas de silencio en nuestra historia ni obstáculos para el conocimiento y la representación artística de esta, aun de aquellos sucesos más cuestionables. El dolor acallado solo genera represión, odio e hipocresía social.

Somos parte de esta sociedad y estamos comprometidos con ella de forma creativa y crítica. En medio de la apatía, el individualismo y el automatismo predominantes, hacer cine es el gesto positivo mediante el cual participamos. Coartarnos es limitar esta participación y, con ella, nuestro aporte. Cualquier acusación que se cierna sobre nuestras películas debe atender primero los problemas de esa realidad que les sirve de referente, que las condiciona tonal y temáticamente.

Apostamos por un cine que nos permita reimaginarnos como nación de manera constante, en toda nuestra riqueza y diversidad. Un cine que se busque a sí mismo sin complejos: inclusivo, múltiple, arriesgado. Un cine que desactive los lenguajes viciados, que elabore su propia sintaxis. Que dude, porque fe que no duda es fe muerta. Que no tenga miedo de hablar del fracaso, de la decepción. Que tome consciencia de su poder transformador.

Padecemos la inexistencia de plataformas consolidadas y eficientes que nos permitan producir y distribuir legalmente nuestro trabajo como artistas. Nuestras obras nacen por las más diversas vías: utilizando recursos propios, aportes solidarios de colegas, fondos de cooperación internacional, crowdfundings y la gestión de productoras independientes ―estas tres últimas, sometidas a una burda campaña de descrédito―. A ellas se suman apoyos esporádicos y parciales que proveen instituciones y empresas estatalesde la cultura u otros sectores. Todas estas vías juntas, sin embargo, no son suficientes para responder a nuestro potencial creador ni se integran de manera eficaz.

Urge que el Estado dé respuesta a demandas del gremio que son impostergables: el Registro del Creador Audiovisual, el Fondo de Fomento, la Comisión Fílmica, la legalización de las productoras independientes, y, por último, la promulgación de una Ley de Cine ante la obsolescencia de la Ley 169 de Creación del ICAIC.

Nos preocupa el tenso ecosistema nacional en que se desarrolla actualmente la creación, y de manera particular el audiovisual. La arbitrariedad con que se aplica la política editorial en instituciones como el ICAIC, el ICRT y, en fecha reciente, la FAMCA, así como sus correspondientes episodios de censura, minan más aún la confianza en nuestras instituciones. Resulta alarmante, por demás, la inconsistencia intelectual de los argumentos que funcionarios y asesores suelen esgrimir para vetar o regular la visibilidad de proyectos u obras. Tales prácticas, sumadas a la difamación, en medios de prensa oficiales, de críticos y realizadores, generan un clima inapropiado para la libre creación y circulación de las ideas.

Nos preocupa que esta censura se ejerza impunemente. Creemos que no hay cautelas ni principios éticos que sostengan su uso continuado, ni razones de bien que equilibren su costo en términos políticos y culturales. No puede ser injusta en otros contextos y justificable aquí. Siempre es penosa, repudiable. Y es más lesiva cuando se ejerce, directa o indirectamente, contra todo un gremio.

Nuestras películas deben ser programadas en los cines del país y en la televisión nacional ―más allá de muestras y festivales― tomándose como criterio su calidad artística y no haciendo que prime la suspicacia y la intolerancia ideológica. Esos espacios también nos pertenecen, y pertenecen a los públicos que tienen derecho a apreciar nuestras propuestas y con ellas dialogar como sujetos activos; nuestra creciente producción, cuya valía reconocen festivales y concursos de prestigio dentro y fuera del país, es capaz de nutrirlos. Tenemos derecho a participar con nuestra visión en la toma de decisiones respecto a lo que en ellos se exhibe. En el rediseño de dichos espacios, así como en el mantenimiento del espíritu plural y reflexivo de eventos como la Muestra Joven ICAIC, no puede prescindirse de nosotros. El cine cubano, todo, merece ser protegido. Esta es también una forma de enfrentar la creciente avalancha de productos audiovisuales con claras intenciones alienantes.

El sistema nacional de enseñanza artística audiovisual debe actualizar sus planes de estudio y fortalecer su claustro de profesores. No se puede desestimar el deseo de talentosos profesionales jóvenes de sumarse a él, incluso mediante una política de relevo con alumnos-ayudantes. Resultan imprescindibles carreras con perfiles de Guion y Animación cinematográfica, reclamo casi unánime de realizadores y especialistas que aún sigue sin respuesta.

Se impone construir un diálogo con las instituciones y sus representantes, así como al más alto nivel del Ministerio de Cultura y de organizaciones que deben representar a los artistas, como la UNEAC. Pero ha de ser un diálogo en condiciones de equidad a partir de una lógica no autoritaria, patriarcal, paranoide; sino horizontal, respetuosa y desprejuiciada; y sobre todo efectivo, que conduzca a resultados concretos más allá de la retórica. En un país como el nuestro, la política cultural no debe ser un sobrentendido ni puede imponerse como dogma.

De la salud de la cultura depende gran parte del bienestar de la sociedad. Pero no se trata de un bienestar ingenuo y pasivo, sino de un estado de ánimo crítico que nos permita estar alertas ante arbitrariedades, abusos de poder y voluntades colonialistas tanto de fuera como de dentro del país. Ser críticos significa ser dueños de nuestros destinos y hacer uso de la imaginación, único modo de refundar la utopía.

No somos el mañana, ni el mero presente, y mucho menos el pasado del cine cubano. Somos una combinación activa de tres tiempos, una maquinaria de múltiples voces e intenciones diversas unidas por el deseo de soñar. Soñamos con un país capaz de verse frente al espejo negro que es el cine, y que ante él logre reconocerse, amarse y odiarse, criticarse y alabarse, resistir y transformarse, todo al mismo tiempo.

Seguiremos haciendo nuestra obra, potenciando iniciativas de creación y reflexión alternativas que reinventen las nociones de participación y compromiso, ejerciendo la mirada y el oído, ocupando el espacio que nos hemos ganado con cada plano, cada corte, cada disolvencia. Nuestras películas, gestadas en la Isla y más allá, seguirán hablando y resonando aunque intenten ponernos mordazas. Hablarán por ellas mismas y serán nuestras voces, las voces de muchos. Encontraremos palabras nuevas, frases nuevas, lenguajes nuevos para contarnos. Pero nunca guardaremos silencio.

7 de mayo de 2018

A 50 años de los sucesos del Mayo francés y a 5 de la Asamblea de Cineastas Cubanos que daría origen al ya extinto g-20.

...

NOTA NECESARIA Y ACTUALIZACIÓN DE LA LISTA

Esta declaración surgió de un acuerdo tomado en la Asamblea de Jóvenes Realizadores de la 17ª Muestra Joven ICAIC, espacio habitual que se celebra al final de cada edición del evento.

En el proceso de redacción intervinieron decenas de cineastas jóvenes, deseosos de colocar su voz en el debate público suscitado y, al mismo tiempo, interesados en rebasarlo para hablar de un estado de cosas preocupante y sin dudas complejo.

No es anónima, sino plural, fruto de un consenso que se amplía con cada firma.

Se publicó en Facebook y se circuló por correo electrónico para dar la posibilidad a todo el gremio, diseminado en el país y más allá, de firmarla.

No es promiscua, sino pública y abierta, puesto que el cine también atañe a sus espectadores, y ellos también pueden suscribirla.

Se envió a los medios de prensa oficiales tras recogerse una lista significativa de firmas de cineastas y profesionales vinculados con este arte. Hasta ahora ninguno de ellos la ha publicado.
 
Con los firmantes del Cardumen ―imagen multicolor que de ningún modo puede reducirse a la Muestra― es posible entablar un diálogo clarificador y productivo. A este diálogo siempre invitamos.

Hasta las 10 de la mañana de hoy han respaldado la declaración alrededor de 340 personas. A continuación la lista actualizada de cineastas y profesionales relacionados con el cine que la han suscrito.

1. Adolfo Mena Cejas (realizador)
2. Adrián Aguilera (estudiante de FAMCA)
3. Ailyn Martín Pastrana (periodista)
4. Alain Ortiz (director de arte)
5. Alberto Garrandés (escritor)
6. Alberto Menéndez García (pedagogo, director y actor de teatro y audiovisuales)
7. Alejandra Verduga (realizadora)
8. Alejandro Alonso (realizador)
9. Alejandro Arango Milián (realizador)
10. Alejandro Brugués (director, guionista)
11. Alejandro Calero Díaz (fotógrafo)
12. Alejandro Delgado (músico y sonidista)
13. Alejandro Normand (guionista, director, cubano)
14. Alejandro Ramírez Anderson (documentalista)
15. Alex Fleites (escritor)
16. Alicia Arteaga (diseñadora de vestuario)
17. Amed Alexander Bueno Rodríguez (postproductor, animador)
18. Aminta D´Cárdenas Soroa (productora independiente)
19. Anabel Beoto Zulueta (historiadora del arte, investigadora)
20. Anabel Ramírez Hidalgo (productora y realizadora)
21. Andy Ruiz Muñoz (productor)
22. Ángel Pérez (crítico de cine)
23. Angelo Del Castillo (realizador)
24. Antonio Enrique González Rojas (periodista y crítico de arte)
25. Aracelys Avilés (investigadora en antropología, periodista y realizadora)
26. Arianna Corona Rodríguez (periodista y realizadora)
27. Armando Capó Ramos (director)
28. Arturo Arango (guionista y profesor)
29. Arturo Infante (guionista y realizador)
30. Carla Valdés León (realizadora)
31. Carlos Alberto Méndez (actor y director)
32. Carlos Álvarez (3D VMX Post)
33. Carlos Gámez (curador y crítico de arte)
34. Carlos Lechuga (director y guionista)
35. Carlos M. Quintela (director y guionista)
36. Carlos Melián (realizador)
37. Carolina Fernández-Vega Charadán (directora y guionista)
38. Celia Rodríguez-Tejuca (estudiante de Historia del Arte y crítico)
39. Claudia Calviño (productora)
40. Claudia Expósito (productora, escritora)
41. Claudia Martínez Díaz (sonidista)
42. Claudia Olivera Peña (productora)
43. Claudia Osorio (productora)
44. Claudio Peláez Sordo (periodista y realizador)
45. Daiyan Francisco Noa Brandford (cineasta)
46. Damián Sainz (cineasta y artivista afroqueer)
47. Danae C. Dieguez (profesora e investigadora de género y cine cubano)
48. Daniel Ross Dieguez (realizador)
49. Daniela Gómez de Mello (productora)
50. Daniela Muñoz Barroso (realizadora y fotógrafa)
51. Danil Massip Formenov (director de fotografía)
52. Daphne Guisado (sonidista)
53. David Ramos Casín (estudiante de FAMCA)
54. Day García (realizadora y productora)
55. Dayana Prieto (productora)
56. Daylet Acebedo Pérez (editora)
57. Dean Luis Reyes (crítico de cine)
58. Diana Carmenate (diseñadora gráfica)
59. Diana Reyes Barrena (productora)
60. Dianelis Remedios (estudiante de FAMCA Holguín)
61. Edgar Soberón Torchia (creador y gestor cultural)
62. Elena V. Molina (realizadora)
63. Eliezer Jiménez Almeida (realizador)
64. Emmanuel Martín (realizador)
65. Enrique Pineda Barnet (cineasta, Premio Nacional de Cine)
66. Enzo Vitali (director)
67. Ernesto Daranas (director)
68. Ernesto Sánchez Valdés (director de documentales, primer asistente de dirección)
69. Estela María Martínez Chaviano (directora y guionista)
70. Evelio Manfred Gay (sonidista)
71. Fabiana Salgado (cineasta)
72. Fausto Canel (cineasta retirado)
73. Fernando Almeida (soldado, realizador)
74. Fernando Guerra (guionista y realizador)
75. Fernando Pérez (cineasta, Premio Nacional de Cine)
76. Frank Lahera O´Callaghan (cineasta y artista visual)
77. Gabriel Alemán (director, fotógrafo y cubano)
78. Giancarlo Medrano Pérez (guionista y realizador)
79. Glenda Martínez Cabrera (sonidista)
80. Gleris Vallejo Carballosa (fotógrafa)
81. Gloria María Cossío (directora asistente)
82. Gustavo Arcos Fernández- Britto (profesor y crítico de medios audiovisuales)
83. Gustavo Pérez Fernández (director, fotógrafo)
84. Hamlet Fernández Díaz (crítico de arte)
85. Hannah Imbert (guionista y productora)
86. Hanzer González Garriga (productor audiovisual)
87. Haydée Milanés (músico)
88. Haydée Oliva (curadora, equipo organizador Muestra Joven ICAIC)
89. Héctor Medina (actor)
90. Hugo Alea (cineasta)
91. Ian Padrón (realizador, PADRON FILMS)
92. Indiana Díaz Caraballo (estudiante de cine)
93. Irán Hernández Castillo (realizador)
94. Irina Carballosa Socarrás (sonidista)
95. Janis Reyes (realizadora)
96. Jarol Cuéllar (diseñador y director de animación)
97. Javier Machado Arribas (sonidista)
98. Javier Pérez (director de fotografía)
99. Jennifer Portelles (socióloga, productora)
100. Jesús Hernández (productor)
101. Joanna Montero (editora)
102. Joel del Río (crítico y profesor)
103. Jorge Del Sol Baylac (artista visual y productor)
104. Jorge Ferdecaz (actor cubano)
105. Jorge Huerta Velázquez (director y guionista)
106. Jorge Luis Sánchez (cineasta)
107. Jorge Miguel Quevedo González (realizador y editor)
108. Jorge Molina (director, actor, profesor)
109. Jorge Ribail Reyes González (realizador y profesor)
110. Jorge Ricardo (fotógrafo)
111. José Andrés Fumero (director, guionista y editor de animación)
112. José Galiño Martínez (Postproducción ICAIC)
113. José Guillermo García Vaillant (estudiante de FAMCA)
114. José Luis Aparicio Ferrera (director y guionista)
115. José Manuel García Casado (realizador)
116. José Ovi Jiménez (director de fotografía)
117. José Ramón Hernández Suárez (director, actor y gestor teatral)
118. Joseph Ros (realizador)
119. Josué Zayas Feria (estudiante de FAMCA)
120. Juan Antonio García Borrero (crítico e investigador)
121. Juan Carlos Calahorra (realizador y guionista)
122. Juan Carlos Cremata Malberti (director)
123. Juan Carlos Tabío (director, Premio Nacional de Cine)
124. Juan Pablo Daranas Molina (cineasta)
125. Juan Pin Vilar (realizador)
126. Judith Ruiz Castillo (productora)
127. Juliana Gómez Castañeda (realizadora)
128. Julio César Guanche (profesor, investigador)
129. Karel Ducase Manzano (realizador audiovisual)
130. Kevin Álvarez Córdova (fotógrafo)
131. Laura Batista Aranda (estudiante de Dirección FAMCA)
132. Laura Conyedo Barral (guionista y realizadora)
133. Laura Plazas Ruiz (directora y guionista)
134. Lázaro J. González González (director y crítico audiovisual)
135. Lázaro Lemus (realizador)
136. Leandro de la Rosa (director de cine)
137. Leila Montero (productora)
138. Lena Fajardo (realizadora y editora)
139. Lena Hernández Rodríguez (directora de fotografía)
140. Lila Falcón (productora)
141. Lilmara Cruz Pavón (editora)
142. Lily Suárez Rodés (directora de fotografía y colorista)
143. Lisa María Velázquez Serrano (realizadora, cubana)
144. Liz Capote (diseñadora gráfica)
145. Luis Alberto García (actor, director, productor)
146. Luis Alejandro Yero (director)
147. Luis Ernesto Doñas (director audiovisual y escénico)
148. Luis Rodríguez Ochoa (productor)
149. Lynn Cruz (actriz)
150. Manuel Alejandro Rodríguez Yong (realizador y productor, estudiante EICTV)
151. Mara F. Delgado Fonseca (filóloga, coordinadora Muestra Joven ICAIC)
152. Marcelo Martín (realizador)
153. Marco Almirall (director, director de fotografía)
154. Marcos Díaz Sosa (guionista y realizador)
155. Marcos Louit (diseñador, director y editor)
156. Mari Rentería (estudiante de FAMCA)
157. María de Lourdes Mariño Fernández (curadora y crítico de arte)
158. Maria Nela Lebeque Hay (historiadora del arte y crítico)
159. Marina Alfonso (productora)
160. Mario Espinosa (crítico de cine)
161. Mario Guerra (actor)
162. Mario R. Acosta Pérez (productor)
163. Marisol Rodríguez Rosabal (cineasta)
164. Marta María Borrás (realizadora)
165. Marta María Ramírez (feminista, periodista, community manager freelance)
166. Mayté Madruga Hernández (periodista)
167. Meilín Quiles (actriz, estudiante de Dirección FAMCA)
168. Michel Mendoza (crítico y ensayista)
169. Miguel Coyula (realizador)
170. Mijail Rodríguez (guionista)
171. Miryorly García (investigadora y editora)
172. Misael Vázquez (editor y realizador)
173. Natasha Vázquez (documentalista y periodista)
174. Nelson González Breijo (videoperiodista, realizador)
175. Néster Núñez (realizador)
176. Nils Longueira Borrego (crítico de arte)
177. Orlando Mora Cabrera (director)
178. Osmany Olivare (diseñador de sonido y mezcla)
179. Pancho García (actor, Premio Nacional de Teatro 2012)
180. Patricia Santa Coloma (directora de Producciones Almendares)
181. Pavel Giroud (director)
182. Pedro Alexander Bravo Lavin (realizador)
183. Pedro Luis Rodríguez (realizador)
184. Pedro Manuel González Reinoso - Roxana Rojo (transformista)
185. Pedro Noa (crítico de cine y profesor)
186. Rafael Grillo (escritor y periodista)
187. Raúl Capote Braña (actor y realizador de La Manigua Cooperativa Audiovisual)
188. Raúl Pelayo Jiménez (promotor cultural y productor audiovisual)
189. Raúl Prado (director de fotografía)
190. Reggi Guedes (realizador)
191. Ricardo Figueredo Oliva (productor y director)
192. Richard Abella (realizador)
193. Roberto Ramos Mori‎ (diseñador gráfico)
194. Rodney Blanco (editor y sonidista)
195. Roger Herrera (productor y realizador)
196. Roiniel Ledea Rosabal (actor y estudiante de FAMCA)
197. Rolando Díaz (director y guionista)
198. Rolando Leyva Caballero (crítico de cine)
199. Rosa María Rodríguez Pupo (realizadora, cubana)
200. Sandra Cordero (asistente de dirección)
201. Sandra Gómez (realizadora y directora de fotografía)
202. Sergio Fernández Borrás (realizador, sonidista, actor)
203. Sheyla Pool (diseñadora de sonido, La Nave Producciones)
204. Tamara Segura (realizadora)
205. Velia Díaz de Villalvilla (sonidista)
206. Víctor Fernández (realizador)
207. Víctor Manuel Vaillant Lara (realizador)
208. Violena Ampudia (realizadora y actriz)
209. Waldo Franco (actor)
210. Yadier Fernández Tamayo (actor)
211. Yaima Morfa (actriz)
212. Yaima Pardo (realizadora)
213. Yaite Luque Pérez (productora, networker)
214. Yamila Marrero Montero (productora)
215. Yenier Martínez (realizador)
216. Yimit Ramírez (realizador)
217. Yoan Palomino (director de fotografía y cubano)
218. Yoan Yabor (compositor)
219. Yunior García (dramaturgo y realizador)
220. Zoe Miranda (realizadora)

May 3, 2018

mínimo gorki


mínimo gorki, un documental de lia villares (doc. 40min 2017)



Primera entrega de la serie documental Arte libre vs censura totalitaria. Una mirada más íntima al contestatario rockero cubano Gorki.

Disponible en el Paketiko (versión políticocultural de El Paquete Semanal con temas normalmente censurados) y en la casa-galería ElCírculo.

El 2 de febrero la contrainteligencia militar cubana realizó un registro sorpresa a la casa-galería El Círculo, decomisando todo el material de la serie documental Arte libre vs censura totalitaria y robándose igualmente toda la información personal y privada de los artistas Luis Trápaga y Lia Villares.

Mínimo Gorki logró salvarse gracias a una memoria enviada por correo postal a la NYFA de los Ángeles, que afortunada y misteriosamente, rebotó.

El trabajo continúa, gracias a algunos amigos solidarios, que me prestarán cámaras y micrófonos, con más fuerza creativa y con más ganas.

La Kenia, que aparece en los agradecimientos, teniente coronel de la Seguridad del Estado al frente del saqueo, será llevada a los tribunales cubanos, aunque no pase nada, y solo obtengamos el desgaste del burocratismo y el limbo legal que nos obliga a la indefensión aprendida.

Gracias a la excelente caricaturista francesa Chabedé y al animador, quien prefirió mantener el anonimato...

Gracias a todos los que se solidarizan con el arte disidente en Cuba.
Y a los #ArtistasUnidosContraElTotalitarismo.

Apr 3, 2018

Nos persiguen por defender la libertad


Reclamo colectivo para denunciar el robo de la Seguridad del Estado a casa-galería El Círculo 

La casa-galería El Círculo (https://goo.gl/maps/vtG4EHTVtPu) es un espacio doméstico, un estudio artístico de la escena alternativa cubana, autónomo, sin ánimos de lucro, abierto al público interesado, a quien la Seguridad del Estado en repetidas ocasiones ha impedido la entrada a los últimos eventos culturales que hemos realizado, como la proyección del documental Nadie, de Miguel Coyula y las obras de teatro Los enemigos del pueblo, monólogo de Lynn Cruz (Teatro Kairós) y Psicosis, unipersonal de Iris Ruiz (Perséfone Teatro de Adonis Milán), durante la XIX edición del festival internacional independiente Poesía Sin Fin; quebrantando, entre innumerables artículos de derechos humanos, civiles y culturales, el artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el artículo 15 del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Estas son algunas de las razones para unir tu voz al reclamo por la devolución inmediata del patrimonio de la casa-galería El Círculo por parte de los agentes actuantes: el Departamento de la Seguridad del Estado (DSE), militares y paramilitares, con la complicidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y dos testigos “civiles” (“factores” del Comité de Defensa de la Revolución. CDR), al amparo del Ministerio del Interior de la República de Cuba, centrándonos en su principal responsable, la teniente coronel Kenia María Morales Larrea de la contrainteligencia militar; en el registro ilegal y ocupación de bienes arbitraria, cometidos contra los artistas Lia Villares y Luis Trápaga el 2 de febrero de 2018, en represalias a nuestro activismo y manifiesta ideología verdaderamente revolucionaria, pues todo lo que hacemos es porque queremos cambiar lo que debe ser cambiado.
Nos pronunciamos contra la injusticia de que todos nuestros archivos con información estrictamente personal nos fueran arrebatados en un flagrante robo de la contrainteligencia militar, como castigo individual y escarmiento público. En impune violación a derechos tan elementales como la privacidad, la intimidad, la integridad física, la libertad de movimiento, la libertad de expresión y la libertad de información. Exigimos garantías de no repetición y reclamamos que Cuba deje de ser estado miembro del Consejo de Derechos Humanos en las Naciones Unidas, en tanto no se comprometa a cabalidad con los tratados internacionales antes mencionados, continúe criminalizando la opinión crítica y no respete nuestro legítimo derecho a ser parte de la vida cultural cubana y continúe sus ataques desmedidos contra los disidentes, mediante el abuso de poder y la discriminación.
  1. Porque es un abuso de poder de un gobierno contra ciudadanos libres de delito.
  2. Porque es una violación a la libertad de creación artística y a los derechos culturales, al ejercicio legítimo de nuestro derecho a participar en la vida cultural, íntimamente relacionado con el derecho a la indispensable libertad para la actividad creadora, que obligan al Estado a eliminar la censura de las actividades culturales, de las artes y otras formas de expresión.
  3. Es además una invasión a la privacidad y un robo flagrante de la propiedad intelectual y la información personal de dos artistas que únicamente hemos cometido el crimen de pensar y crear libremente, al margen de las instituciones culturales, que nos excluyen, demonizan y segregan, por motivos estrictamente políticos.
  4. Es el intento desesperado de la dictadura de silenciar las voces incómodas de los artistas independientes, que amenazan la fachada aperturista que se vende en los "intercambios culturales", donde el arte oficialista autorizado, muestra precisamente su inflexibilidad e intolerancia, durante la larga coda de una política cultural cerrada, basada en el control totalitario: Dentro de la revolución, todo; contra la revolución, ningún derecho (F.Castro, discurso Palabras a los intelectuales, Biblioteca Nacional, 1961)
  5. Cuando censuran a un artista, nos censuran a todxs.
Si permitimos que le pase a uno, estaremos preparando el terreno para que ocurra, con más frecuencia y con nuestro consentimiento, a un mayor número de víctimas.
El silencio te hace cómplice: ayúdanos a crear un precedente y proteger así a los artistas independientes cubanos, de la intolerancia y la impunidad de las autoridades y los censores fundamentalistas en la isla.
Para garantizar el disfrute pleno de nuestros legítimos derechos con las garantías, la seguridad, tranquilidad y respeto necesarios para ejercer con total libertad nuestra creación artística, en nuestro país, sin la humillante censura y sin la discriminatoria política migratoria que, por último, nos excluye e inmoviliza.
Ayúdanos a visibilizar, con este caso tan claro de despotismo y censura totalitaria, la falta de libertades esenciales en la que vivimos lxs cubanxs, por más de medio siglo, bajo la tiranía castrista, que desprecia toda expresión de arte libre y a los artistas cubanos independientes.


Mar 26, 2018

Tania Bruguera: En Cuba te censuran la vida

Audio completo transcrito de la entrevista a Tania Bruguera en la sede de INSTAR el 12 de diciembre de 2016, parte esencial del documental Arte libre vs censura totalitaria, en proceso de edición, que la Seguridad del Estado incautó a Lia Villares, el 2 de febrero del 2018.

la censura totalitaria (En Cuba te censuran la vida)
Porque en Cuba es cierto que la gente aprendió a leer y escribir, 
pero ahora nadie puede leer lo que quiere, ni escribir lo que siente; 
ni puede hacer lo que desea: 
por eso necesitamos una campaña de alfabetización cívica. 
Es decir, ya sabemos leer y escribir, 
pero ahora yo quiero  leer lo que yo quiera, y escribir lo que yo quiera. 
Y tengo el derecho de hacerlo.
Tania Bruguera

Ahí no me oyes, ¿no?
Ven acá, dime el zoom cómo lo quieres?
La camisa está perfecta así, ¿no?
A ver, hazme una claqueta, ahora, de nuevo.
La primera pregunta es: ¿Existe libertad de expresión artística en Cuba?

Cuando se habla de libertad de expresión en Cuba hay que entender el rol que ha jugado el gobierno y las instituciones estatales en la orientación entre comillas, la “coordinación” y la producción, tú sabes, el presupuesto que se le ha dado a la cultura, por lo tanto ellos han tenido el control absoluto del producto que se está haciendo, es decir, para explicarlo mejor, yo creo que por un lado, cuando surge la Revolución, hay una efervescencia natural, donde muchos artistas vieron en estas figuras que se automitificaron, muchas de las cosas que ellos hubieran podido lograr son de otros países, que empezaron a acercarse a este lugar con una visión totalmente utópica y totalmente idealista de lo que estaba sucediendo; y yo creo que en ese momento la libertad existía hasta cierto punto porque la gente quería el proyecto y quería ser parte de ese proyecto. Pero poco a poco se fueron desencantando de ese proyecto. Entonces, lo que ha sucedido es que el gobierno ha fabricado el entusiasmo por la revolución. En ese sentido el gobierno ha proporcionado espacios para que de la impresión de que la gente está entusiasmada. Dan comisiones para los artistas, los músicos, las personas del teatro, etc, para que parezca que quieren hacer obras referentes al proyecto revolucionario, pero eso no es libertad de expresión, eso se llama “obras comisionadas”.
Yo creo que lo que ha pasado en Cuba es que a golpe de tanta censura, a golpe de tanto miedo, la gente ya no sabe lo que es la libertad. Por lo tanto es difícil cuando tú hablas de libertad de expresión, porque la gente está tan autocensurada que yo creo que ni ellos mismos se acuerdan ya de qué es eso. Date cuenta que hay artistas que nacen como artistas ya, como una segunda, tercera, cuarta o quinta generación, ya como artistas autocensurados. Hay artistas nuevos que van a exposiciones y lo que ven son obras que ya han sido censuradas, obras autocensuradas. Ya hay una generación joven a la que no hace falta censurar, por qué, porque ya ellos no saben qué cosa es hacer un arte que no sea conflictivo.
Es decir, ya ellos no están... ya nacen con el defecto de... del miedo.

Tú hablabas de una normalización de la censura. ¿Eso es lo que pasa con el miedo normalmente...?

No. Cuando yo hablo de la normalización de la censura, me refiero a un proceso que yo estoy viviendo en estos momentos, que ya no solo como una parte del proceso de la censura en Cuba. O sea, como te dije antes, la gente en el primer momento hacía obras porque todos estaban entusiasmados con el proceso, después de los setenta, ya venía como un indicativo de lo que había que hacer, como que el gobierno entendió que eso podía ser, como decían ellos, un arma de la revolución y empezaron a intervenir un poco más. Después, empezaron a censurar artistas que se fueron del país, y al irse del país, se empezó a devaluar su trabajo, a verse como un trabajo incorrecto, como un mal trabajo, ¿no? Entonces ahí empezaron a censurar a la gente como malos artistas. Es decir, si tú me criticas eres mal artista porque tu estética no es buena, no es que seas un artista conflictivo, no es que seas un artista que cuestione, sino que eres mal artista. Entonces es una manera de censurar también porque nadie quiere ser mal artista. Nadie quiere entrar en un proceso de marginalización del artista en el cual no solo dejas de tener exposiciones, no solo dejas de poder tener una entrada económica con tu trabajo, sino que ya dejas de ser un modelo a seguir por la gente joven, porque te conviertes en un fracasado. Te conviertes en el artista que no triunfó.
Porque en Cuba parte de la censura es que hay un solo camino para triunfar. Es parte de la lección que quiere dar la censura. Si quieres ser un artista digamos de éxito, tienes que hacerlo siguiendo este camino y solo por este camino llegarás a alguna parte. Y eso no es verdad, hay muchos caminos para lograr el éxito y cada persona tiene una idea diferente de lo que es el éxito. Hay personas que necesitan tener un éxito económico y hay personas como yo que no les interesa eso, que lo que me interesa es poder hacer mi obra lo más libremente posible.
Yo creo que cuando hubo estos problemas de censura en los ochenta, vieron un peligro en las exposiciones y las empezaron a cerrar. Después se dieron cuenta de que eso no era bueno, y entonces fueron a ver las exposiciones antes que abrieran. Para no quedar mal con el artista, le decían “oye mira a ver, quita la obra, que tiene problemas”, etc. Crear este proceso, como yo le llamo, de chantaje emocional con el artista, para que el artista haga lo que quieren las personas en el poder.
Después empezaron a ir a los talleres de los artistas. Ya no esperaban a que tú expusieras sino que iban a ver la obra que estabas haciendo, hablaban contigo, para que la cambiaras, “mira esto no es adecuado en estos momentos”. Y ahora han llegado a un nivel que me parece totalmente cómico y absurdo, donde censuran la obra que ellos creen que tú vas a realizar: ni siquiera censuran lo que has hecho, desde tu estudio, sino lo que no has hecho todavía. Y eso pasó el año pasado, que vinieron los factores, para decirme que no se me ocurriera salir a la calle a hacer un performance con la gente. A mí no se me había ocurrido, o sea, me pareció fantástico, que ya ellos, viendo ciertas condicionantes que podían parecer como una preparación de obra, piensen... es decir, que ya los censores piensan por ti. Ya los censores crean la obra por ti. Que es como un nivel que yo no conocía en la censura.
Entonces, cuando yo hablo de normalización, es que en este momento, una vez que se cambiaron las relaciones con Estados Unidos, que se empiezan a crear procesos de acercamientos con los dos gobierno, la gran crítica que ellos tienen aquí, es que no hay libertad de expresión. Entonces ellos tienen que ver de qué manera, y están en un problema grande, porque tienen que ver de qué manera complacen a los americanos dando un poquito de libertad de expresión, pero una libertad de expresión que ellos están dirigiendo, o sea, una falsa libertad de expresión.
Es algo que están construyendo, un gran teatro que ellos están haciendo, donde dejan a unos y no a otros, decir cosas. Y a los que dejan decir cosas, son gente que son su gente, digamos. Gente que trabaja con ellos, que son de confianza para ellos, etc.
Y una cosa nueva que estoy notando en la normalización, es que la manera en la que justifican toda la censura que están haciendo últimamente, viene siendo que está bien censurar, porque en todos los países se censura. Y tú no puedes comparar la censura que existe en Cuba con la censura en otros países, que es una censura limitada a la obra que está censurada. En Cuba te censuran la vida. No la obra, te censuran tu vida. Y entran con todo el peso del gobierno. Todas las instituciones, desde el CDR hasta los trabajos, donde tú vives, a la gente, los amigos, tus parejas, o sea se meten en todos los aspectos de tu vida y es una censura total. No es una censura parcial, es total. Y tampoco tienes los espacios para tú poder convertirte en contracultura.
Es que ni siquiera en Cuba tienes la posibilidad de convertirte en un artista que hace crítica institucional, porque si lo haces quién es la institución en Cuba: el gobierno, por lo tanto eres contrarrevolucionario. No eres un artista de crítica institucional, sino que eres un artista contra el gobierno. Es decir, que es bien cerrada la situación, es muy cerrada.
Lo que hace es que ellos tienen pequeñas válvulas de escape, como un programa de televisión en el que alguien dice alguna cosilla, un noticiero que hace una pequeña crítica, pero nadie critica ni nadie se pregunta las cosas esenciales. O sea, todo el mundo puede hablar más o menos con control, más o menos con permiso, de ciertas cosas, y siempre de manera fenomenológica. Pero nadie pregunta quién causó el problema. Que para mí esa es la parte más grave, esa es la parte que evidencia que en Cuba no hay libertad de expresión. Porque la libertad de expresión es que tú puedas decir quién causó ese problema. Y en Cuba eso no se puede hacer.

Niño, para ahí.
No se oye?
Sí, pero el micrófono está rozando con la tela todo el tiempo
Te voy a preguntar ahora de la relación de los artistas con los censores, que no eran desconocidos...
Qué bueno que estamos haciendo esto porque ya es una cosa menos que tengo que hacer, de la lista, una cosa menos.
Está muy lejos, muy bajo.
No, es que se desbalancea. No, no tanto, ahora tienes que subir.
¿Tan chiquito? No, él quiere subirlo por otro lado.
Ya, a esa altura.
No se puede poner el ventilador porque se oye un ruido.
¿Pero las balitas las dejan entrar?
Eso me lo regaló Santana.
Es cada vez que choca con la tela.
En el centro del vestido, Tania, ahí.
No te preocupes que no me voy a mover tanto.
Pero tú puedes limpiar el sonido después, el frufru....
A ver, dime de la relación del censor con el artista, y lo puedes unir todo con el gremio artístico, si es que existe un gremio, cómo se comporta la solidaridad con los demás artistas, que, como tú has vivido en el extranjero, obviamente es diferente...
Ah, ¿ya yo dije que querían decir que la censura en Cuba era igual a la de los otros países?
Dijiste que los funcionarios, que la censura se quería equiparar a la censura de afuera.
¿Dije eso?
Dale. Grabando.

Una de las características de la censura en Cuba que creo que es un poco anómala, comparada a la censura que existe ahora en el mundo, aunque creo que es un poco como la censura que existió en el campo socialista también, es que el censor no es una persona extraña, desconocida, generalmente el censor es el burócrata que te dirige desde la institución cultural que te atiende o a la que perteneces, es la persona que ha trabajado contigo en tu centro de trabajo, es tu profesor, es un amigo, puede ser incluso hasta un amante para alguna gente...
Es decir, el censor en Cuba es un ser humano, es una persona que tú conoces, es una persona con la que tienes un roce con la que tienes historias. Y es alguien a quien le conoces la historia también. Es decir que es una asociación muy perversa, creo yo, porque de nuevo es un chantaje emocional, hay un llamado a la amistad, sensibilizan todos los elementos posibles que uno pueda valorar como ser humano, la amistad, la familia, principios éticos, no querer dañar a una persona para precisamente forzarte a que tú cambies tu idea. Es decir cuando tú censuras en Cuba no es solamente una censura artística, es una censura ética, que entra dentro de tu campo ético, te hace sentir muchas veces mal, porque tú estás sintiendo que le estás haciendo daño a otra persona. Esa persona se aprovecha para que te sientas culpable.
Un ejemplo, generalmente ellos te mandan una persona que tú aprecias, es muy raro que manden a un desconocido a censurar: generalmente es alguien que ya tiene una relación contigo y que te recuerda un poco su amistad, las relaciones, cómo han conversado antes, lo bien que se han entendido y cómo ahora tú eres una persona intransigente, cómo eres una persona que no quieres entender y que le estás haciendo daño a tu amigo, que ha venido a hablar contigo.
Es decir, eso me parece una de las cosas más perversas que existe en la censura aquí actualmente. Incluso, una cosa interesante, en los ochenta sucedió algo, para mí también un poco anómalo, que es que los censores, de tanto que hablaban contigo, los de la seguridad, que en esa época todo el mundo lo hablaba, no como ahora, que los llaman y nadie lo dice... En los ochenta, una de las cosas bonitas era que la gente de la seguridad venían a hablar con los artistas para que cambiaran la idea, para valorar lo que estaban haciendo, para revisar las obras, para conversar, y todos los artistas hablaban de eso.
Y eso fue algo muy sano, porque el hecho de tú saber que ya a otra persona lo habían ido a ver, te daba, no sé, era una sensación de colectividad y de compañerismo, ¿no?, y de saber cómo iban las cosas.
Y el hecho de que la gente compartía lo que el seguroso le decía, por ejemplo nosotros nos reuníamos con un muchacho y él nos contaba todo lo que el hombre le decía y todos los argumentos y todas las discusiones que tenían, porque él sí creía que desde adentro podría cambiar las cosas, ¿no? Y era muy interesante, porque entre una persona que era de la Seguridad del Estado, y que era un censor oficial, (que su trabajo era ser censor) se establecía una relación casi afectiva con el interrogado, con el llamado a conversar. Y eso es una cosa muy rara que solo pasa en Cuba.
Yo me acuerdo que él hablaba del agente en primera persona, Rudy, se llamaba, nunca se me olvida, que si Rudy vino por aquí, que me dijo tal cosa. Y me acuerdo que nosotros discutíamos incluso estrategias para que él la próxima vez le dijera más cual cosa. Y era algo muy loco, que hasta la persona que trabaja como el represor que te atiende, que te estudia tu sicología, que sabe tu historia personal, íntima y de todo tipo para poderte manipular, se convierte en una presencia cotidiana. Eso es una cosa que a mí me parece atrófica. Y creo que es algo que ha permanecido. Y quién sabe, que el censor en algún momento pueda dudar, y no es que haya pasado mucho, pero siempre queda la esperanza de que tú puedas pervertir, a ese censor.

Espérate que estoy sudando como una bestia...
Eso sigue sonando.
¿Ahora mismo?
No, ahora mejor.
Tania pero una cosa clave, a ti, a nosotros, a todo el mundo, nos están aplicando técnicas de contrainteligencia militar.
Pero acuérdate de Lezama Lima. Los expedientes archivados y alguna muestra en el museo de la Seguridad del Estado ahora mismo...
A ningún artista del mundo se le aplica un método de contrainteligencia militar. Por eso se meten en tu vida.
Sí que te tratan como al terrorista.
Exacto.
Aquí no hay tomacorriente... se está acabando la batería.
Recuérdame eso.
Ah, aplicando técnicas militares... pero la Gestapo hacía lo mismo.
De eso se trata justamente.
¿Por qué no es lo mismo? ¿Cuál es la diferencia?
¡Es lo mismo! Es lo que yo estoy diciendo.
Vamos a decir eso que está bueno. Y si quieres decir otra cosa...
Lo del gremio artístico... yo sé que tú no vas a juzgar a nadie ni quieres tirarle tierra a nadie...
Yo hablo cantidad. Mira aprovecha y alcánzame el teléfono.
Podrías hablar de Occupy y cosas así donde has participado, que se reúnen cierta gente que defienden sus intereses, es como dice el Sexto, si a uno solo lo censuran, están censurando a todo el mundo...
Es lo que yo dije en ese texto, que la gente es la que permite la censura...
Sí, tú lo escribiste...
Sí, Sarah, how you doing, is my only day off, so,right now I´m being interviewed for a documentary...
Esta gente que fuera pa´allá pero les dije que hoy es mi día libre. Lia, tú crees que será como una hora, I think maybe an hour. See you.
Hasta yo estoy empegostada del sol... Chama la luz se va a ir casi ya.
Sí yo sé, pero vamos a tratar de hacer algo en Bellas Artes.

Una cosa también que es extremadamente, aún cuando las instituciones culturales están tratando de vender la censura artística...

Sigue sonando esa cosa. Está sonando todo el tiempo. Pero eso no tiene sentido... Será mi corazón... je je. Qué raro. Al principio estuvo mucho mejor... Uno, dos, tres, mira a ver Lia...Hay un ruido, no, un ruido del micrófono. Eso es el cable. Encendido y apagado. Voy a volverlo a encender. No, la esponjita es para limpiar. Está en On. Mira a ver ahora. Pero el principio estuvo mucho más limpio.
Es otra cosa. A lo mejor es un falso contacto en el audífono. Mira a ver ahora. Es el cable, trata de no tocarlo mucho. Vamos a seguir así mismo que se va la luz.

Una de las cosas que es muy específica del contexto cubano sobre la censura, aunque no es única, históricamente existe en otros lugares, es que la censura artística se convierte en un asunto de estado.
Pasa de ser una cosa cultural a ser un asunto de estado. Es algo que no tiene sentido en otro lugar porque en realidad la manera que se censura en Cuba es usando métodos de contrainteligencia militar, donde por ejemplo te hacen interrogatorios, donde te vigilan constantemente como si fueras un objetivo militar, te tratan como si fueras un terrorista de estado, te ejercen toda una presión mediática y un asesinato de la personalidad como si fueras un terrorista. Es decir, que los artistas que ejercen la crítica o que dicen algo a destiempo, la razón, siempre se usa esta justificación de que no es el momento adecuado. ¡Pero nunca ha sido el momento adecuado! O sea, tú te lees Mapa dibujado por un espía, de Caín, Cabrera Infante, sobre los eventos de lo que le pasó cuando lo aislaron y es lo que me sucedió a mí el año pasado. Yo me leí ese libro y me pareció que estaba leyendo mi propia biografía. Porque esos métodos siguen siendo lo mismos, son predecibles y son como un teatro que se arma, donde todo el mundo adquiere el rol de un personaje, donde la narrativa ya la conocemos todos, todo el mundo sabe lo que tiene que hacer para sobrevivir. Es algo que realmente va más allá de la censura.
Es una censura que está ya interiorizada, y la gente al escuchar algo que puede ser problemático inmediatamente asume su papel. Inmediatamente saben que tienen que dejar de verte porque los van a venir a ver. Es una cosa increíble que la gente tenga ya incorporada en su ADN la estructuración del miedo como manera de sobrevivencia.
Lo otro que sucede en el mundo de las artes plásticas que es el que yo conozco, llevan veintitantos años, desde los años noventa, tratando de imponer algo que hasta ese momento era falso, que es el mercado del arte. Yo recuerdo en los noventa que los críticos, los profesores, los grandes artistas hablaban del mercado del arte. Cuando digo grandes artistas me refiero a los artistas oficiales, por supuesto. Y yo decía, pero de qué mercado del arte hablan si aquí no hay coleccionistas en Cuba ni nadie viene a comprar. Y es que ellos estaban preparando ya una dinámica y estaban haciendo unas pruebas de cómo reaccionaban las personas ante el mercado. Y fue de un uso efectivo para el gobierno porque la gente cuando siente que forman parte del uno por ciento económico del país, que van a perder algo que les hace su vida más fácil, que les hace tener un estatus social diferente, pues se convierten en cobardes autónomos. Nadie necesita decirles que no hagan algo, ellos son sus propios censores de su obra.
Ahora mismo estamos viendo en Cuba que las personas que censuran más, son las personas de mejores posibilidades económicas, que tienen las posibilidades sociales para abrir espacios de libertad. Porque saben que una vez que que un concierto de la persona equivocada se haga en tu espacio, que ellos vean que una obra demasiado fuerte se exponga en tu galería, que venga incluso a comer alguien en tu restaurante que no deba venir, eso puede provocar el cierre de tu proyecto. Porque los proyectos aquí son falsos. Aquí nadie es dueño de nada. Aquí nadie es dueño de su propio proyecto: tú puedes por un tiempo tener una autonomía, pero siempre vas a depender del capricho o del miedo incluso de un burócrata que está en el poder. Porque mucha gente que te censura es porque los mandan porque son burócratas que tienen miedo de perder su puesto de trabajo si pasa algo que ellos piensan que va a lucir más. Ellos representan a la censura gubernamental pero como personas individuales deciden si algo les va a crear un problema o no. Hay muchas censuras en este país que terminan en el gobierno pero vienen de muchas partes.
Es difícil cuando las personas aceptan la censura de otros, están dejando ir una parte de su propia libertad. Y es lo que no se entiende. Cuando tú estás de acuerdo conque a un autor no le publiquen su libro, tú estás autorizando al censor a que no te autorice a ti a publicar tu libro. O te estás convirtiendo en el censor que vas a evitar escribir cosas de ese tipo, aunque sea lo que quieres hacer, para poder publicar ese libro. Ese es el problema que hay aquí. Se ha cedido mucho terreno. Y también por supuesto que este es un pueblo que no tiene fe en su propia función en un cambio social. Este es un pueblo que no cree que puede tener un poder, o que tiene todo el poder, porque los pueblos son los que tienen todo el poder. Pero los han convencido durante muchos años de que ellos no pueden cambiar nada. Entonces los que quieren cambiar algo, los que empiezan a hacer cosas se van cansando. Esto es una lucha de desgaste y siempre, hasta ahora, han ganado ellos porque son los que han estado allí por más tiempo y con más infraestructura. Pero bueno yo tengo la sensación de que esta vez ya no va a ser así, sé que es lo que piensa todo el mundo pero...

Niño para ahí.
¿Se oye mal?
Se oye muy mal.
Es una pena, porque estás haciendo un ensayo sobre la censura, sinceramente.
Niña, eso tiene que limpiarse después...
Pero es que al principio no ocurrió.
Tania, métete el cable por dentro.
Ni que yo fuera inocente, ni que yo fuera virgen.
No me has hablado del gremio...
Vamos a llegar ahí, relájate, te estoy haciendo algo que no le hago a nadie. Yo a todo el mundo le digo, tienes veinte minutos y me voy... ¡vaya!, aprecia lo que estoy haciendo. Yo normalmente mis entrevistas son algo rápido. Pero aquí estoy divirtiéndome, estoy gozando.
Prueba a ponértelo en la camisa, el micrófono.
Mira a ver tú Luis, no sea que...
Bueno, esta es mi única entrevista, yo no la voy a repetir.
Es que no te va a quedar tan buena como esta.
Mira, coge mis audífonos.
A ver, vamos a hacer una prueba, no muevas nada, habla en estado yoga...
Dale, sigue porque se va la luz.
Mira, coge mi cartera que mis audífonos sí funcionan.
Eso empezó cuando moví la cámara.
Necesitas unos audífonos para eso...
No es el audio... es un ruido que no se va a poder limpiar.
Vamos.
Ahora qué viene. Pregúntame lo mismo.
La solidaridad...

Esa misma conducta aprendida que tienen los artistas en la cual tú sabes cuando alguien es tóxico entre comillas y te puede crear problemas a ti por la cercanía, entonces hay esta reacción automática digamos, esta reacción condicionada, en la cual los artistas saben a qué nivel de cercanía deben estar con una persona para poder mantener la amistad, o poder no perderla si es alguien que tú valoras o tú crees que pueda ser útil en el futuro y a la vez alejarte lo suficiente para no meterte en el círculo del infierno donde caes cuando uno apoya a alguien que está siendo censurado.
Uno de los efectos de esta censura de cincuenta años, sostenida, cotidiana, una censura que no es algo raro, que tú digas, ah, le tocó a esta persona hoy, ayer le tocó al otro, es algo que uno llega a ver natural y no lo es, es que la gente ha desarrollado un instinto oportunista super fuerte, en cual valoran qué les va a dar más, si apoyar a un censurado, o dejarse censurar. Y ese es un fenómeno nuevo que está sucediendo. Yo creo que en los ochenta, por lo menos en las artes plásticas, hubo una, no sé, el gremio de los artistas tuvo una solidaridad bellísima donde censuraban a uno y todo el mundo iba para allá, o todo el mundo hablaba de lo que sucedía, cada uno desde su punto de influencia trataba de cambiar la situación, los censores. Sin embargo hoy en día, no creo que sea algo casual, la Seguridad del Estado estudió este fenómeno de solidaridad que había entre los artistas y creó un sistema en el que hoy día es bien difícil tener esa solidaridad. Porque han creado divisiones, han creado estatus diferentes, becas que le dan a unos y no a otros, hay una educación de chivo expiatorio generalizada, muy precisa, en el cual la beca se le da al que todo el mundo sabe que no se mete en nada, hay como unos contratos en silencio que se hacen constantemente.
Yo creo que eso puede estar pasando por un momento que llegue a una crisis y se le pueda revertir al gobierno y pueda de nuevo el artista tener una solidaridad, porque hoy los que tienen el poder económico, los que tienen el poder de darle promoción a la obra de un artista cubano fuera del país, ya no es el gobierno solamente. Ellos están esforzándose muchísimo por no perder esa condición de únicos hacedores de carreras artísticas y los que tienen la influencia dentro y fuera de Cuba para darte oportunidades profesionales, pero eso ya hoy no está siendo tanto y cada día será menos.
Desgraciadamente no creo que todo el mundo tenga buen corazón pero creo que mucha gente van a decidir apoyar entonces, esperamos, yo creo, que haya algunos que van a empezar a apoyar a los censurados, porque sientan que ya eso no va a tener una influencia en su carrera porque ya haya otras maneras de abrirse paso, o porque el censurado tenga mejores influencias que el Ministerio de Cultura. Entonces pueden ser momentos muy interesantes que a mí me gustaría ver que sucedieran. Yo estoy segura de que va a ser así, quizás no ahora mismo, pero mientras más artistas tengan más poder, fuera de Cuba, no dentro, y que tengan la posibilidad de influir en la obra de otros artistas, quizás eso será una manera de luchar contra la censura en Cuba.

La solidaridad internacional... yo te hablaba más bien... Ves, que no quieres echarle tierra a nadie. Está bien. Habláme de tu artivismo. ¿Por qué te consideras una artivista y qué pudiera hacer el artivismo por Cuba?

el cambio

Ha sido un proceso largo. Yo cuando estuve estudiando en Cuba y cuando hice mis primeras exposiciones aquí, sentí muy fuertemente algo que sucedía cuando yo era una artista joven, que casi te obligaban a que todo fuera político, las lecturas siempre iban a ser políticas, aún cuando tu obra fuera un viaje interior, digamos, eso es una posición política. Y al darme cuenta de esto empecé a trabajar desde esa perspectiva. Y entonces viajo a los Estados Unidos y viajo a Europa y allí encontré algo que yo no entendía, había muchos artistas que en su tiempo libre eran activistas, pero entonces su obra, muchos no eran artistas políticos. Yo no entendía por qué esa dicotomía, por qué teníamos que ser seres fragmentados cuando de hecho, hacer tu obra políticamente es algo que yo veía como algo natural, porque se hacía aquí mucho. Y ahí yo empecé un poco a trabajar y acercarme a personas que sí hacían ese mismo tipo de trabajo, personas que sí usaban el arte para tratar de cambiar la sociedad, personas que estaban usando los medios artísticos, no solamente para que la gente supiera que sucedía algo, no solamente como una manera de visibilizar un problema y hacer de un problema una discusión colectiva, sino también artistas que les interesaba usar el arte más allá de un proceso de concientización, como un instrumento de cambio social.
Por supuesto, cuando se habla de cambio social quisiéramos imaginarnos cosas maravillosas, el cambio social es muy difícil, que toma muchísimo tiempo, que lleva muchas presiones simultáneas de muchos lugares, porque un cambio cuantitativo es muy difícil, y solamente es un proceso al que se llega por una acumulación de cosas que suceden, que tienen que venir de muchos lugares, como el caso de Cuba, que el gobierno sienta que no puede con todo, porque cuando tú tienes un solo proyecto te pueden caer arriba y se acabó, pero si tú tienes quince proyectos de quince grupos distintos, todos trabajando a la vez, con el mismo nivel de intensidad, es bien difícil para ellos, porque ellos tampoco son tantos. Es la idea que tengo.
También trabajo la idea del arte útil, es decir, como a través del arte se puede cambiar la cultura de la queja por la cultura del cambio social. Mucha gente se queja, se satisface con esa acción de quejarse, de verbalizar algo que llevan por dentro que es más complejo, sencillamente lo hacen delante de alguien, se sienten satisfechos, se van para su casa y no pasa nada. Yo creo que eso es algo que hay que cambiar. Hay que darle a la gente herramientas para que entienda que sus deseos no son prohibiciones, que sus deseos no son utopías. Que sus deseos son las necesidades como ciudadanos que ellos tienen y a la que ellos tienen derecho de perseguir para que se realicen. Que ellos como ciudadanos, tiene derecho a proponer a una sociedad porque son parte de ella, que tienen derecho de discutir con cualquiesquiera sean las entidades pertinentes para que sus sueños se realicen. Porque cada ciudadano debe ser respetado, aunque seas una persona que quieres algo que pueda hacerse, tú tienes que ser escuchado, y tienes que ser respetado.
De ahí llegué a una conclusión y es que a mí me interesaba que en Cuba, debido a todo lo que sucedió el año pasado aquí la gente, ni yo tampoco, conocía ni sus derechos, ni las leyes, que toda la programación, porque no es ni información, toda la programación informática que hay alrededor de tu cotidianidad está hecha para que tú no sepas nada, que solamente tengas una visión digamos sensorial de la situación, pero que tú no puedas entrar ni a preguntar los detalles en ningún lugar, ni a comprobar la veracidad de nada, ni a tener tus propios recursos de investigación.
Por eso el instituto. Porque en Cuba es cierto que la gente aprendió a leer y escribir, pero ahora nadie puede leer lo que quiere ni escribir lo que siente; ni puede hacer lo que desea, y en ese sentido necesitábamos, es lo que vi el año pasado, todo esto está sucediendo porque necesitamos una campaña de alfabetización cívica. Es decir, ya sabemos leer y escribir, pero yo quiero ahora leer lo que yo quiera, y escribir lo que yo quiera. Y tengo el derecho de hacerlo. Y eso va muy ligado al tema de la censura. La idea del Instituto es precisamente sistematizar algo que se hizo el año pasado, que fue nada más que la lectura del libro de Hannah Arendt, quien le da nombre al instituto, Los orígenes del totalitarismo, sistematizar un conocimiento que sea teórico-práctico.
Yo creo que uno de los grandes problemas que tiene la revolución cubana, y cuando digo revolución estoy hablando de un branding, no del concepto de revolución sino de cómo ellos se nombran a sí mismos, como una etiqueta, como una marca. Yo creo que ese proyecto de la revolución cubana como marca está en crisis por muchas razones, pero la primera es que no hay dirección ni madurez política. Las decisiones del gobierno se basan en caprichos personales y momentos de desesperación donde se toman decisiones para resolver, como decimos aquí, no mediante un estudio teórico previo, ni nada, solo estamos resolviendo lo de hoy, pero no estamos viendo cómo eso puede influir dentro de 10, 20, 30 años y cómo eso va a tener una repercusión. En parte por qué, porque las personas que están dirigiendo ya son viejas, les quedan unos pocos años, por lo tanto ellos no se hacen responsables del futuro de este país.
El instituto quiere traer un poco de teoría sobre la realidad, quiere traer momentos de pensamiento y de discusión sobre lo que está sucediendo, no solamente desde un aspecto práctico de resolver de cómo salimos de esto, sino entender qué cosa es una nación hoy en el mundo, no tiene que ser la nación de los independentistas de principio del siglo XIX, no tenemos que pensar en nación como Martí, podemos pensar en nación de otra manera. De una manera un poco más interesante. Yo creo que parte de esa crisis que tenemos hoy es que no tenemos un proyecto de nación, el gobierno cubano no tiene un proyecto de nación. Es como si nuestra vida se convirtiera en la vida de un tránsfuga donde todos tenemos que ver qué hacemos para poder sobrevivir. Y eso no es un proyecto de sociedad. Queremos en el instituto hablar de todas esas cosas.

Está perfecto Tania.
Yo creo que yo hablo demasiado.
La gente viene ahora con una especie fascinación, yo creo que siempre lo ha hecho, pero viene gente de izquierda buscando la fantasía del experimento en el que nos convirtieron. ¿Tú te consideras de izquierda? Cómo explicas esa fascinación, ahora mismo que la ciudad ha sido declarada maravilla universal en plena desmoronación.

el socialismo

Yo, políticamente me identifico, más que de izquierda o derecha, por los movimientos sociales.
Yo a nivel político me he criado en una sociedad socialista, con valores sociales y de justicia social (que nunca se realizaron), pero se hablaron y te los metieron en la cabeza como una aspiración.
Entonces yo realmente sí tengo esa sensibilidad, ante las injusticias sociales, yo me formé así.
Y también me gusta ser un poco utópica y no tan pragmática como mucha gente, me gusta todavía tener un poquito de sueños. Si se pone en los términos más clásicos yo sería de izquierda.
Nosotros siempre dijimos que la izquierda internacional era nuestro peor enemigo.
Porque esas personas tienen una visión de lo que sucede en Cuba que es la visión propagandística.
A principio de la revolución, el gobierno vendió este proyecto como una participación colectiva, incluyendo personas que eran de fuera también, cómo, brillante. Yo creo que aquí se hicieron cosas brillantes que debían estudiarse bien. Por ejemplo, venía gente a cortar caña: la idea de traer gente a pasar trabajo en Cuba, ¿no? Porque sentían que pasando trabajo iban a ser como los cubanos, y era un pasar trabajo distinto, pero ellos sentían que al ellos hacer ese sacrificio, ya estaban equiparando su experiencia con la de un cubano, y sentían que estaban realizando y ayudando al proyecto. Cosa que es falsa, porque ninguna de esa gente que vino a cortar caña, después esa caña sirvió, o sea, no se hizo un cambio en la economía, sino para mal, pero era un gesto simbólico, en el que toda esa gente regresaba, sintiéndose bien consigo mismos.
Ese fue sobre todo el gobierno de Fidel, que fue entender bien cuáles era los sueños irrealizados de las personas que venían a Cuba y darles la oportunidad de ser quienes ellos siempre soñaron que querían ser, y que no podían ser en ningún otro lugar. Es decir, si tú quieres ser un escritor con un premio nóbel, aquí lo puedes conseguir. ¿Quieres ser un gran cineasta?, aquí puedes serlo. ¿Quieres ser un empresario importante, un gran millonario?, aunque lo que tengas sea quinientos mil dólares, pero ¿quieres sentirte como un dios?, ¿que todo el mundo te adule y que todo el mundo te haga sentir que eres el rey de La Habana?, aquí puedes lograrlo.
Fue un mecanismo sicológigo extraordinariamente inteligente, perverso, maquiavélico, en el que mucha de la izquierda internacional, sabiendo los problemas que había en Cuba, se autocensuraban, para no dañar la imagen de la revolución. ¿Por qué no querían dañar la imagen de la revolución? No era por nosotros, era porque para la izquierda internacional nosotros éramos una manera de ayudar a la lucha de ellos en otros lugares: ellos nos ponían como ejemplo impoluto de lo que ellos no podían tener en esos lugares, y como una manera de avergonzar a sus políticos porque nadie había logrado lo que aquí se había logrado. Por supuesto, todo son grandes tergiversaciones, que no ven el desarrollo revolucionario cómo se va deteriorando a tantos niveles, no solo los hospitales que se van cayendo, que ahora somos esa ciudad maravilla, una maravilla moderna donde los edificios se derrumban y las personas mueren debajo de los derrumbes. Donde la gente vive en condiciones paupérrimas, en la miseria, donde el gobierno no se responsabiliza ni por sus vidas, ni toma precauciones antes que suceda lo peor, porque no existe un sistema de rescate ni nada.
Es muy útil tener un ejemplo para decir que lo tuyo está mal, pero para poder hacer eso tienes que decir que aquello está bien.
La otra cosa interesante es que en este momento, en mi criterio personal, no creo que el gobierno de Cuba sea un gobierno socialista. El gobierno de Cuba no es un gobierno de izquierda. El hecho de que el gobierno cubano sea amigo del gobierno venezolano, boliviano, ecuatoriano, etc, no significa que sea de izquierda. Creo que hay una cercanía natural, porque somos latinoamericanos, y creo que hay una relación en la cual coinciden con estas aspiraciones sociales, pero en realidad lo que más los une es el derecho que se han adjudicado esos presidentes a ser como los escasos presidentes de Cuba: eternos. Creo que en lo que más se parecen es en cómo han tratado de cambiar las constituciones para poder mantenerse en el poder, indefinidamente. Entonces eso no es ni socialismo, ni izquierda. Eso se llama caudillismo, se llama dictadura, se llama otras cosas.
Cuando un gobierno empieza a trabajar y a cocinar desde el punto de vista dictatorial, en el que una persona esté indefinidamente en el poder, eso por principio no puede ser un espacio socialista, porque las cosas no responden a los preceptos del socialismo, sino responden a los caprichos de un ser humano. Eso jamás podría ser socialismo. Aunque estén las regulaciones, las prerrogativas clásicas del socialismo, como que los medios de producción pertenecen al estado, etc.
En este momento yo siento que el gobierno cubano ha tenido momentos en el que se ha convertido en un gobierno neoliberal que se vende como un gobierno socialista. Porque un gobierno que se deshace de la preocupación y de su responsabilidad ante cosas como esos edificios que se están cayendo con personas que viven dentro en pésimas condiciones y sin posibilidad de salir adelante, que no haya agua o comida, que cierren las escuelas porque no hay dinero...
Aquí se intentan dar esos cambios neoliberales, en los cuales el gobierno se deshace de sus responsabilidades y se las da a los individuos, pero en el caso de Cuba, sin que esos individuos tengan las condiciones ni la infraestructura para hacer lo que debería hacer el gobierno.
Me parece que es algo paradógico: a nivel de discurso, somos socialistas, pero en la vida real, no lo somos. Es lo que pienso.
Lo que sucede también en este momento es que a mí me parece que es muy importante que los extranjeros que vienen a Cuba a hacer exposiciones, ya sean artistas, entiendan cuál es la función que ellos tienen aquí. Hay mucha gente que está usando a Cuba para progresar en sus carreras personales, para ganar más dinero, para subir de estatus social. Los extranjeros que vienen a Cuba están usando a Cuba. Hace falta que ellos entiendan que tienen que venir para estar con Cuba, que es algo diferente.
Creo que los que vienen deberían ver que su presencia tiene que tener un impacto, y el impacto debería ser hacer pensar a las personas, proponerle a la gente una visión diferente de su realidad, tener un diálogo interesante con las personas donde se cuestionen cosas que aquí se viven como normales. Y hay otras que vienen y no entienden que con su actitud no confrontativa, para tener una exposición que va a sonar bien en su currículo y va a estar a la moda porque va a irse con algo interesante que contarle a sus amigos cuando regrese, hacer eso significa que le está dando una legitimidad a los censores en Cuba.

Quedó volao, has hecho una tesis en serio...
Todo no tiene que ser personalizado. Porque la gente siempre piensa que una es egocéntrica que solo habla de ella. Yo no quiero hablar desde la primera persona. Quiero romper con eso.
Por eso quiero filmarte en Bellas Artes, porque no quiero que sean solo entrevistas. Quiero ir al museo, filmarte en la escalera, que me cuentes cómo fue la exposición de Tomás Sánchez donde no te dejaron entrar, subir a donde está tu bandera colgada...

Dale, vamos, mira yo estoy tratando de hacer con los textos que estoy sacando ahora por INSTAR, que la gente no piense que sea sobre mí. Que sean cosas que suceden aquí, que no me pasa a mí nada más.

CubaRaw

Luis Trápaga

El artista tiene en venta algunas de sus piezas. Para contactar directamente con él desde La Habana: telf. fijo: (053-7)833 6983
cell: +53 53600770 email: luistrapaga@gmail.com
para ver más de su obra visita su web

#vjcuba on pond5

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demanda ciudadana Por otra Cuba

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enlace a mi cuento "Dis tortue, dors-tu nue?" (bajarlo en pdf)

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Publikación de Ocio e Instrucción para los Indios de Amérikaribe, para recibir guamá, escribirle al mismo: elcaciqueguama@gmail.com

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Este es un proyecto de ayuda a blogs para incentivar la creación y sustento de bitácoras cubanas

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Rafael Villares

"De soledad humana"

Los objetos de la vida cotidiana están relacionados con todos los hábitos y las necesidades humanas que definen el comportamiento de la especia.Nosotros dejamos en lo que nos rodea recuerdos, sensaciones o nostalgias, y a nuestra clase le resulta indispensable otorgarles vida, sentido y unidad (más allá de la que ya tienen) precisamente por el grado de identificación personal que logramos con ellos; un mecanismo contra el olvido y en pos de la necesidad de dejar marca en nuestro paso por la vida.La cuestión central es, ¿Cuánto de ellos queda en nosotros? ¿Cuánto de nosotros se va con ellos? (fragmentos de la tesis de grado de Rafael Villares, San Alejandro, enero 19, 2009)

Néstor Arenas

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la mirada indescriptible de los mortalmente heridos