La sinopsis, como sigue: Llegado de provincia, Chamaco malvive en el cuarto que le alquila su tío, en la casa de su propiedad, en bastante mal estado, como casi todas las que conforman la actual arquitectura habanera, sin mantenimiento durante los cincuenta años transcurridos después del triunfo de la Revolución. Sin trabajo, busca dinero para la comida y el alquiler, jugando ajedrez en los bancos del Parque Central, Cuando comienza el filme, es de noche y el chico aún no ha reunido el monto del alquiler que debe al malvado de su tío, homosexual que le desea además, interés monetario aparte. Otro joven, casi de su misma edad, se aparece repentinamente y le dice que él se parece mucho “al novio de su hermana”. Y comienza a jugar, Y pierde. Pero no le da dinero a Chamaco, porque no tiene un céntimo. Engañado y desesperado, Chamaco agrede al joven y le mata. Huye y se esconde en su cuarto, pero el tío le forma un buen escándalo porque “hace tres meses que no le paga”. Ni le besa, ni le acaricia. En el Parque Central, solo la barrendera ha sido testigo del crimen. Pero no denuncia al chico ante el policía que investiga el caso, un agente de la Seguridad que vive con un travesti y que persigue a Chamaco para que le de información sobre uno de los fiscales que trabaja en el Tribunal Provincial, fiscal que suele ir de noche a buscar “muchachitos” para pasar el rato. Tragedia griega: el fiscal, es el padre del adolescente asesinado y de la chica que es novia de Chamaco. Cuando ella falta a la cita, por la muerte de su hermano, y escucha, de boca de su padre y amante, quienes eran ambos, Chamaco se suicida. Dicho así, no emociona. Eso hay que verlo, en pantalla grande y con actuaciones estremecedoras por impecables en su contención y expresividad: no hay papeles secundarios, con decir que la barrendera es interpretada por Alina Rodríguez (la Maria Antonia de Sergio Giral), en un pequeño papel que es pura realidad. La revelación es el actor que da vida a Chamaco, Fidel Betancourt , quien también lo hizo en las tablas. Con él, un Pancho García inolvidable(es el tío), y Caleb Casas(el hijo asesinado del Fiscal), Laura Ramos(la hermana y novia de Chamaco). Todos ellos interpretaron estos roles en el teatro bajo las órdenes de Carlos Celdrán. Para la película se sumaron, Luis Alberto García(el policía), Alina Rodríguez(la barrendera) y Aramís Delgado, como el Fiscal. El travesti, Alfredo Chang, como La Chupi, no es actor profesional, pero se luce y roba pantalla como el mejor. La música, jazzeada, tiene a ejecutantes de la Camerata Romeu, y a la soprano Bárbara Llanes , bajo la dirección de Zenaida Romeu, pero lo mejor es el reagguetón de Baby Lores, que cierra muy arriba lo sórdido y devastador, moralmente hablando, del filme.¿La fotografía? Oscura, como corresponde al tema tratado, close ups muy trabajados, intensos en su marcado desnudar complejidades, esencias. En fin, de lo mejorcito del cine cubano visto hasta ahora (Muestra incluida): cien puntos o cinco estrellas para Cremata.
looking for something?
Adagio de Habanoni
Fotografías de Silvia Corbelle y Orlando Luis Pardo
mi habanemia
La Habana puede demostrar que es fiel a un estilo.
Sus fidelidades están en pie.
Zarandeada, estirada, desmembrada por piernas y brazos, muestra todavía ese ritmo.
Ritmo que entre la diversidad rodeante es el predominante azafrán hispánico.
Tiene un ritmo de crecimiento vivo, vivaz, de relumbre presto, de respiración de ciudad no surgida en una semana de planos y ecuaciones.
Tiene un destino y un ritmo.
Sus asimilaciones, sus exigencias de ciudad necesaria y fatal, todo ese conglomerado que se ha ido formando a través de las mil puertas, mantiene todavía ese ritmo.
Ritmo de pasos lentos, de estoica despreocupación ante las horas, de sueño con ritmo marino, de elegante aceptación trágica de su descomposición portuaria porque conoce su trágica perdurabilidad.
Ese ritmo -invariable lección desde las constelaciones pitagóricas-, nace de proporciones y medidas.
La Habana conserva todavía la medida humana.
El ser le recorre los contornos, le encuentra su centro, tiene sus zonas de infinitud y soledad donde le llega lo terrible.
Lezama
El habanero se ha acostumbrado, desde hace muchos años, a ese juego donde silenciosamente se apuestan los años y se gana la pérdida de los mismos.
No importa, “la última semana del mes” representa un estilo, una forma en la que la gente se juega su destino y una manera secreta y perdurable de fabricar frustraciones y voluptuosidades.
Lezama
desmontar la maquinaria
Entrar, salir de la máquina, estar en la máquina: son los estados del deseo independientemente de toda interpretación.
La línea de fuga forma parte de la máquina (…) El problema no es ser libre sino encontrar una salida, o bien una entrada o un lado, una galería, una adyacencia.
Giles Deleuze / Felix Guattari
…podemos ofrecer el primer método para operar en nuestra circunstancia: el rasguño en la piedra. Pero en esa hendidura podrá deslizarse, tal vez, el soplo del Espíritu, ordenando el posible nacimiento de una nueva modulación. Después, otra vez el silencio.
José Lezama Lima (La cantidad hechizada)
...
sintiendo cómo el agua lo rodea por todas partes,
más abajo, más abajo, y el mar picando en sus espaldas;
un pueblo permanece junto a su bestia en la hora de partir;
aullando en el mar, devorando frutas, sacrificando animales,
siempre más abajo, hasta saber el peso de su isla;
el peso de una isla en el amor de un pueblo.
La incoherencia es una gran señora.
Si tú me comprendieras me descomprenderías tú.
Nada sostengo, nada me sostiene; nuestra gran tristeza es no tener tristezas.
Soy un tarro de leche cortada con un limón humorístico.
Virgilio Piñera
(carta a Lezama)
ay
Las locuras no hay que provocarlas, constituyen el clima propio, intransferible. ¿Acaso la continuidad de la locura sincera, no constituye la esencia misma del milagro? Provocar la locura, no es acaso quedarnos con su oportunidad o su inoportunidad.
Lezama
#VJCuba pond5
Pingüino Elemental Cantando HareKrishna
o la eterna marcha de los pueblos victoriosos
luistrapaga paintings
Libertad para Danilo
Dec 27, 2011
Chamaco en dos tiempos
La sinopsis, como sigue: Llegado de provincia, Chamaco malvive en el cuarto que le alquila su tío, en la casa de su propiedad, en bastante mal estado, como casi todas las que conforman la actual arquitectura habanera, sin mantenimiento durante los cincuenta años transcurridos después del triunfo de la Revolución. Sin trabajo, busca dinero para la comida y el alquiler, jugando ajedrez en los bancos del Parque Central, Cuando comienza el filme, es de noche y el chico aún no ha reunido el monto del alquiler que debe al malvado de su tío, homosexual que le desea además, interés monetario aparte. Otro joven, casi de su misma edad, se aparece repentinamente y le dice que él se parece mucho “al novio de su hermana”. Y comienza a jugar, Y pierde. Pero no le da dinero a Chamaco, porque no tiene un céntimo. Engañado y desesperado, Chamaco agrede al joven y le mata. Huye y se esconde en su cuarto, pero el tío le forma un buen escándalo porque “hace tres meses que no le paga”. Ni le besa, ni le acaricia. En el Parque Central, solo la barrendera ha sido testigo del crimen. Pero no denuncia al chico ante el policía que investiga el caso, un agente de la Seguridad que vive con un travesti y que persigue a Chamaco para que le de información sobre uno de los fiscales que trabaja en el Tribunal Provincial, fiscal que suele ir de noche a buscar “muchachitos” para pasar el rato. Tragedia griega: el fiscal, es el padre del adolescente asesinado y de la chica que es novia de Chamaco. Cuando ella falta a la cita, por la muerte de su hermano, y escucha, de boca de su padre y amante, quienes eran ambos, Chamaco se suicida. Dicho así, no emociona. Eso hay que verlo, en pantalla grande y con actuaciones estremecedoras por impecables en su contención y expresividad: no hay papeles secundarios, con decir que la barrendera es interpretada por Alina Rodríguez (la Maria Antonia de Sergio Giral), en un pequeño papel que es pura realidad. La revelación es el actor que da vida a Chamaco, Fidel Betancourt , quien también lo hizo en las tablas. Con él, un Pancho García inolvidable(es el tío), y Caleb Casas(el hijo asesinado del Fiscal), Laura Ramos(la hermana y novia de Chamaco). Todos ellos interpretaron estos roles en el teatro bajo las órdenes de Carlos Celdrán. Para la película se sumaron, Luis Alberto García(el policía), Alina Rodríguez(la barrendera) y Aramís Delgado, como el Fiscal. El travesti, Alfredo Chang, como La Chupi, no es actor profesional, pero se luce y roba pantalla como el mejor. La música, jazzeada, tiene a ejecutantes de la Camerata Romeu, y a la soprano Bárbara Llanes , bajo la dirección de Zenaida Romeu, pero lo mejor es el reagguetón de Baby Lores, que cierra muy arriba lo sórdido y devastador, moralmente hablando, del filme.¿La fotografía? Oscura, como corresponde al tema tratado, close ups muy trabajados, intensos en su marcado desnudar complejidades, esencias. En fin, de lo mejorcito del cine cubano visto hasta ahora (Muestra incluida): cien puntos o cinco estrellas para Cremata.
No comments:
Post a Comment
déjame un guiño...