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Aug 4, 2009

habanemia (textospAqué): segunda entrega

 las localizaciones
confirmar
      la eliminación múltiple
                  de archivos
sentada en el bar de un lugar nunca limpio y agradable
ni bien iluminado
con una piña colada delante
bastante rica
y una pantalla translúcida
  
every-time-it´s-rain
helado con maní
tengo en mente las localizaciones
un acordeón dentro de un bagón de tren, un libro abandonado a la mitad, posiblemente Nietzsche
posiblemente Beckett… una vicaria dentro marcando la página, posiblemente en blanco.
Barcelona, Talavera de la Reina, Madrid
Algún lugar del Prado en La Habana
¿son estas las localizaciones?
Algún cafecito en la ciudad, algún cine de barrio
Ahí están las localizaciones
En un apartamento cerrado
En un edificio alto, demasiado, de la periferia
Ellas/ellos andan por ahí
Los que pudieran de hecho aliviarme un poco
Se seconden en sus túneles de deseo contenido
Se acomodan en sus depresiones hasta que se les pasa un tin la tanta soledad
(Y pensar que nunca hemos probado a comer un solo alimento concentrado!)
En la pantalla un talento pianístico de pocos años.
Talento, sacrificio, dedicación. Palabras en extremo tormentosas.
Atormentantes. Tortura infinita.
Desperdicio, pérdida, malgasto.
Sobrecogimiento mudo.
Nuestros padres siempre nos advirtieron del tiempo…
Y nunca hicimos suficiente caso.
Mamá no para de comentar el filme que pasan a la noche
Casi le grito que está peor que los viejos del Chaplin
-acotación al margen: viejos del Chaplin: seres harto deleznables
que se la pasan comentandose unos a otros desde filas aisladas
en la sala lo que sucede en la película, a veces manejan conocimientos
varios sobre el director y los actores y suelen ser enciclopédicamente fastidiosos, pero lo peor
es que a la salida se interrogan acerca de cuál era por fin el significado de todo-
¿por qué nunca entienden la película? Porque se la pasan hablando es de suponer
Y por qué entran al cine si no van a atender nada de lo que ocurre
Lástima. Por perder mi tiempo pensando en estos viejos de mierda.
Estrangularlos ciertamente no aplacaría sus comentarios en voces decrépitas,
Pero odiarlos en silencio tampoco.
Me duele el golpe en la cabeza que me di hace algunas semanas
Cojo mi telar improvisado,
Me pongo a tejer pulsitos para todos.
Cada cual tiene un color correspondiente, cada persona que conozco le corresponde un color determinado.
Mi telar es un marco vacío que perteneció a mi preciosa amiga argentina que fue la que me enseñó a tejer
De esta forma indígena increíble.
El gato mientras tanto se entretiene en destrozar las bolitas de lana.
Meto los hilos sobrantes de colores en un pomo ancho de cristal.
Agrego piedritas de Guanacahabibes. Del Mariel. De Santa María, de Mar Azul.
He de hacer una música pendiente. He de pinchar. He de tantas cosas.
En cambio vuelvo a intoxicarme con alcohol, siempre que puedo.
Pulseras para todos. ¿en qué carajo estaré pensando?
Analizo qué colores y diseños para cada quien.
Diferentes maneras de invertir el tiempo libre, después de todo, desperdiciado, es la palabra justa, porque
nuestros padres siempre supieron de lo que estaban hablando… after-all
odio estar enferma, somnolienta de aburrimiento crónico.
Mi enfermedad es este lugar, la ciudad entera, mi enfermedad soy yo misma.
Mi enfermedad son las muchas gentes que desaparecen cada día, se evaporan en el lejos, muy lejos
de ese otro lado del océano
cuento los días, no obstante, de este verano inclemente
quiero pasar el nivel de exigencias
sólo necesito algún propósito perfecto
un intervalo rápido, inmediato
una descongestión completa
por lo menos
un cambio de tiempo
de clima
….
Una mujer cruza deprisa una habitación
Esa mujer puede ser la madre de un amigo, María, pongamos
O una invención híbrida y total de mis archivos subconscientes
Almacén de rastrojos, despojos intrascendentes
Acumulados en un trozo de memoria, el mínimo cuarto de desahogo de ahí dentro
Una puerta chirría.
Una madera que se encoge en la madrugada, siempre sonora
Un muelle que salta indiscreto desde una cama vecina
El oyente no desprecia nunca un colchón de muelles
Una botella de agua se destapa.
La cabeza dirigida hacia el oeste.
Un vestido rojo sangre permanece en un perchero por semanas
Ruidos extraños
Un bicho de luz, el reflejo de esta luciérnaga y después una gotera intermitente de una llave mal cerrada.
Desde las paredes las sombras se suceden en sensuales movimientos, un poco siniestros.
….
La Habana olía a pan
Como si de noche todas las panaderías estuviesen programadas para tenerlo listo al mismo tiempo
Este olor, no demasiado bueno, no demasiado malo, ácido y dulzón
Entraba por las ventanillas del ómnibus nocturno, donde las manos confundidas en los tubos pegajosos
De mil sudores juntos no se pueden estar quietas.
El ómnibus lleva el doble de la velocidad apropiada para conducir pasajeros
Desde sus espejuelos rosa mate de Lolita una niña rubia de trenzas me mira constantemente
Escarcha plateada cubren parte de su frente y mejillas.
El pelo lacio trenzado llega a los hombros donde empiezan los tirantes remolacha del uniforme escolar
Muy por encima de las rodillas.
Un anciano negro con una boina blanca y una guayabera blanca canta encima de dos adolescentes quizás hermanas
En su mano una lata que no derrama su líquido etílico a pesar de los frenazos del chofer apresurado
Fea, fea, tu boquita y tus ojitos que son feos feos y con ellos se enloquece
Mi corazón bonito… echa pa´llá piruja, calne´e puelco… ella que parecía un gallo desplumao con su cuerpo to descocotao
Así canta mientras las muchachas ríen a su lado. La gente también ríe. La guagua entera es un bullicio de risas contagiosas.
Aún cuando el chofer los obliga a sujetarse más fuerte cada vez para no caerse encima unos de otros.
A mí también se me escapa una media sonrisa, mientras intento mantenerme en equilibrio.
El olor del pan se va yendo cuando doblamos por la calle demasiado estrecha de la calzada.

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1 comment:

  1. Buen texto. No para, intenso, directo, sin regodeos, progresivo, reflexivo, con una recurrente y efectiva atmósfera de encierro, de manicomio, de muerte en vida...Amargo, lúcido, rebelde, a ratos con la idiotez de la que ya uno, no puede desprenderse porque viene de un afuera cada vez más cancerígeno...

    Pluralidad de voces...

    Un beso.

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