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Sep 10, 2012

Fresa y Chocolate: Juan Carlos Tabío: carta a Senel



Senel:


Te escribo para decirte que me llegó el libro que me enviaste a través de Arturo Arango.
Unos meses atrás, Alex Pausides me había anunciado que Colección Sur de la UNEAC estaba preparando la edición del guión de “Fresa y Chocolate”, pero cuando recibí el libro me sorprendió porque no sabía que ya se había publicado.
Me llegó de trasmano: Arturo se lo dio a Vivian Lechuga, Vivian se lo dio a Iliana e Iliana me lo dio a mí; casi como la antorcha olímpica, pero me llegó.
Comienzo por decirte que pienso –y no solo yo- que se trata de unos de los mejores guiones de la cinematografía iberoamericana de los últimos tiempos; y junto al cuento “El lobo el bosque y el hombre nuevo”, sobre el que está basado el guión, lo más logrado y significativo de tu obra literaria. Hasta el momento.
En el prólogo de la citada edición haces algunas observaciones que quisiera comentar. Te cito:

Si en una película es posible separar a los autores, el guión de Fresa y Chocolate es únicamente mío. La labor de escritura corrió a mi cuenta, no hay ni una escena escrita por otra persona, y soy el único autor, por así decirlo, del libro cinematográfico, y de este modo está registrado legalmente”.

Fuerte, ¿no?

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Yo no participé en la elaboración del guión. Sí sostuve con Titón varios encuentros donde conversábamos sobre las ideas que iban surgiendo, cómo se iban desarrollando las escenas, etc. Cosa que siempre hacíamos con nuestros proyectos, tanto suyos como míos.
El proceso de elaboración del guión duró más de dos años. En la medida en que el guión iba tomando forma, me iba pareciendo cada vez mejor. Recuerdo que en una ocasión le hice a Titón una única observación: las motivaciones de David para ir por primera vez a casa de Diego me parecían débiles en esa etapa del guión. Titón me invitó entonces a que yo participara en su próxima reunión contigo. De ahí surgió la idea de las fotos de David que Diego le dice tener en su poder, y claro, David exige que se las devuelva y por tal motivo va a su casa (“La Guarida”).
Si yo, estando completamente al margen del proceso de elaboración del guión, hice una observación que Titón entendió pertinente y que aparece en el guión terminado y por lo tanto en la película, ¿cómo no sería entonces su participación activa en los dos años(¡!)en que ustedes trabajaron juntos? Titón no habrá escrito “de su puño y letra” una sola línea del guión, pero su presencia está en todo momento.
Cuando Titón le daba el visto bueno a una escena o a unos diálogos era porque de veras lo satisfacían…”

Es decir que Titón colaboró contigo en el diseño de personajes y situaciones.
Me parecería mucho más justo y apegado a la verdad que digas que el guión lo escribiste con Titón y no para Titón.
(Sobre este tema volveré más adelante cuando llegue a los créditos en la película terminada. Prosigo con el orden cronológico de los hechos).
Terminado ya el guión y a comienzos de la también muy larga pre-filmación, Titón me mostraba los videos de las locaciones y conversábamos sobre los pro y los contra de cada una. Cuando se iban a hacer las pruebas de actores yo le propuse un actor (un gran actor) para encarnar a Diego; (cualquier estereotipo o caricatura del personaje, daba al traste no solo con el personaje sino con toda la película). Titón probó (entre otros) al actor que le recomendé, pero al ver el video de las pruebas, estuve de acuerdo con él en que Pichi (a quien no conocía)era el Diego pluscuamperfecto.
(Todo esto lo digo para recordarte que cuando Titón me llamó para que codirigiera con él la película,Fresa y Chocolate no me cayó encima como “una carpa de circo” (parafraseando a Lezama, de quien muy pronto hablaré protagonizando “una sabrosa aventura llena de entuertos y desaguisados”).

Más adelante, en el mismo prólogo, dices:Luego Juan Carlos Tabío entró a colaborar en la dirección de la película, llamado por Titón por sus problemas de salud, e hizo un buen aporte…”
Este “buen aporte” lo desglosas en estos tres momentos de la puesta en escena, en los que, de una manera o de otra, estoy implicado:

En un momento dado, Juan Carlos Tabío propuso sustituir la figura de Lezama Lima por la de Fernando Ortiz, a quien parece que él profesa mayor admiración y considera un padre de la cubanía más importante que el Poeta. No sé de qué artes se valió, pero logró convencer a Titón, y desconvencerlo yo me costó Dios y ayuda y unas cuantas cuartillas de argumentaciones y protestas.”

Después de leer esto, te confieso que me sentí como un boxeador al que le acaban de propinar una andanada de directos al mentón, y se agarra a la soga para que el referee le dé “conteo de protección”.
En primer lugar, yo nunca pretendí sustituira Lezama por Ortiz. Lezama es un metapersonaje en la película y su sombra la sobrevuela en todo momento. El “almuerzo lezamiano” es una escena importante del filme, al final de la cual Diego regala a David un ejemplar de Paradiso. Yo sí hablé con Titón para incluir” también la presencia de Fernando Ortiz entre los personajes que para Diego representan las claves de la cultura cubana. Me pareció (y me sigue pareciendo) que eso hubiera hecho de Diego un personaje más complejo y con una visión más abarcadora de la cultura cubana. Era también una forma de decir que Diego no solo era “fan” de Lezama por el capítulo 8 de “Paradiso”, sino por la honda significación que tiene “el Poeta” en nuestra cultura. Titón estuvo de acuerdo conmigo (había llevado al cine “Una pelea cubana contra los demonios”). Yo había planteado la posibilidad de que quizás en un momento, Diego hiciera un breve comentario sobre Fernando Ortiz, pero esto era solamente una proposición a discutir, no “un golpe de estado” a tu” guión.
Esas cuantas cuartillas de argumentaciones y protestas, se las escribiste solamente a Titón; pero Titón me las leyó. Ante esta actitud tuya, preferí dejar la cosa así y no insistir. De todas formas, mandé a poner la foto de Fernando Ortiz en el “altar” de Diego (como aparece en la película), aunque la dimensión de su presencia en esta no es la que yo (y Titón?) hubiera querido.

Otro de mis “buenos aportes” es el siguiente:

Una que sí no le gané a Juan Carlos fue que se filmara un escena, presente en el guión como podrá comprobar el lector, en la que David, después de hacer el amor con Nancy, baja desnudo al salón donde tuvo lugar la “cena lezamiana”, bebe una última copa de ron añejo y fuma un puro. Para mí significaba una broma con Diego: todos veíamos a David desnudo excepto él. Y también la recreación de un ceremonial machista según el cual un trago y un puro, como colofón del sexo, es un acto de reafirmación y celebración de la masculinidad. Eso no se llegó a rodar y todavía lo extraño.”

Verdaderamente, esa escena no la recuerdo. Le pregunté a Mirtha y a Pichi y tampoco la recuerdan, pero claro, ellos no estaban directamente implicados en ella. Le escribí a Vladimir y él me responde:

“…recuerdo que al menos en el guión que yo tenía SÍ aparecía esa escena(…)En cuanto al hecho de no rodarla yo no tengo la menor idea de quién lo decidió, en cualquier caso no me consta que hayas sido tú, ni haber oído ninguna opinión tuya acerca de si te gustaba o no.”

Una escena de esa envergadura, si se quitó del guión, como realmente Vladimir me confirma, pienso que debió haber sido por consenso entre Titón y yo.
Bueno, creo que no hay que repetir que si Titón me llamó a mí para codirigir la película, es porque él físicamente no podía; de haber podido, ni me llama a mí ni a nadie. Pero me llamó a mí, ¿qué le vamos a hacer? Y por supuesto que eso siempre significará para mí un gran privilegio y un compromiso con Titón y con la película.
El rodaje lo comenzamos con los exteriores y otras locaciones (en “la Guarida” todavía se estaba trabajando la escenografía). Titón, hacía un esfuerzo sobrehumano y en algunas ocasiones al mediodía lo llevaban a su casa, almorzaba y pasaba la tarde descansando.
Cuando íbamos a entrar a rodar en “la Guarida” coincidió con la fecha en que Titón tenía que ingresar en el CIMEQ para someterse a la operación quirúrgica, entonces yo pedí un día (¿o fueron dos?) para repasar todas las escenas (que eran las más complejas de la película) con Titón, los tres actores principales (Vlado, Pichi y Mirtha) y el director de fotografía, Mario García Joya para que, estando Titón en el hospital, también estuviera presente en el set de filmación.
Yo sospecho fue ahí cuando quitamos la escena del desnudo de David, o quizás fue en el trabajo de mesa o los ensayos, no sé.
La secuencia en la que David y Nancy hacen el amor quedó en la película en un único plano secuencia; Nancy recostada en el sofá, en el tocadiscos suena un bolero de Benny Moré, David toma a Nancy de la mano y comienzan a bailar, se besan por primera vez, la pasión va en aumento, suben al cuarto de Diego en la barbacoa, la cámara desde abajo los sigue, Nancy de espaldas, David le quita el vestido y los dos caen en la cama saliendo de cuadro.
Después de este plano secuencia, quedaban pendientes en el plan de rodaje unos primeros planos de David y Nancy haciendo el amor en la cama de Diego. Planos que sí tomé la decisión personal de no filmar, porque me pareció que era mucho mejor (como está en la película) cortar del final del plano secuencia al rostro de David, pletórico de dicha caminando en la Universidad mientras se continúa escuchando la voz del Benny "¡Soy feliiiiz!".
Además, no sé, pienso que al no aparecer David y Nancy haciendo el amor en la cama de Diego, adquiere más “gracia” el momento en que David le dice a Diego, en el Cristo de la bahía, que habían hecho el amor en su cama. No sé por qué pienso esto, “mariconerías mías” como dijo el elefante.

En un rodaje, el director tiene que tomar decisiones imprevistas en todas las escenas, a veces son pequeñeces, sutilezas, otras son más de fondo o de forma.
Cuando Titón estaba en el rodaje, las decisiones las tomábamos “a dúo”, como en la escena de la despedida de Vivian y David. Esa escena la fuimos despojando de diálogos como quienes deshojan una margarita, Titón quitaba uno, yo quitaba otro, hasta que quedó sin diálogo ninguno y el que se escucha en la película al final de la escena cuando Vivian le dice a David “¿Me vas a escribir?” fue un doblaje.
No digo con esto que sea una mala escena en el guión, es una hermosa escena. En los silencios de David y Nancy en la película están los diálogos del guión. Lo que sucede es que en el momento del rodaje, los personajes y situaciones van tomando las riendas, y si el director decide (siempre es una decisión) asumir esto, entonces está trabajando bien. Al menos eso es lo que yo pienso.
Lo que nos pasó a Titón y a mí con la escena de la despedida de David y Vivian, me pasó a mí solo con la escena de la bronca entre Diego y Germán por las esculturas que debían ir a la exposición.
En el guión esta escena tiene un tono casi de comedia; al final un vecino grita en Off: “¡Se revolvió la pajarera!” Cuando comenzamos a filmar la escena, esta fue tomando una intensidad dramática por la que yo aposté y a la cual contribuí, porque sentí, y entendí, que por ahí iban los tiros.
Titón y yo teníamos el acuerdo de que si surgiera una divergencia entre su criterio y el mío, por supuesto, la última palabra era de Titón. Eso sucedió una sola vez: Cuarto de Nancy. Nancy y David conversan: Nancy le está hablando mal de Diego, en eso Diego aparece en el umbral de la puerta y Nancy cambia abruptamente su parlamento y comienza a decir que Diego es una persona maravillosa. Titón y yo discutimos dónde debía estar sentado cada cual (Nancy y David). Quedó en la película como decía Titón. Perfecto).

Cuando yo estaba solo como director, por supuesto que tomé varias decisiones, en la “bronca de las esculturas” y en otras escenas, no podía ser de otra manera, para eso estaba yo allí, para eso me llamó Titón.
Ahora, volviendo a la escena del desnudo de David, te repito que la he olvidado completamente. Dices que yo la quité del guión, no sé, es posible, ahora si volviéramos a filmar la película hoy mismo, sí la quitaría.

Mi tercer “buen aporte”:

Mi tercera intervención fue una protesta porque el pasaje de la cena, que nosotros llamábamos “cena lezamiana”, la pensaba filmar en la mesa que siempre estaba en la cocina, la cual era redonda. Juan Carlos no le daba importancia al asunto, pero a mí me parecía una barbaridad. Me decían que no tenía lógica que el personaje cambiara la mesa, pero yo insistía en que sí, en que aquella era una ocasión especial y que Diego cuidaría ese detalle. No sé si convencí a Titón o si hizo el cambio para que dejara de fastidiar.”

En realidad, la mesa nunca estuvo en la cocina, sino en el comedor. En la secuencia de la “cena lezamiana” (que en realidad fue un almuerzo) la mesa se quedó donde siempre estuvo (no había otro lugar). Simplemente la extendimos con una tabla intermedia, le pusimos un mantel bordado, vajilla y cristalería para la ocasión, y rodamos la secuencia.
En las pocas escenas donde aparece la mesa antes del “almuerzo lezamiano”, esta se ve muy fragmentariamente y no se sabe si es redonda o cuadrada. Por cierto que si la puñetera mesa se hubiera quedado bárbaramente” redonda para el “almuerzo lezamiano”, esto hubiera posibilitado hacer movimientos circulares de cámara, que también pudieran haber funcionado muy bien. En fin…

Bueno, terminamos el rodaje. En el montaje, Titón, ya muy recuperado después de la operación, sí estuvo presente todo el tiempo.
La Primera Copia. En los créditos de esta Primera Copia aparecía:



GUIÓN
SENEL PAZ
Con la colaboración de
TOMÁS GUTIÉRREZ ALEA

Cuando viste la película, tuviste un aparte con Titón y le pediste que quitara su nombre en el crédito de guión. Le argumentaste que él era ya un director famoso y que tú necesitabas de hacerte de “un nombre”; al final Titón transigió, pero con la condición de que su nombre sí apareciera en el registro de la película para los derechos de autor.
Esto me lo cuenta Titón, pero él ya no está aquí para confirmar ni refutar mis palabras. Lo que sí está es un documento firmado por Titón y por ti:

Arsenio Senel Paz Martínez… (Nº de carnet de identidad y dirección)…declara ser autor de argumento y el Guión de la película FRESA Y CHOCOLATE.
De común acuerdo con Tomás Gutiérrez Alea…(Nº de carnet de identidad y dirección)…, ambos han establecido que Tomás Gutiérrez Alea recibirá parte de la retribución correspondiente al guión por concepto de colaboración en el mismo.
Para que así conste, a efectos de su registro en la SGAE, firman la presente

(Firma tuya y de Titón)

La Habana, 10 de mayo de 1994


Senel, si digo todo esto que he dicho, es porque tú has tocado nervios muy sensibles.

Y te agradezco mucho que me hicieras llegar el ejemplar de guión de “Fresa y Chocolate”, el guión que yo tenía en el rodaje lo fui destripando escena por escena para manipularlo con más comodidad (cosa que siempre hago con todos los guiones y por lo cual Iliana siempre me regaña). Volví a leer el guión y lo volví a disfrutar. Después me di cuenta de que en la primera página del libro, me habías autografiado una muy amable dedicatoria. Verdaderamente me hizo mucha gracia:

Para Juan Carlos Tabío
Sin quien no
Hubiera ni fresa ni chocolate,
Y para Iliana,
Sin quien no
Hubiera JCT
Senel 8 de junio 2012”

Mira, la segunda parte de la dedicatoria es una verdad universal, de la primera, no estoy tan seguro. Pienso que si Titón hubiera llamado a otro director,FRESA Y CHOCOLATE seguirían siendo FRESA Y CHOCOLATE.

Tuyo (aunque tampoco “únicamente” tuyo):
Juan Carlos

Ps-Me tomé la libertad de enviarles copia de esta carta a algunos amigos comunes a los cuales seguramente ya les has enviado el libro.

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