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Dec 4, 2017

Días difíciles para el arte alternativo cubano

El miedo insuperable o La confianza es lo que siempre se ha perdido1

A pesar de todo, yo creo.

Los últimos días han sido intensos para la comunidad artística alternativa habanera.
Hemos ido de un sobresalto al otro. La conferencia de prensa de la Bienal 00 fue el detonante para eventos sucesivos de represión cultural. La encarcelación del gestor del Museo de la Disidencia (MDC) y del Museo de arte políticamente incómodo (MAPI), como escarmiento general primero y luego una segunda vez durante los talleres iniciales del Instituto de Artivismo Hannah Arendt (INSTAR), a la manera de sabotaje solapado por un lado, y por otro, al mismo tiempo, la prohibición, una vez más, de cualquier intento de manifestación artística en la casa-galería El Círculo, del Vedado, en esta ocasión con el monólogo Los enemigos del pueblo de Lynn Cruz, dirigido por Miguel Coyula.

Como si se hubiera iniciado una nueva arremetida en orden de anular los pocos espacios autónomos que aún resisten completamente separados y en abierta oposición a las instituciones culturales nacionales. Más cuando estos espacios buscan unirse y realizar una bienal con su propia gestión.

¿Por qué -se preguntan algunos- siguen yendo a prisión artistas con una propuesta contraria a la de los canales oficiales? ¿Cuál es la verdadera intención del régimen con este actuar discriminatorio?
Todavía hay una gran duda acerca del arte/artista oportuno y el oportunista: ¿Todo artista debe sacar ventaja de su tiempo, de su momento histórico y social, o todo artista debe ser fiel al A R T E puro?

Es como meterse en la cuestión de qué es arte, quién es artista y si el arte político merece atención o descrédito. Los camaradas2 simplemente han retirado el rótulo de personas como Tania, El Sexto, Gorki o Luisma... Los criterios estéticos como mecanismo de control donde el agente censor encargado de justificar la censura te descalifica y agrede verbal y moralmente, para provocar el aislamiento y finalmente la anulación social a partir de una campaña difamatoria o el rumor intimadatorio con terceros, son fielmente transmitidos por los represores de generación en generación. Cursos de apreciación de las artes son impartidos en el Instituto Superior de Arte (ISA) a estos matones culturales para convertirlos en autorizados agentes integrales, como me hizo saber el camarada con mi caso.

Como resultado de esta confrontación o ataque directo del poder contra el arte, de la censura contra la libre expresión, ha salido de un cascarón casi petrificado un gremio de artistas comparable al de los años ochenta, al menos en espíritu. Es lo que sintió estos días Tania Bruguera, quien formó parte de esa generación. Hemos vivido una especie de solidaridad natural donde no ha hecho falta hablar mucho ni convencer al descreído miedoso, para pasar a la acción, de la aparente seguridad al riesgo incierto. Los habituales grises, que nunca se salpican, han ido al encuentro con la ola represiva, si no de frente, al menos de lado. La etiqueta “activista” ha sido tolerada por los pasivos cuidadosos. Ojalá pasara de una simple impresión, ojalá fuera esta la completa verdad. Pero quien escribe no es imparcial sino partidaria. Quien escribe elige ser libre a ser sumisa, a cualquier costo.

De los talleres de Tania salió un lema impreso luego en t-shirts y pegatinas para los participantes: PODEMOS CONFIAR los unos en los otros. Nada tan alejado de la realidad cubana. Es un sueño similar al de las cartas episcopales. Creo que en la foto grupal, casi ninguno de los retratados en un momento de alegría espontánea, tendría normalmente mucha confianza en el de al lado. Quisiéramos, pero hemos sido educados en la cultura del miedo, en el cuídate de ese que te quiere mal. Y ese coincide justamente con la persona más cercana, con la que puede crearse un vínculo afectivo y profesional a prueba de balas. Y eso no conviene: en cambio, los ideólogos censores sí aplican sus creencias al pie de la letra y la unión los hace fuertes. El gremio artístico ha permanecido en estado catatónico durante todos estos años de censura. Cada cual defiende lo poco que le permiten tener. Cada cual se cuida muy bien de no destacarse en temas delicados. La autocensura es el método más eficaz para conservar una sala, para publicar un libro, para exhibir tu obra sin mayores dificultades.

Difícil fue ponerse de acuerdo -el mismo grupo felizmente fotografiado- en hacer presencia física en la estación de policía de Zapata y C para reclamar la libertad de Luis Manuel. Había serias diferencias entre los presentes del taller de Tejadillo 214, a corta distancia de las primeras oficinas del “Dr. Fidel Castro”, en el número 57, según una tarjeta de los Archivos de Connie. Los argumentos eran que nos interceptarían y meterían a todos presos y que si la intención primera de la policía político-cultural había sido sabotear el espacio de Tania, pues no tenía sentido seguirles el juego. Recordar a Solzhenitsyn en Archipiélago Gulag: No creas, no temas, no supliques...

En las exposiciones permisibles, los quemados podemos esparcir el fuego. Algunos nos pasamos incluso de achicharrados. Se nos mira bajo la sospecha de un peligro latente: me quiere joder, para qué medio tomó esa fotografía, en dónde saldré publicado, qué se dirá de mí, que no me meto en nada... Son algunas de las preocupaciones que se leen claramente en la frente de estos tibios escapistas de las altas temperaturas. Deambular libre y anónimamente por galerías y exposiciones oficiales es un privilegio que fuimos dejando de tener con el tiempo. El tiempo en que demoran esos camaradas en achicharrarte/radicalizarte ante la vista de la mayoría. Y cuando la vergüenza de haber vivido en silencio en medio del atropello los alcance, si es que tal cosa ocurre, ya habrá pasado el peor momento. Y se justificarán con el silencio de la mayoría amordazada.

Hace algún tiempo Tania, Boris González Arenas y yo comenzamos un estudio de casos con los principales mecanismos de control ejercidos sobre los artistas contestatarios. Aunque personalmente creo que el artista debe ser siempre contestatario. De la misma manera, los criterios personales ciegan el juicio crítico de los artistas contra los mismos artistas3. Es otra de las cualidades lamentables con las que vivimos aparentemente en paz con nosotros mismos. Esa lista de discriminaciones y censura sistemática institucional y directamente contra los caídos en desgracia por atreverse a cruzar un límite invisible (“pasarse de la raya” en el argot popular), con la asesoría de Cubalex, fue enviada hace unos años a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para solicitar una audiencia sobre la situación de los derechos culturales en Cuba.

La audiencia era importante porque registraría y archivaría para el futuro, ayudando a crear un valioso informe en la isla “aperturista” tras las recién develadas negociaciones con la administración Obama, donde la farándula internacional estilo Rolling Stones no tuvo el menor reparo en visitar y dejar una falsa imagen de voluntad de cambio de un régimen totalitario. En el momento que fue rechazada, sin razones de peso a mi entender, Danilo Maldonado cumplía una condena a priori y sin juicio de diez largos meses de prisión por estampar su firma gráfica en los muros de ciudad. Solo al final de esa condena Amnistía Internacional consigue pronunciarse, ejerciendo una importante influencia en su liberación, y creando efectivamente un precedente para casos más recientes como el del muralista Yulier P. Considero que tal gravísima situación de violación extrema de la libertad de expresión artística no mejoró ni empeoró un ápice con el paso del tiempo, solo que quien no la ha experimentado en carne propia no puede padecer ni atestiguar su impacto en el proceso creativo y en la vida cotidiana de las personas afectadas. Algunos se creen a salvo en medio del holocausto a los vecinos: una visión ilusa del mecanismo de defensa que por instinto te lleva a flote.
La actriz Lynn Cruz habló de la experiencia de un segundo hundimiento, psicológico y emocional, el día de la función casi frustrada: su monólogo trataba del remolcador 13 de marzo, enumeraba las víctimas por edades de mayor a menor hasta 6 meses de vida y apuntaba a la figura del hombre de la piedra como culpable, un día antes del primer año de su muerte. No la iban a dejar pasar, aunque desconocieran cuán atrevida y valiente fuera aún antes de ser escuchada a todo pulmón, con previa inyección de adrenalina, el mismo día, tras el enfrentamiento con los militares encargados de truncarla y de no dejar pasar a un solo invitado. Primero arrancaron un cartel con el título de la obra y luego cuando indagaron de qué iba la misma, delante de los que pudieron llegar y de los vecinos, nos reímos todos a carcajada limpia y les aplaudimos, pues ellos eran obviamente los protagonistas de esa representación: los enemigos del pueblo. Todo fue registrado desde arriba pues bloquearon la entrada de la misma puerta con una barrera en posición militar en otro absurdo despliegue y aparataje policial contra cuatro artistas en una casa. El delito: pronunciarse de cualquier manera contraria a la figura máxima de la destrucción: Fidel Castro.

El autor intelectual de dicha obra fue llamado días después y llevado a interrogatorio. Adonis Milán, 24 años, actor y director, miembro de la AHS. Cuál era su vínculo con Tania Bruguera, Lynn Cruz y Miguel Coyula, Luis Manuel Otero Alcántara y su pareja artística Yanelys Núñez, Lia Villares y Luis Trápaga. Cuál era la conexión, aparentemente la misma, que los apoyaba a todos, la mano monetaria que les pagaba. Eran las preguntas que le hicieron durante cuatro desagradables horas. Aquí los dejo con el testimonio íntegro de este joven creador, una nueva víctima, que habla por sí solo. El mismo día, en la noche, el director del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales intentó prohibirle a Luis Manuel la entrada a dicha institución, infructuosamente, otro mecanismo represivo ampliamente usado por las autoridades contra los artistas y disidentes en numerosas ocasiones.

Dentro de unos días será la decimoséptima entrega del festival independiente Poesía Sin Fin del grupo Omni Zona Franca, pionero de estas aventuras con la Seguridad del Estado. El rescate, le han llamado sus gestores a este intento por sacar del naufragio entre el exilio obligatorio de algunos de sus fundadores y la carencia material, al festival por la salud de la poesía y la prosperidad de la nación. En mayo del año que viene, el impulso frenético de Yanelys y Luisma por rescatar igual una bienal de arte casi sepultada por una institución oficialista al servicio del Ministerio del Interior, verá la luz y se abrirá camino por sí misma. Entonces podremos comprobar cuán lamentable sigue siendo la situación de los artistas y los intelectuales en un país dirigido por militares a los cuales nunca les ha interesado el arte para nada, y han hecho todo lo posible por machacar a los artistas si se alejan de la corriente oficial.



1 Alusión a la intervención/performance La esperanza es lo último que se está perdiendo, de Ángel Delgado en la inauguración de la muestra El Objeto Esculturado en el Centro de Desarrollo de Artes Visuales en 1990: "Lo condenaron a seis meses de prisión -pena máxima para el delito de escándalo público-, un castigo cuyo exceso contrasta aún más si tenemos en cuenta que el artista había tenido hasta la delicadeza de poner un periódico Granma para no ensuciar el piso. Por cierto, la escultura intestinal de Ángel permaneció toda esa noche y el día siguiente en la sala de exhibición, para que las autoridades la examinaran como evidencia del delito. Formó realmente parte del Salón, por lo que el artista lo incluye con justeza en su curriculum." (Arte preso, Gerardo Mosquera, 1996)

Tambièn podrìa escribirse: "La confianza es lo que màs se viene perdiendo..."

2 Los “camaradas” o “compañeros” son agentes de MININT (Ministerio del Interior/policía política secreta) cuya función es “atender”los casos contestatarios o disidentes aislados, por orden de un superior. Por lo regular, intimidan, acosan e interrogan a los “acusados” y les hacen un perfil psicológico que forma parte de un expediente seudo-criminal. Estos "segurosos", como se les conoce en buen argot cubano, tienen un carné del DSE (Departamento de la Seguridad del Estado)  con una identidad falsa y otro carné normal nacional con su verdadera identidad. Sus seudónimos varían según el cliente "atendido".


3 Sandra Ceballos, Artista contra Artista 



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