El 18 de junio 2016 yo,
Luis Trápaga, artista, fui citado oficialmente a la estación
policial de Zapata y C por el instructor que se hace llamar Luis
Alberto Pérez Rodríguez, con motivo de tener una “entrevista”
conmigo. Un motivo débil para una citación oficial, de hecho, un
motivo casi ilegal.
―Usted sabe que si no
asiste a la citación tiene 50 pesos de multa.
―Pero yo asistí, aquí
estoy.
―Pero llegó muy tarde
y yo casi me iba, y para la próxima lo buscaremos con un patrullero
y además tiene 50 pesos de multa por no asistir a la primera
citación.
El agente Luis Alberto
Pérez Rodríguez, siempre de civil, quien domingo tras domingo según
sus propias palabras, tiene montado un operativo policial en los
bajos de mi casa para impedir que salgamos yo y mi pareja Lia
Villares, por la sospecha de que se nos ocurra asistir al parque
Gandhi, frente a la iglesia de Santa Rita -en 26 y 5ta Avenida,
Miramar- a acompañar a las Damas de Blanco durante las acciones,
cívicas y pacíficas, de la campaña #TodosMarchamos,
convocada por el ForoDyL.
La razón de la
“entrevista” según el agente, era explicar que este operativo
policial no se levantaría hasta tanto tuvieran la certeza de que no
inténtasemos ir nunca más a Miramar los domingos, y recalcar en
tono de amenaza (aun sutil) que eso limitaría nuestro movimiento a
cualquier lugar todo lo que durara cada mañana dominical, pues en
cuanto saliéramos, seríamos arrestados.
Reclamé que eso era una
violación sin ninguna base legal, pues salir de mi casa es un gesto
de libertad elemental que no se puede limitar a ningún ciudadano a
no ser que tenga alguna sentencia que cumplir, que no es el caso. El
policía político respondió que entonces estaríamos cometiendo un
delito contra la seguridad del estado.
―Y ustedes van a
asistir a lo de hoy a las 7?
―Lo de hoy a las 7?
―Lo de Tania Bruguera
―Pienso que si, pero
eso es una fiesta no?
―Si una fiesta, sabemos
que ustedes están colaborando con el proyecto de Tania
―Y hay algo mal en eso?
―Lo de Tania Bruguera
ya veremos, pero que quede claro que no hay más Santa Rita y no hay
más Todos Marchamos, ya se acabó Todos Marchamos y se acabó Estado
de Sats.
―Hace unos 5 años
aproximadamente un agente me dijo en una entrevista como esta que se
había acabado Estado de Sats, y de hecho estaba comenzando, hasta
hoy.
―Pero ahora sí se
acabó.
También nos exhortó a
que nos dedicáramos al arte que era lo que debíamos hacer y
dejar a un lado la política que no es lo nuestro, y que si
insistíamos en asistir a #TodosMarchamos o a cualquier actividad del
Foro o de Estado de Sats, entonces él personalmente tomaría medidas
para impedir que Lia viajara próximamente a unos conciertos
previstos en Buenos Aires, como parte de unas presentaciones de la
banda Porno Para Ricardo, y que esto era una certeza pues al
fotógrafo Claudio Fuentes lo habian arrestado recientemente cuando
se dirigía al aeropuerto para impedirle viajar a Colombia un evento
sobre derechos humanos al cual estaba invitado como parte de un grupo
de activistas pacíficos, de lo cual estaba advertido de antemano, y
asi mismo ocurriría con Lia si persistía en lo que él siguió
llamando actividades en contra de la seguridad del estado.
―Le
hace saber a su esposa Lianelis que estos días 19, 20, 21 no les
vamos a perder pie ni pisada.
―Y eso por qué?
(El agente hizo un gesto
ambigüo, desentendiéndose)
Le dije que eso era otra
violación que no se ajustaba a ninguna ley y que era un acoso
policial sin motivo alguno. El agente replicó que se le permitiría
viajar si a él le daba la gana.
Volví a inquirirle que
eso no se correspondía para nada con los criterios revolucionarios
del gobierno que él decía representar, sino que más bien se
parecía a cualquier comportamiento paramilitar que han ejercido
siempre las dictaduras latinoamericanas o en cualquier otro lugar
donde hubiera un régimen totalitario. El agente dijo sentirse
ofendido al cuestionársele su condición revolucionaria.
―Si
esto fuera una dictadura de esas aquí ya habría muchos muertos, y
ustedes probablemente estarían muertos.
―Al
parecer no han tenido la necesidad de llegar a los extremos, aunque
sí, ya tienen algunos.
―Cuáles?
―Oswaldo
Payá
―Y
ese quién es?
―Usted
sabe perfectamente quién es Oswaldo Payá
―Ah,
sí, ese que se murió en un accidente…
El
agente de la seguridad del estado, Luis Alberto Pérez Rodríguez
cumplió su promesa de hacerse presente como cada domingo en los
bajos de mi vivienda. Hoy es el día de los padres, y cuando nos vio
en la calle (pues regresábamos de la fiesta de la artista Tania
Bruguera) nos dijo con ansiedad: ellos
están y estarán aquí, señalando a los policías uniformados en la
patrulla: su manera de decir que no nos podíamos escapar de
la vigilancia, aunque ni siquiera estuviésemos dentro de la casa, y
de evidenciar que él no tiene la suficiente autoridad (moral ni
oficial) como para ejecutar semejante asedio por sí mismo.
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