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Jan 30, 2015

revolución cubana: Represión y discriminación (para tod@s por igual)

Isabel Santos, acriz secundaria de Vestido de Novia

Viendo Vestido de Novia, de Marilyn Solaya, me puedo confirmar el mal sabor de complicidad que le quedará a la audiencia cubana, empezando por X Alfonso, que corona la película con una de sus ambiguas canciones, donde hay muchos problemas y pocas soluciones; o ninguna solución. Eso proponen ambas películas: la película dentro de la película: Fresa y Chocolate (1994) y Vestido de Novia, que un poco trata de narrar el contexto de Fresa y Chocolate. 
2da en popularidad en el pasado Festival de Cine (después de la argentina Relatos Salvajes), aunque obtuvo el Coral del Público, hubiese sido bueno haberla visto en el Yara en la última tanda, donde seguramente habrían muchos de los afectados directamente por "el problema".

La dedicatoria al final de la película, cuando rompe el tema musical: “Por un mundo mejor y posible”, parafraseando a X nuevamente: “el problema es internacional”.

Nunca será un problema NUESTRO. Siempre seremos VÍCTIMAS. Y si hay victimarios, son intocables. 

La película, que abunda en lo cursi entre tragedia griega y tragiquismo carnavalesco se queda en la denuncia pobre, en la victimización quejosa, lastimera... Ecured la clasifica como "drama social". No hay una propuesta de ajuste de cuentas, de apuntar a un culpable, más bien culpabiliza a la sociedad por entero, todo el mundo colabora de alguna manera, todo el mundo sirve al engaño, a la simulación. 

Personajes oportunistas, arribistas, mezquinos, superficiales, mentirosos; desde el niño que repite "como un hombre" que "los hombres no lloran" hasta los intolerantes "hombres a todo", hasta las "últimas consecuencias": el machismo como sinónimo de "revolucionario", la barbarie toda como sinónimo de "revolución": Desde la consigna de la brigada de construcción que luego aparece en escena durante el Maleconazo, dando palos con sus pulóveres del Che: Revolución es Construir. 

Y lo que vemos es precisamente la destrucción, el desmoronamiento de todo vestigio de moral, la ausencia de amor humano y la completa bestialidad animal. 


Paolo Titolo y Mariela Castro, Fábrica de Arte

Para rematar, en el lobby del cine Chaplin se exhibe una exposición fotográfica del marido de la princesa Castro: el empresario italiano corrupto Paolo Titolo, con exuberantes -costosas- piezas y modelos llamativamente pudorosas (dentro de la pose de la máscara y el fingimiento) de su serie "Fátima XXXXXY" dedicada al tema trans.  Meses antes esta misma muestra estuvo en la Fábrica de Arte de Equis Alfonso.

Luis Alberto García y Laura de la Uz, actores protagónicos

Vestido de novia trata, al decir de Jeiddy Martínez, estudiante de periodismo que escribió en Radio Reloj: "¿Cómo se sentirá una persona al ser violada, golpeada, humillada, despreciada?", trata de ese ser excluido que hemos sido los cubanos todos a partir de 1959 y hasta el sol de hoy. Jeiddy dice que la película retrata a la actual sociedad cubana en tanto que "condena a los transexuales y a la vez estos tienen más moral que muchos que intentan esconder sus sentimientos hacia personas del mismo sexo".

El asunto de la discriminación sexual en Cuba siempre estuvo vinculada al concepto de "contrarrevolución": ir contra la corriente, estar "enfermito" por oponerse a las posturas radicales, por defender lo que se piensa, por perseguir la prosperidad, la felicidad. 

Es análogo al asunto de la disidencia, y todo asunto que se trate de exclusión de minorías, no allá por el ancho mundo, sino en nuestra muy estrecha isla llamada Cuba.



"En Cuba puedes pensar diferente...", dijo un oficial en un interrogatorio al pintor Luis Trápaga,"...solo resérvatelo!".

Las críticas a la película solo se remiten a la diversidad sexual, a la cuestión de género y a los prejuicios sociales que sufren todavía gays y trans en nuestra isla.
En la “prensa” oficial, el tema político siempre estará velado, sigue siendo una zona de inquietud donde nadie se atreve a entrar. Aun cuando el principal responsable de que la sociedad sea tan machista y altamente prejuiciada sea precisamente el sistema impuesto por los hermanos Castro.

Uno de los peligros que le atañe la institución al cine independiente, es que por fuerza tendrá que abandonar ese compromiso ideológico que se hace prácticamente de manera obligatoria, tácita. Más allá de la ficción también hay que adoptar posturas, poses. Enderezar la máscara.

Marilyn Solaya, realizadora cubana

Marilyn Solaya decidió producir su película con el ICAIC, (fue la única película cubana del ICAIC en concurso durante el Festival de Cine de La Habana) y desde dentro, deja bien clara su postura en los medios oficiales, que bien podrá variar cuando presente su película en los festivales de New York o Miami dedicados al cine cubano:

“Lo que más me llamó la atención, es como ellas, cuando comienzan a vivir con este nuevo género, reproducen todos los estereotipos y prejuicios de la mujer contemporánea. A mí me cautivan los temas de género,  porque siento que son problemas no resueltos aún en la sociedad cubana, asignaturas pendientes a pesar de la Revolución, la política cultural y de todos los satisfactorios cambios que hemos tenido. Creo que es mi misión abordarlo desde mi perspectiva de mujer plena, heterosexual, madre soltera de dos hijos, en un medio que, como el del cine, sigue siendo bastante masculino, por lo que puedo contarme entre las mujeres privilegiadas que han logrado convertirse en directoras de largometrajes. Siento que esta será la línea temática central de mi futura obra”, dijo en la publicación de la Cartelera de Cine y Video (No. 111, enero 2015) la realizadora del multipremiado documental En el cuerpo equivocado, que según sus declaraciones, forma parte de una unidad conceptual con Vestido de Novia.

La crítica de Marilyn, sin embargo, va más allá de sus propias palabras: en la película vemos el accionar de una dictadura militar, porque no se expone allí únicamente la violencia de género: vemos a militares metiendo a golpe de porra a un negro en una patrulla durante El Maleconazo.
Vemos la violencia –también militar– durante la premier de Fresa y Chocolate, donde el público rompe la vidriera del cine para poder entrar a ver la película, hecho más que cotidiano si se trata de filmes conflictivos. Vemos hasta el terror que debe sentir la propia realizadora cuando se defiende y deja clara –pero nada transparente– esta postura suya (que discrimina y mucho) de “mujer plena dentro de la revolución”.


Después de todo la película siempre hablará por sí misma, y todos esos elementos, por supuesto, harán del filme esa “realidad latente” en Cuba. Como las recurrentes rejas, los barrotes que se repiten a lo largo del filme, señalando la prisión (no solo mental) en que vivimos l@s cuban@s.


Tráiler de Vestido de Novia, de Marilyn Solaya

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