Me emocionó tu correo, lamenté no haberte enviado antes mi texto (lo escribí ayer tarde) y mucho más repensarlo como me decías. Me emocionó tanto como tu “gorrionitis”. No sabes, bueno, sí que debieras saberlo, cómo se te extraña y cómo empinga tanto no poder pasar tu cumpleaños de nuevo encaramados en aquel trampolín del Martí: no tanto la imposibilidad en sí, sino todo lo que acarrea. Me fastidia saber que puedo contar contigo de esta forma tan entregada y ni siquiera podamos comunicarnos con cierta periodicidad. A tu gorrionitis no le sobra una sola palabrita, toda la emoción contenida se siente, se respira. Peco por el exceso, pocas veces puedo ser sobria, á la lettre, jajaja. Pero cuando eres así de breve, y la tristeza es palpable en kilobytes o lo que sea pero palpable, real, no se puede menos que echar una lagrimilla quizás cursi, simplona, casi ridícula pero lágrima al fin. Cuando nos veamos de nuevo creo que te va a faltar la respiración del abrazo que te voy a dar. Y me imagino que con todos los que dejaste por aquí te va a pasar lo mismo, así que ponte a practicar y retenerla de vez en cuando, la respiración, digo.
Gracias por atenderme el facebook: nunca te doy las gracias por nada, debes hartarte un poco, no?
Debería estar ahora mismo festivaleando por ahí, así que ya me piro! Pero antes, de nuevo and-again-and-again-and-again: Merciiiiiiiiiiii… á toi… al infinite!!!!
Sustituye cuando tengas un time mi estatus del FB entonces por Soy Feliz porque tengo amigos que me apoyan incondicionalmente. Si “nacer una noche sin estrellas” fuera la metáfora de atrapada en la “fatalidad castrista” me siento feliz de haber nacido por la tardecita y no por la noche, cuando fuera acaso demasiado tarde y la salida no pudiera verse. El castrismo es un laberinto en línea recta: un Horror sin nombre, pero, so far, no sin solución. Y veremos ese amanecer mil veces desde nuestro trampolín frente al Malecón!!!
¿Quién?
ReplyDelete¿Deya?
Felicidades.
Pronto van a estar unidas otra vez.