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Nov 24, 2017

Lxs valientes y lxs cobardes


Me persiguen por defender la libertad. ¡Soy tan desafortunada!

Hacia las 2 de la tarde del jueves, un mensaje conscientemente indiscreto nos puso al descubierto después de haber tomado varias precauciones para que no se filtrara nada hasta después de la función. Pequeños pergaminos, artesanales y cuidadosamente trabajados fueron entregados en las manos de los pocos invitados, personas del gremio teatral, gente del medio: actores, directores, dramaturgos, cineastas.

Aunque personalmente creo en el potencial de la obra para otra clase de público, menos intelectual, pues hay una voluntad de sacar el teatro fuera de las monitoreadas salas oficiales con el fin de que sobreviva, de forma que una casa, una calle o hasta una cárcel pueda ser escenario ideal para que finalmente pueda recuperar su sentido de tribuna, su poder de confrontación y su libertad no solo de forma sino de contenido, según manifiesta Teatro Kairós en las palabras iniciales de su segunda entrega Los enemigos del pueblo.

Leer noticia Waldo Fernández Cuenca en Diario de Cuba

Hay una coherencia de hielo en este statement. Pues justo fue lo que pasó, después que todo esmero discrecional se desvaneciera con ese simple sms telefónico. Quien lo enviaba pecaba de una ingenuidad que, sino malintencionada, fue efectivamente el detonante para el despliegue policial que presenciamos junto a los vecinos, los que se acercaron y seguramente los que ni vimos porque fueron interceptados más allá de nuestras cámaras, en las esquinas circundantes.

Se trataba de una censura a priori, lejos del habitual modo del censor presente en la puesta en escena, que redacta un informe para el superior y luego, solo después de ser vista, es que se decide prohibir terminantemente la obra. Una obra como esta evidentemente no sobreviviría demasiadas funciones. Este era un estreno total. Nadie conocía el texto, solo quienes habíamos estado en el par de ensayos que hicimos, bien bajito, cuidándonos hasta ese extremo. Sabíamos que nos estábamos quemando, pero tampoco pensamos que ya estábamos achicharrados. Como decía la encarnación de Carlota desde las primeras líneas, nos encaminábamos a un suicidio social. Pero gustosos y justicieros: nada más reconfortante que hacer lo que uno quiere, a cualquier precio: el alto costo de la libertad.

La función, pese a todo, fue inmejorable. Dos personas habían podido traspasar el cerco. Dos personas tenía como público la actriz, pues todo consistía en un monólogo de teatro mínimal, sin elementos apenas que enriquecieran la escenografía: solo una luz sobre la actriz y una silla en mitad del espacio: una puesta en escena sencilla pero fuerte. Durante el lamentable intercambio con los agentes de la policía política que bloqueaban la entrada de la casa, Lynn se había cargado de toda la adrenalina posible para ofrecerle a esas dos personas, en medio de una sala otra vez vacía, una experiencia única e irrepetible. En medio del vértigo, su entrega fue invaluable.

Lynn Cruz, la autora, escribe. Y mucho: tiene una columna periódica en la plataforma Havanatimes y una novela-teatro en proceso. Aunque la idea de este texto fuera sugerida por Adonis Milán, un joven dramaturgo que aspira a que su generación de los millenials pueda “demolerlo todo”. No hace tanto, Miguel Coyula, el director y la pareja artística de Lynn, fue el blanco de un ataque similar, en el mismo espacio (la sala de una casa particular en el Vedado), para evitar la proyección -o que hubiera alguien en la misma- de su documental Nadie, igualmente denuncia de la censura contra los artistas y los intelectuales desde los mismos inicios de la revolución de Castro.

Una de las columnas de Lynn, motivada en aquella primera y horrible experiencia, se titula Los cineastas y los contrarrevolucionarios: «Como la realidad está diseñada para que uno se canse y no quede otra alternativa que el exilio, es probable que esto les haya hecho la vida fácil a las instituciones, de modo que sientan la total libertad de censurar, incluso, a aquellos que no les deben nada, en todos los aspectos, incluyendo el espacio de exhibición, pues muchas de esas obras han logrado pases en eventos internacionales, de modo que se han abierto camino por sí solas.»

El infructuoso diálogo institucional que muchos artistas deciden prolongar, para mendigar un permiso, o el espacio oficial para la muestra algo masiva de su obra, solo demuestra la necesidad de reconocer la existencia de un movimiento que pide a gritos legitimarse por sí mismo.

«Impedir que las películas independientes aparezcan registrados en los catálogos de cine cubano, silenciar a los cineastas, crear una mala opinión acerca de las obras y sobre los autores que las ejecutan, han sido estrategias para ejercer el control y censura sobre estas».

«A los que no vivimos la felicidad que significó para la mayoría, el año 1959, solo nos quedan términos y conceptos que califican como un problema semántico. Los de antes hablan de revolución, mientras para nosotros eso es gobierno, y donde hubo revolucionarios, solo quedan políticos. De modo que la palabra contrarrevolucionario(a) es simplemente un rezago de una revolución que solo sobrevive en el pasado. Mientras, la palabra revolución, en este contexto, es un término secuestrado por un grupo que solo quiere permanecer en el poder.»

«¿Hasta cuándo, cubanos...», reza el texto adaptado ahora de la boca de Charlotte Corday, justiciera de Nerón, Marat y Castro en tres reencarnaciones: «¿hasta cuándo nos  conformaremos con los problemas y las divisiones? Ya bastante tiempo unos pocos, han puesto su propia ambición en el lugar del interés general. ¿Por qué, víctimas de nuestro furor, nos hemos destruido a nosotros mismos, permitiéndoles a esos pocos que se establezcan como tiranía. Un partido único triunfa por medio del crimen y la opresión, algunos monstruos regados con nuestra propia sangre, conducen estas detestables conspiraciones. ¡Trabajamos en nuestra propia perdición con más fuerza y energía que la que hemos empleado jamás para conquistar la libertad. ¡Cubanos, un poco más de tiempo y no quedará de ustedes más que el recuerdo de su existencia!» 

«La conciencia de gremio -vuelve Lynn dirigiéndose a los que prefieren bailar convenientemente ciegos por un terreno feudal, siendo artistas cortesanos y contradiciendo un discurso machacado por el constante atropello contra ellos mismos- no podrá manifestarse dentro de una institución cubana, sino fuera de ella, es allí donde verdaderamente puede sobrevivir el arte. A los independientes que persiguen un arte verdaderamente revolucionario solo les cabría cuestionarse, ¿se puede ser revolucionario, y a la vez estar institucionalizado?»

No quiero repetir los detalles de la represión, ni volver sobre el cansancio y la impotencia cuando intentan acorralarte, arrebatando tantos derechos que ya no tiene caso enumerar: este es el lugar donde nacimos y nadie tiene el derecho a expulsarte por la vía de la fuerza. Que se cansen ellos.

Solo quiero decir que desde ayer, soy una persona absolutamente privilegiada por disfrutar de un arte que no se dice libre sino que lo es, porque arrebata el espacio que es suyo por naturaleza, sin detenerse ante un puñado de represores autoritarios, desarmados en su cobardía. Soy privilegiada por tener amigos artistas conscientes y limpios de traumas ideológicos, que solo buscan confundir a quienes prefieren seguir siendo corderos. Desde ayer nos posicionamos sin dudas en ese lado puro donde ninguna mezquindad puede tocarte. Hemos protagonizado a los valientes, mientras el resto (la mayoría) solo busca seguir siendo infelizmente cobarde. 

Gracias Lynn, gracias Miguel, gracias a los que se atrevieron a llegarse a nuestra casa.





Leer más: Lynn Cruz y Miguel Coyula
Censuran nuestra obra Los enemigos del pueblo 
HavanaTimes


Nov 7, 2017

Luis Manuel Otero Alcántara, otra víctima de la intolerancia y la censura



Luis Manuel Otero Alcántara es atacado por los mecanismos represivos castristas contra la libre expresión artística. 

Buscan anular su espacio y su convocatoria a la bienal alternativa que se vieron en el deber de intentar hacer un grupo de artistas libres cubanos, ya que las instituciones oficialistas cancelaron el evento oficial, justificándose con el huracán Irma. 

Lo contradictorio es que cuando encuentran 10 sacos de arena en una casa que sirve de espacio independiente cultural y crítico con la política institucional, las autoridades no piensan en que hay que reconstruir esta ciudad que se viene abajo, ni los ministerios pertinentes piensan en apoyar este esfuerzo altruista de Luis Manuel y sus amigos. 

Lo único que piensan es que hay que silenciarlo, lo antes posible, quitarle la casa, de poderse, cerrar todas las calles para que el público, si no se asusta antes, vaya pensándolo mejor y no se anime a visitarlos en su local de San Isidro, ya caliente por naturaleza. 

Luis Manuel es acusado de "receptación" de materiales de construcción. Un delito común para encausarlo y trancarlo un tiempo en cualquier prisión... o asustarlo para que suspenda cualquier "actividad cultural contrarrevolucionaria" que tenían previstas él y su novia Yanelys Núñez.

Por ahora, no se rinden, las consecuencias las sabemos.

Sigo insistiendo en la gran necesidad de conformar un gremio de artistas (existente un poco en los años 80, en la vanguardia de Arte Calle y Art-D) ausente desde hace muchos años por el terror sembrado por Castro y por los privilegios que algunos aceptaron como mordaza. 

#AbajoLaCensuraCastrista! Viva el #ArteLibre! 


Update: La tía de LuisMa fue con los papeles y canbiaron un poco el discurso, por lo pronto no lo llevarán para el centro de detención y clasificación VIVAC en Calabazar, sino que lo dejarán allí mismo en la estación de Chacón y Cuba.

Fiscalía tiene 72 horas para "estudiar" el caso y dar respuesta.

Yanelys no piensa que lo soltarán hoy:

Nosotros No TEMEMOS!* la BIENAL VA!

Update 2:

Hace más de 24 horas que el artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara esta detenido en la estación de policía de Cuba y Chacón, en La Habana Vieja.
En medio de un registro realizado ayer, 3 de noviembre, por la PNR en su casa ubicada en Damas entre San Isidro y Avenida del Puerto, donde buscaban materiales de la construcción sin papeles, Luis fue conducido a esta estación donde se le esta acusando de receptación.

La tía de Luis Manuel presentó hoy los documentos de los materiales hallados en la casa ante el Instructor del caso, el Capitán Ilmer; y el expediente -No. 69562- fue enviado a fiscalía para ser valorado.
Esta institución oficial tiene 72 horas para dar alguna respuesta. Mientras, Luis puede seguir detenido si así lo desean.
No se engañen, sabemos que esto no se trata de 10 sacos de arena y dos, de cemento húmedo, sino de intimidación y coacción; se trata de sembrar el miedo en todas las personas interesadas en participar en la Bienal. Pero Nosotros No TEMEMOS!* la BIENAL VA!


Introducción a la censura castrista


En 1961, Fidel Castro convocó a los intelectuales a una reunión extraordinaria en la Biblioteca Nacional. Debía discutir con ellos seriamente a raíz de la censura de un corto audiovisual hecho por dos jóvenes cineastas donde se mostraba una Habana trasnochada y llena de vicios, con rezagos del espíritu burgués.
Ese día, revólver sobre la mesa, manifestó su célebre frase: “Dentro de la Revolución: todo, contra la Revolución: ningún derecho”. Castro parafraseaba a Mussolini quien había dicho algo muy similar hacia 1925 en la Scala de Milán: «La nostra formula é questa: tutto nello Stato, niente al di fuori dello Stato, nulla contro lo Stato».
Cercar oficialmente el pensamiento distinto ha sido la práctica más común en los sistemas totalitarios. De esta forma los grupos y las publicaciones culturales independientes fueron anuladas en los 2 primeros años de iniciado el proceso social llamado “Revolución cubana”.
Apropiándose del viejo argumento del dictador italiano, en su panfleto “Palabras a los intelectuales”, Fidel Castro sembró una amenaza directa e incuestionable en todos los creadores. La autocensura vestida de terror pasó a ser entonces compañía inseparable de los artistas y escritores cubanos.
En Cuba no sobran los artistas contestatarios, hablamos de un país donde la Constitución de la República es muy explícita desde que fue reformada (anticonstitucionalmente) en el año 2002: su carácter socialista es irrevocable, lo que nos perpetúa en el círculo vicioso del silencio forzado.
Puede resumirse en pocas palabras: todo lo que sea en contra de la Revolución, pues ha de ser, por ley, anticonstitucional, eternamente.
Es libre la creación artística siempre que su contenido no sea contrario a la Revolución, contradiciéndose a continuación: Las formas de expresión en el arte son libres.
Constitución de la República CAPÍTULO V: EDUCACIÓN Y CULTURA. ARTICULO 39/ inciso (ch)
En Cuba los espacios públicos están vetados para los ciudadanos. En las calles cubanas suelen escribirse lemas comunistas al estilo de Fidel es el pueblo, Esta calle es de Fidel o Patria o Muerte. Dicho de este último, ideado por el argentino Ernesto Guevara para sustituir al original Patria y Libertad. En El hombre y el socialismo en Cuba, Guevara dictaba que los artistas eran culpables por naturaleza: “La culpabilidad de muchos de nuestros intelectuales y artistas reside en su pecado original: no son auténticamente revolucionarios. Las nuevas generaciones vendrán libres del pecado original”. (El hombre y el socialismo en Cuba, Editora política, La Habana, 1988, pag.23).
En Palabras a los intelectuales, Castro ponía el tema sobre la mesa sin tapujos, luego de que el escritor Virgilio Piñera, casi sumido desde ese momento en el ostracismo venidero, expresara el temor colectivo. La respuesta a tal enfrentamiento de los mal agradecidos intelectuales: “La gran preocupación que todos nosotros debemos tener es la Revolución en sí misma. ¿Es que creemos que la Revolución no tiene peligros? ¿Cuál debe ser hoy la primera preocupación de todo ciudadano? ¿La preocupación de que la Revolución vaya a desbordar sus medidas, de que la Revolución vaya a asfixiar al arte?” (Palabras a los intelectuales, Ediciones del Consejo Nacional de Cultura, 1961, Año de la Educación, Pág 6). Después de este discurso podemos asumir la “normalización de la censura”, transferida del campo socialista soviético. Una expresión propia, individual, ya no tendrá cabida en la construcción de la sociedad revolucionaria: solo la propia Revolución tiene derecho a la existencia, y a la publicidad.
Se trazaba la política cultural revolucionaria, clasificando a los artistas en revolucionarios y contrarrevolucionarios y silenciando a estos últimos. En Cuba, como en cualquier otro régimen del socialismo real, la censura es un recurso del Estado, inscrito en la Constitución, el Código Penal y las leyes. (Rafael Rojas, Breve historia de la censura en Cuba)
Los mecanismos represivos contra la cultura crítica se mantienen intactos 59 años después. Contados son los artistas que desafían abiertamente al gobierno: grafiteros que se atreven a pintar sus propias expresiones en muros destinados únicamente a eslóganes políticos, o artivistas como Tania Bruguera que convocan al pueblo a un micrófono abierto en la otrora Plaza Cívica, hoy Plaza de la Revolución, donde solo pueden tener lugar las masivas marchas nada espontáneas los días de celebración nacional. Atreverse trae serias consecuencias: persecución, amenazas, intimidación, decomisos, multas, prohibición de salida al exterior y directamente, calabozo. Sin contar el daño sicológico y emocional que todas estas medidas disciplinarias conllevan. El grafitero Danilo Maldonado, conocido como El Sexto, cumplió 10 meses de prisión por intentar expresarse, y más recientemente Yulier P., reconocido artista que llegó a tejer inútiles lazos con las instituciones encargadas de fiscalizar la expresión artística, como la Asociación Hermanos Saíz, enfrenta una sentencia si no se apura en comprar grandes cantidades de pintura negra para pintar sobre todos sus murales extendidos por toda la ciudad, en un ultimátum policial de un plazo de 7 días: el artista obligado a borrar su obra, a anularse no ya como persona, si no su propia creación, un aberrado castigo que el propio artista considera una grave humillación.
No existe procedimiento para notificar o solicitar autorización para realizar una protesta, ni recursos legales para apelar las decisiones discriminatorias. No obstante, son frecuentes los desfiles por céntricas avenidas, convocadas y organizadas por el propio gobierno con un marcado carácter político-ideológico. Las restricciones impuestas por el estado a este derecho constitucional de reunión y manifestación pacíficas, no están provistas en una ley.

Existe el delito de “propaganda enemiga”, aplicable a cualquier escritor o artista —dos meses estuvo encarcelado, sin debido proceso, El Sexto, por escribir la frase “Se fue”, el día de la muerte de Castro en los bajos del hotel Habana Libre—, los artículos 53 y 54 del texto constitucional vigente establecen que las “libertades de palabra, prensa, reunión, manifestación y asociación” se “reconocen” siempre y cuando se practiquen “conforme a los fines de la sociedad socialista” y se ejerzan en los “medios” que ofrece el Estado. No es extraño que, bajo esa estructura constitucional, se produzca la anomalía, desde cualquier perspectiva democrática, de considerar la censura como un derecho y no como un privilegio del poder. (Rafael Rojas)
Ayer encerraron a El Sexto. A Tania. Hoy amenazan con calabozo al artista callejero Yulier P si no borra sus murales. Su atrevida acción artística (socialmente comprometida) pretendía tomar ese espacio público prohibido para todos. Una intervención callejera, a falta de galerías y espacios para voces independientes a esa Revolución que terminó asfixiándolos a todos, como vaticinara Castro en aquellas tan tempranas Palabras dedicadas con precisión a los artistas e intelectuales cubanos, porque, como es lógico, todo proceso revolucionario debe generar sus mecanismos de exclusión.

Los gobiernos no deben controlar el arte y a los artistas, sino protegerles. El artista tiene derecho a crear la obra que quiere crear, sin límites. La sociedad tiene el derecho a que sus espacios públicos sean espacios para la creatividad, para la expresión artística; porque son también espacios colectivos de conocimiento y de debate. El espacio público pertenece a la sociedad cívica no a gobiernos, corporaciones o instituciones religiosas. La libertad de expresión artística debe prevalecer a pesar de las presiones, de los chantajes emocionales, de la censura y de la autocensura. El artista debe ser respetado y valorado por pasar por ese proceso tan difícil. La censura artística no sólo afecta al artista sino a la comunidad, porque sienta un tono de miedo y crea una autocensura con respecto al pensamiento crítico. El artista también tiene el derecho a ser comprendido desde la complejidad de su disentir. Un artista no debe ser juzgado primero y discutido después. Un artista no debe ser encarcelado por proponer una realidad "otra", por compartir sus ideas. El artista tiene derecho a ser un artivista (parte artista/parte activista), porque es una parte activa de la sociedad civil, porque el arte es un espacio seguro desde donde debatir, interpretar y educar y ese espacio hay que defenderlo. (Manifiesto sobre los derechos del artista, de Tania Bruguera).

Nov 6, 2017

Registro y calabozo para los artistas Luis Manuel Otero y Yanelys Núñez


Leer noticia en Cubanet

Comunicado Museo de la Disidencia

Ante la cancelación de la conferencia de prensa relacionada con la #00BienaldeLaHabana prevista para hoy, les explico cuáles fueron motivos.

En el horario de las 3 de la tarde, la casa donde íbamos a realizar el evento fue registrada por oficiales de la policía cubana en busca de materiales de la construcción.

Al ser encontrados algunos sacos -muchos de ellos echados a perder por la humedad y por el largo tiempo de estar guardados- Luis es conducido, no sin protestar, a la estación de Cuba y Chacón, donde permanece hasta esta hora.

Sin la presencia de Luis continúan el registro -tomándome a mí como testigo aún cuando les dije que no tenia ningún vínculo legal con Luis ni con la casa, donde también participó la presidenta del CDR y otra persona que al parecer era del barrio-, además de otros dos vestidos de civil, posiblemente de la policía política.

Cuando culminan y se llevan los sacos, me dicen que debo acompañarlos también para una entrevista.

Luego de dos horas de espera en la estación me dijeron que ellos no tenían nada que ver con asuntos políticos, que ellos no querían detener ningún evento nuestro, como así le habíamos hecho saber, que "para eso había un departamento", que ellos solo estaban haciendo su trabajo: buscar materiales de la construcción sin papeles...

Según la PNR Luis debe salir mañana, aunque eso no es seguro.

Nosotros no tenemos miedo, sabíamos que la Seguridad del Estado empezaría a tomar medidas en contra de la #00Bienal y esto no es más que una primera prueba.

Pero ante la convicción que la realización de este proyecto es importante, seguiremos con las próximas etapas del evento.

En esta semana tendremos la conferencia de prensa, manténganse al tanto todos los interesados.

Gracias a todos los que se han preocupado!

Yanelys


Nota aclaratoria: El Museo de la Disidencia intenta celebrar una bienal alternativa ante la cancelación del Ministerio de Cultura del evento oficial.

La Seguridad del Estado en combinación con la PNR estarían acusando a Luis Manuel de "receptación" de materiales. El registro terminó en el decomiso de materiales de trabajo del artista, como es usual en estos casos.





Nov 5, 2017

Súmate a la desobediencia!


#Cuba empieza a desobedecer: Marca tu boleta con la palabra PLEBISCITO en cada farsa electoral castrista.

Anula tu boleta de la manera que prefieras: pon "Cambio", Cuba Decide, o lo que quieras.

Es un llamado a la acción. No te quedes sentado sin hacer nada: haz que tu voz cuente.

 #SiTúDecidesCubaDecide

Expresa tu voluntad de cambio con un mínimo riesgo. Decídete!

#CubaDecide x un #plebiscitovinculante

Quien tenga la luz, que la de

Paul De Vree (1909-1982) Hysteria makes history. 1973. Print.

El humor sarcástico de De Vree aspira a la desmitificación en particular de la comunicación a través de los medios masivos, revelando el grado en que el flujo continuo de información que (in)forma nuestra vida diaria es conformado por técnicas manipulativas de control y contención correctiva. 


"Mientras estos regímenes no muestren con hechos, muy concretos, una voluntad política, resulta inexplicable hablar de elecciones, consultas o plebiscitos." @AGRodiles



Mientras el régimen castrista siga criminalizando la protesta pacífica y reprima con prisión y brutales golpizas a los pocos manifestantes que se atreven a salir a la calle ("para calentarla" como "carne de cañón", según el propio régimen), resulta inexplicable hablar de movilizaciones y marchas multitudinarias en una Cuba sumisa y pasiva desde hace casi 60 años, que no ha sido propiamente convocada ni conoce realmente a los "líderes" que los convocarían a la paliza y al calabozo, por tanto, lejos están de identificarse con sus intereses políticos.

Deja mucho que desear, que se promueva un proyecto con tonos de cambios, si desde el mismo se propone alentar una violencia desmedida y harto demostrada del régimen contra los disidentes pacíficos dispuestos a inmolarse. Sobre todo, teniendo el ejemplo de Venezuela como entrenamiento castrista, allí donde la presión social nos dejó totalmente avergonzados: No se deben levantar falsas expectativas con propuestas que no tienen el anclaje, ni liderazgo, en la realidad interna.

Antes de intentar en vano tal convocatoria, que sería soberanamente ignorada por la mayoría, cómoda en su apatía y protegida por sus privilegios, ¿no sería más sensato dedicarse a la alfabetización cívica y a la desobediencia civil que no constituye un riesgo para nadie?, pues se trata de que desde el anonimato, la gente pueda asumir por un segundo que sí tiene una voz y un voto (aunque sea dentro de una magnífica farsa), se anime a anular su boleta y responda así claramente que no quiere más castrismo y que ya se cansó de sostenerlo.

La gente al menos sabrá que no "votó" por ninguna continuidad castrista aunque luego se muestren cifras fantasiosas en los comunicados oficialistas: crear conciencia es aquí el principal motor y reconforta saber que se hizo algo, mínimo, para cambiar esa "dinámica" obsoleta y ese "escenario" de totalitarismo ad infinitum.

Habría que demostrar con evidencias lo que tan bien se sabe internamente pero no ha quedado demasiado claro para la comunidad internacional, que observa atenta y de la cual se espera el indiscutible apoyo incondicional e inmediato, por supuesto, sin demostrarle verdadera "acción", pero empleando valioso tiempo e ingeniosos artículos para desacreditar proyectos de la misma causa, con un comportamiento muy similar al del propio régimen cuando emplea todos sus recursos para desaparecer cualquier vestigio de movimiento opositor, facilitándole así esa verduga labor.

Demostrar que los cubanos no queremos más castrismo, que estamos bien cansados de la falta de libertad, tanto para los médicos que huyen de las misiones y no pueden entrar a Cuba, como para los inxiliados que nos prohíben salir. Eso está claro pa nosotros, pero no para el resto. Una consulta popular lo dejaría en claro. Una supervisión de la farsa electoral también ayudaría a contar boletas anuladas. Números reales. ¿Por dónde se empieza? Expresar la voluntad de cambio es válida en todas sus manifestaciones, no solo en la calle la gente podría demostrarlo. Al final los gobiernos democráticos lo único que ven es el desfile del primero de mayo y las campañas castristas en la ONU.

Demostrar, el que pueda, como bien aseguran, que su proyecto es el que es. No limitarnos a enunciar que por ahí no es el camino, sin decir tampoco por dónde, sin apoyar con pruebas que la gente sí se sumará a esa marcha ideal. Como si queremos demostrar que sí somos graduados, publicando nuestros títulos. Pues a publicar entonces igualmente estadísticas y modelos efectivos, con total transparencia. De cualquier forma, ahí estuvimos unos pocos apoyando esa idea hasta que se autoanuló, como pasó con campañas como #PorOtraCuba que recibieron mucho apoyo de todas partes y no duraron para agradecerlo. ¿Qué sucedió con las valiosas alianzas con toda la oposición interna que logró dicha campaña, en la cual nos implicamos tantos? ¿Por qué posicionarse en contra de una propuesta como #CubaDecide? ¿Por qué combatirla como si se tratase de un "proyecto enemigo" al decir de la misma Seguridad del Estado. Por qué no mejor apoyar cualquier proyecto disidente, como apoyamos en su momento a la campaña #PorOtraCuba? Decirlo claramente y posicionarnos todos, ahora sí, en contra del castrismo, un único mutuo enemigo colectivo para todos los cubanos libertarios.

Si se empleace el mismo tiempo para empoderar con conocimiento (ya que se tiene) a las comunidades, participantes inertes de las tan mal llamadas "elecciones" castristas y que no tienen apenas acceso / información / interés en el canal de YouTube donde se acumulan miles de vídeos que los cubanos dentro, en su mayoría, no han visto, ni  ven, ni verán; si se hiciera un trabajo fuera de esos estudios y lejos de esas cámaras, como en su momento lo hizo Oswaldo Payá, puerta por puerta, no habría un minuto que perder en infértiles diatribas.

¿Manifestaciones en regímenes totalitarios? ¿Cómo movilizar al cubano para tumbar la dictadura? ¿Dónde están las estrategias bien definidas y realistas? ¿Quién propone un verdadero "plan de acción"? Cuántos adeptos diariamente ganan estos grupos de hasta cinco miembros que polemizan infinitamente la falta de claridad del otro, exaltados en su máximo ego. ¿Cuántos años más pasarán para arrastrarnos todos en un mismo pantano de intentos fallidos y fracasos?

De fracaso mental, principalmente. Y, tristemente, espiritual.

Si tienes la luz, ofrécela, pero no te dediques a apagar la otra con argumentos sabios, pues quién sabe cuál durará más: si el régimen está ávido de reprimir, no deberíamos mostrar avidez de represión, pues, como se sabe, aquí somos todxs pacíficxs. Mientras, todas las preguntas siguen sin respuesta y los cubanos tan ciegos, esperando al próximo gurú que nos ilumine el trillo, cuando lo que más conviene es que no haya luz pa nadie.