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Apr 3, 2018

Nos persiguen por defender la libertad


Reclamo colectivo para denunciar el robo de la Seguridad del Estado a casa-galería El Círculo 

La casa-galería El Círculo (https://goo.gl/maps/vtG4EHTVtPu) es un espacio doméstico, un estudio artístico de la escena alternativa cubana, autónomo, sin ánimos de lucro, abierto al público interesado, a quien la Seguridad del Estado en repetidas ocasiones ha impedido la entrada a los últimos eventos culturales que hemos realizado, como la proyección del documental Nadie, de Miguel Coyula y las obras de teatro Los enemigos del pueblo, monólogo de Lynn Cruz (Teatro Kairós) y Psicosis, unipersonal de Iris Ruiz (Perséfone Teatro de Adonis Milán), durante la XIX edición del festival internacional independiente Poesía Sin Fin; quebrantando, entre innumerables artículos de derechos humanos, civiles y culturales, el artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el artículo 15 del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Estas son algunas de las razones para unir tu voz al reclamo por la devolución inmediata del patrimonio de la casa-galería El Círculo por parte de los agentes actuantes: el Departamento de la Seguridad del Estado (DSE), militares y paramilitares, con la complicidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y dos testigos “civiles” (“factores” del Comité de Defensa de la Revolución. CDR), al amparo del Ministerio del Interior de la República de Cuba, centrándonos en su principal responsable, la teniente coronel Kenia María Morales Larrea de la contrainteligencia militar; en el registro ilegal y ocupación de bienes arbitraria, cometidos contra los artistas Lia Villares y Luis Trápaga el 2 de febrero de 2018, en represalias a nuestro activismo y manifiesta ideología verdaderamente revolucionaria, pues todo lo que hacemos es porque queremos cambiar lo que debe ser cambiado.
Nos pronunciamos contra la injusticia de que todos nuestros archivos con información estrictamente personal nos fueran arrebatados en un flagrante robo de la contrainteligencia militar, como castigo individual y escarmiento público. En impune violación a derechos tan elementales como la privacidad, la intimidad, la integridad física, la libertad de movimiento, la libertad de expresión y la libertad de información. Exigimos garantías de no repetición y reclamamos que Cuba deje de ser estado miembro del Consejo de Derechos Humanos en las Naciones Unidas, en tanto no se comprometa a cabalidad con los tratados internacionales antes mencionados, continúe criminalizando la opinión crítica y no respete nuestro legítimo derecho a ser parte de la vida cultural cubana y continúe sus ataques desmedidos contra los disidentes, mediante el abuso de poder y la discriminación.
  1. Porque es un abuso de poder de un gobierno contra ciudadanos libres de delito.
  2. Porque es una violación a la libertad de creación artística y a los derechos culturales, al ejercicio legítimo de nuestro derecho a participar en la vida cultural, íntimamente relacionado con el derecho a la indispensable libertad para la actividad creadora, que obligan al Estado a eliminar la censura de las actividades culturales, de las artes y otras formas de expresión.
  3. Es además una invasión a la privacidad y un robo flagrante de la propiedad intelectual y la información personal de dos artistas que únicamente hemos cometido el crimen de pensar y crear libremente, al margen de las instituciones culturales, que nos excluyen, demonizan y segregan, por motivos estrictamente políticos.
  4. Es el intento desesperado de la dictadura de silenciar las voces incómodas de los artistas independientes, que amenazan la fachada aperturista que se vende en los "intercambios culturales", donde el arte oficialista autorizado, muestra precisamente su inflexibilidad e intolerancia, durante la larga coda de una política cultural cerrada, basada en el control totalitario: Dentro de la revolución, todo; contra la revolución, ningún derecho (F.Castro, discurso Palabras a los intelectuales, Biblioteca Nacional, 1961)
  5. Cuando censuran a un artista, nos censuran a todxs.
Si permitimos que le pase a uno, estaremos preparando el terreno para que ocurra, con más frecuencia y con nuestro consentimiento, a un mayor número de víctimas.
El silencio te hace cómplice: ayúdanos a crear un precedente y proteger así a los artistas independientes cubanos, de la intolerancia y la impunidad de las autoridades y los censores fundamentalistas en la isla.
Para garantizar el disfrute pleno de nuestros legítimos derechos con las garantías, la seguridad, tranquilidad y respeto necesarios para ejercer con total libertad nuestra creación artística, en nuestro país, sin la humillante censura y sin la discriminatoria política migratoria que, por último, nos excluye e inmoviliza.
Ayúdanos a visibilizar, con este caso tan claro de despotismo y censura totalitaria, la falta de libertades esenciales en la que vivimos lxs cubanxs, por más de medio siglo, bajo la tiranía castrista, que desprecia toda expresión de arte libre y a los artistas cubanos independientes.